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Negocios de la calle de Alfonso de Zaragoza: "Aquí lo que se ha dejado morir es el buen comercio"

Las tiendas tradicionales cada vez son menos frente a las enseñas nacionales e internacionales, con una oferta similar en sus puntos de venta de cualquier ciudad.

Arriba, a la izquierda, Marta Fernández y, abajo, Naroa Santestaban. A la derecha, arriba, Pedro Luis Domingo; en el centro, Isabel Bellostas y Mª Victoria Juez; y abajo, Rocío Carrasco
Arriba, a la izquierda, Marta Fernández y, abajo, Naroa Santestaban. A la derecha, arriba, Pedro Luis Domingo; en el centro, Isabel Bellostas y Mª Victoria Juez; y abajo, Rocío Carrasco
H. A.

El ir y venir de gente es constante un día cualquiera en la calle de Alfonso I de Zaragoza, en consonancia con el movimiento que experimentan los negocios de la zona: con cierres de comercios, nuevas aperturas y traslado de locales en la misma vía.

Uno de los últimos en estrenar nueva ubicación es Tiger, que ha cambiado su local por otro en el lado de los números pares. Antes, el pasado octubre y un poco más arriba, lo había hecho la tienda de camisetas Citees por tema de alquiler, tal y como explica Rocío Carrasco, empleada de la misma. "El dueño vendió la finca donde estábamos, al inicio de la calle. Este es mejor sitio y las ventas son mayores; al estar junto a la plaza del Pilar hay mucho turista. Antes pasábamos más desapercibidos", comenta.

Rocío Carrasco, empleada de la tienda de camisetas Citees, este viernes en Zaragoza.
Rocío Carrasco, empleada de la tienda de camisetas Citees, este viernes en Zaragoza.
H. A.

En estos momentos, hay una docena de locales disponibles y el cierre más reciente -esta misma semana- ha sido el de Natura, tras 20 años de actividad comercial en esta emblemática vía peatonal de la capital aragonesa. No obstante, se esperan nuevas aperturas: es el caso de Skechers (de calzado), que lo hará en breve.

Según señala Isabel Bellostas -dueña de la centenaria tienda de bisutería, mantones de baturra y complementos-, hay varias inauguraciones en proceso. "Están abriendo constantemente. Estamos pocos negocios tradicionales, pero hay franquicias que están bien. Tiene que haber todo tipo de comercio y que haya cafeterías y bares también es importante. Esta calle se está volviendo joven porque es un centro comercial abierto", subraya la propietaria de Bellostas, que alude a los altos precios de los alquileres de los locales. "La gente se lo tiene que pensar más, pero sigue habiendo lista de espera", sostiene. No obstante, una empleada de otro negocio comercial ha visto en los últimos años muchos cierres de establecimientos, lo que achaca a unos alquileres por las nubes. "Mi impresión es que no les cubica pagar un precio tan alto y se cambian de zona".

"Esta calle se está volviendo joven porque es un centro comercial abierto"

También Laura Ruiz, encargada de la tienda Paco Martínez (de complementos y viaje), ha sido testigo de la clausura de establecimientos locales y la apertura de enseñas nacionales e internacionales. Para ella, es "normal" que solo se puedan hacer cargo de los comercios las empresas más grandes -tipo franquicias-, ante ese elevado coste de los alquileres. "Sobre todo hay mucha de restauración", observa, al tiempo que reconoce que la actividad económica se está reactivando tras la dura etapa vivida de caída de ventas y cierres tras la irrupción de la covid. "Nosotros vamos a abrir en marzo una segunda tienda en el centro comercial Puerto Venecia. La dificultad que veo es que ahora el cliente se lo piensa mucho antes de comprar cualquier cosa", advierte.

Isabel Bellostas (izquierda), dueña de la tienda Bellostas, junto María Victoria Juez, empleada de la misma, este viernes.
Isabel Bellostas (derecha), dueña de la tienda Bellostas, junto María Victoria Juez, empleada de la misma, este viernes.
H. A.

Para Marta Fernández, encargada de La Parisién -con 112 años de historia-, se viene de una época tan mala que todo parece bien. "Nosotros, de 0 euros (en los duros meses del coronavirus) a tener una venta diaria normal", indica Marta, que se muestra optimista de cómo marcha el negocio (fueron pioneros en el comercio 'online'). Eso sí, hace hincapié en que la calle de Alfonso siempre ha tenido altos y bajos; con épocas de apertura de negocios y locales vacíos. "Las crisis económicas son las que marcan un poco el devenir de las calles y la pandemia hizo polvo al comercio. Hubo muchos cierres y ahora parece que resurge con franquicias, que es lo que se lleva. Hay rotación de aperturas y cierres y está viniendo mucho comercio de compra de impulso", informa.

Marta Fernández, encargada de La Parisién, de las más antiguas de la calle de Alfonso.
Marta Fernández, encargada de La Parisién, de las más antiguas de la calle de Alfonso.
H. A.

Asimismo, destaca que esta vía y calles aledañas antes eran 'el Puerto Venecia' de Zaragoza y, en la actualidad, ha pasado a ser una zona con una oferta comercial "limitada". "Hay lo mismo que en todas calles de Madrid, Londres...", añade.

"Está viniendo mucho comercio de compra de impulso"
"Es desolador que sitios míticos ya no estén. Antes montar un negocio en esta calle era difícil porque todos los locales estaban abiertos, con la actividad que fuera"

Es lo mismo que percibe Pedro Luis Domingo, empleado de Cámara Ópticos, con la desaparición de los negocios de toda vida -con sus singularidades- tras ser sustituidos por franquicias. "Es desolador que sitios míticos ya no estén: calzados Muro y Pelícano, la Campana de Oro, Hogar Moderno, Tupinamba, Florida... Cuando siempre será el epicentro de la ciudad. Antes montar un negocio en esta calle era difícil porque todos los locales estaban abiertos con la actividad que fuera. Y ahora hay locales cerrados y no hay perspectiva de que haya futuro para un nuevo comercio", se lamenta Pedro, que apunta que los de toda la vida "vamos aguantando". "Haciendo las cosas bien para mantenernos y mimando a los clientes, a los que hay que agradecer su fidelidad".

A su lado, Ana Gómez, responsable de la óptica (ubicada en el edificio modernista al inicio de la calle), recuerda épocas en la que llegó a haber 15 locales vacíos en una manzana. "Aquí lo que se ha dejado morir es el buen comercio", afirma rotunda.

Pedro Luis Domingo, empleado de Cámara Ópticos, en la calle de Alfonso.
Pedro Luis Domingo, empleado de Cámara Ópticos, en la calle de Alfonso.
H. A.

Y los ciudadanos de a pie, ¿qué opinan? Mª Nieves Barra era de las que antes venía asiduamente a comprarse ropa, pero ahora las tiendas que encuentra no le van. "Son cosas para chicas muy jóvenes. Y las que hay muchas son de complementos ¿Para qué tantas?", se pregunta esta mujer, que destaca que el comercio ha dado "un bajón muy grande". "Antes había mucho".

Mientras, a la joven Naroa Santesteban -de Navarra y estudiante en la Universidad de Zaragoza- le gusta venir hasta aquí por el movimiento de gente que siempre hay y el atractivo añadido de la cercanía de la plaza del Pilar. "Hoy tengo la mañana libre y me he acercado a comprar algo de cosmética. De paso miraré otros establecimientos; me gustan mucho los pendientes", avanza. Y, aunque reconoce la mayoritaria oferta de enseñas frente a la escasez de establecimientos tradicionales, considera que la calle de Alfonso I no es igual que ir a un centro comercial. "Me gusta más el pequeño comercio y también este ambiente", concluye.

La joven Naroa Santesteban delante de una fachada que anuncia una próxima apertura en la calle de Alfonso I.
La joven Naroa Santesteban delante de una fachada que anuncia una próxima apertura en la calle de Alfonso I.
H. A.
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