zaragoza

El pistolero del bar El Cubetazo acepta 7 años de cárcel

Disparó varias veces en el interior del local e hirió a uno de los clientes. Logra rebajar la petición inicial de prisión, de 11 años.

Pablo Fernández Bustos, condenado por el tiroteo del bar El Cubetazo.
Pablo Fernández Bustos, condenado por el tiroteo del bar El Cubetazo.
TONI GALAN

ZARAGOZA. Pablo Férnandez Bustos aceptó ayer en la Audiencia de Zaragoza una condena de siete años de cárcel por el tiroteo que protagonizó el 9 de febrero de 2020 en el interior del bar El Cubetazo, en el barrio de las Delicias, en el que hirió de gravedad en la cabeza a uno de los treinta clientes presentes. El procesado, que se enfrentaba a una petición de 11 años de prisión, también se sentaba en el banquillo de los acusados por el variado arsenal que guardaba en casa. Finalmente, y pese a que a última hora le entraron ciertas dudas, dio por buena la rebaja de la pena gracias al acuerdo alque llegaron su abogada, Carmen Sánchez, la acusación particular y la Fiscalía. De este modo evitó la celebración del juicio oral, que iba a prolongarse durante tres jornadas bajo la batuta de la Sección Primera.

El encausado, que ha sido condenado por los delitos de tentativa de homicidio y tenencia ilícita de armas, estuvo tomando unas bebidas en el establecimiento el día de los hechos. Abandonó el local entre las 7.00 y las 7.30 tras afirmar que le había «desaparecido una cazadora», pero regresó sobre las 7.50 portando un revólver y una pistola, ambos de la marca Zoraki. Tras exigir la entrega de la cazadora que supuestamente había extraviado, y pese a que en el local había una treintena de personas, el procesado comenzó a apuntarles de forma indiscriminada, incluido al titular del establecimiento. Sin embargo, en el último momento apartó el arma y la desvió hacia una de las paredes, lo que pudo evitar una tragedia, ya que llegó a disparar varias veces hacia el falso techo y la citada pared.

La heroica intervención de unos clientes evitó daños mayores. Estos se abalanzaron sobre el condenado e impidieron que continuase con el tiroteo. Sin embargo, los tiros ya habían herido a uno de los presentes. Uno de los proyectiles alcanzó de forma superficial la cabeza de un hombre y le causó, según el parte médico, «una herida de unos tres centímetros potencialmente mortal en la región frontal izquierda». Estas lesiones precisaron tratamiento quirúrgico, puntos de sutura y atención farmacológicade todo tipo. Esto provocó a la víctima «estrés postraumático», por lo que se le facilitó asistencia psicológica.

Además de las penas de privación de libertad, Pablo Fernández deberá abonar 25.000 euros en concepto de responsabilidad ciivil. También se le prohíbe el acercamiento al lesionado.

Se le incautó un arsenal

Días después del tiroteo, agentes del Grupo de Policía Judicial de la Policía Nacional, pertenecientes a la Jefatura Superior de Policía de Aragón, se incautaron de diversas armas y munición en el domicilio del condenado. En el transcurso del registro autorizado por el juez se encontraron diversas armas de fuego detonadoras desmontadas, piezas de armas sueltas, munición de diferente calibre, sustancias utilizadas para confeccionar munición, tres silenciadores –uno comprado y otro fabricado de forma artesanal– y diversas herramientas. Todo ello evidenció, según la Policía Nacional, que el detenido se dedicaba a confeccionar y transformar armas incompletas o piezas de las mismas en armas capaces de efectuar fuego real. Armas que escapan de los controles legales y administrativos establecidos. Las armas localizadas tenían serias deficiencias.

A. Maluenda

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