Tribunales

A juicio por otra batalla campal con cuatro policías heridos junto al conflictivo bar el Cubetazo

Los agentes acudieron al local de Las Delicias después de que un joven rajara la cara a otro con una botella de cristal.

Media docena de agentes tratan de reducir a uno de los alborotadores
Media docena de agentes tratan de reducir a uno de los alborotadores
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La esquina de las calles de San Rafael y Santa Teresita, en el barrio de Las Delicias, se ha convertido en una de las zonas más conflictivas de Zaragoza. Sobre todo, los fines de semana y muchos festivos, cuando, al echar la persiana pubs y discotecas, muchos jóvenes peregrinan al Cubetazo, un pequeño bar que abre temprano y les permite echar la última. La pandemia y el toque de queda parecen haber calmado los ánimos, pero allí se produjo la pelea tumultuaria que en la Navidad de 2017 acabó con diez personas en el banquillo, o el tiroteo del 9 de febrero de 2020 por el que ha sido procesado por tentativa de homicidio un hombre que ocultaba un arsenal de armas en casa.

Pero entre estos dos graves sucesos se produjo un tercero, una batalla campal que se inició con un botellazo y acabó con cuatro policías lesionados y media docena de personas investigadas por delitos de lesiones, resistencia y atentado. Los hechos se produjeron el 23 de diciembre de 2019 y, concluidas las pesquisas, el Juzgado de Instrucción número 1 de Zaragoza acaba de dictar auto de apertura de juicio oral contra tres de los implicados: Antonio B. C., Odalis A. T. y Leordin A. N.

La Policía Nacional imputó también por un delito de amenazas a Francisco Antonio H.R., pero su abogada, Marina Ons, ha logrado que no se siente en el banquillo. De hecho, la presunta víctima decidió no presentar denuncia contra él –asegura que no escuchó ninguna amenaza– y la Fiscalía le ha retirado los cargos.

El detonante de la trifulca fue el enfrentamiento entre dos hombres a las puertas del Cubetazo. Según el Ministerio Fiscal, sobre las 9.12, "se enzarzaron en una discusión que dio lugar a una intervención policial, sin que ninguno resultara lesionado o presentara denuncia”. Pero la refriega no acabó ahí, ya que, apenas dos horas más tarde, la sala del 091 recibía un nuevo aviso del mismo lugar.

En esta segunda ocasión, quien resultó identificado como Antonio B. C. había cogido una botella de cristal para atacar a D.T., quien sufrió importantes lesiones en el rostro. Al llegar los agentes, el agresor corría todavía detrás de la víctima, pero lograron interceptarlo, momento en el que lesionó a uno de los funcionarios. Varias personas que presenciaron los hechos se dirigieron entonces hacia los policías con actitud intimidatoria, lo que obligó a pedir refuerzos y desembocó en la trifulca que ahora se juzga.

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