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El bar más 'movido' de Zaragoza: del tiroteo y la batalla campal, a la farmacia clandestina de viagra

La Fiscalía pide cuatro años y medio de prisión para el dueño de un establecimiento de ocio de Las Delicias donde se han producido violentos altercados.

Interior del bar el Cubetazo, en el barrio de Las Delicias de Zaragoza.
Interior del bar el Cubetazo, en el barrio de Las Delicias de Zaragoza.
José Miguel Marco

El bar el Cubetazo, ubicado en la calle de San Rafael de Las Delicias, ha sido ya escenario de varios sucesos violentos. Desde el tiroteo registrado el 9 de febrero de 2020, por el que un hombre fue condenado a siete años de prisión, a la batalla campal que se desató el día de Navidad de 2017, cuando la Policía detuvo a seis colombianos y tres dominicanos por una reyerta que acabó con varios heridos en el hospital y en la que el establecimiento quedó prácticamente arrasado.

Sin embargo, quien se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial fue el propietario del local, Ardenis M. J., para el que la Fiscalía pidió una condena de cuatro años y medio de cárcel como presunto autor de un delito contra la salud pública. En concreto, por usar el bar como farmacia clandestina para distribuir viagra y otros productos contra la disfunción eréctil, como un suplemento vitamínico conocido como el ‘néctar del amor’.

Los hechos que dieron lugar a la imputación del hostelero se remontan a la madrugada del 19 de febrero de 2022, cuando, durante una inspección rutinaria de la Policía Local, en el falso techo del almacén se localizaron varios fármacos, presumiblemente, para su posterior venta a terceros. Según el atestado remitido al Juzgado de Instrucción número 2, los agentes se incautaron de 48 envases de pastillas de 100 mg Sildenafil y 26 botes de 25 mg de este mismo producto, que según el Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza se despacha con receta médica y está indicado para el tratamiento de la impotencia masculina. Los funcionarios hallaron también 24 envases del llamado ‘néctar del amor’, una sustancia que contiene hasta diez vitaminas y se utiliza como potenciador sexual.

Pero había más fármacos: entre otros, pastillas de Topiramato Cinfa o Lyria, que también precisan de prescripción médica y sirven para tratar la epilepsia o trastornos de ansiedad. Para el laboratorio resultó especialmente llamativa la incautación de 110 envases de Palexia, un potente analgésico de la familia de los opioides que requiere de una receta oficial de estupefacientes.

El acusado, al que defienden Carmen Sánchez y Luis Ángel Marcén, declaró ayer ante el tribunal que, como dueño del bar, solo iba «de vez en cuando» y no sabía nada de los fármacos clasificados como droga. Del resto aseguró poder aportar receta.

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