tribunales

El hombre que casi mata a otro de una patada en Zaragoza entrará en prisión

Pese a ser condenado a 4 años de cárcel, alegó estar en tratamiento para dejar las drogas y presentó
un recurso de súplica, que no ha sido atendido. 

José Fernández Giménez, condenado por tentativa de homicidio, el día que fue juzgado.
José Fernández Giménez, condenado por tentativa de homicidio, el día que fue juzgado.
Toni Galán

José Fernández Giménez ingresará finalmente en prisión para cumplir una condena de 4 años por herir gravemente a un inmigrante chino a quien no conocía de nada. El agresor, de 36 años, atacó a la víctima cuando estaba tomando tranquilamente una cerveza en una terraza de un bar de Torrero. Sin mediar palabra y por sorpresa, le pegó una fuerte patada en el cuello que le hizo caer al suelo inconsciente.

Acto seguido, se marchó del lugar con dos acompañantes, un hombre y una mujer, los mismos con los que había llegado unos minutos antes al bar y a quienes solo les había dado tiempo a entrar para pedir una consumición.

La Policía detuvo a Fernández y la Fiscalía lo acusó de tentativa de homicidio. Inicialmente solicitó 7 años de cárcel, y la acusación particular, a cargo de Marco Antonio Navarro, pidió casi 10. 

Sin embargo, llegaron a un acuerdo con la defensa que implicaba el pago de una indemnización de 5.250 euros y la aplicación de una atenuante por la adicción del acusado  a las drogas. Esta circunstancia y su sometimiento a una terapia de desintoxicación fueron alegados por su defensora, Candela Garries, para pedir la suspensión de la pena y evitar entrar en prisión.

Las acusaciones, que al principio no se oponían, luego lo hicieron de forma rotunda al comprobar que había dejado de seguir el tratamiento de deshabituación y la Audiencia les dio la razón.

El condenado presentó un recurso de súplica argumentando que no podía ir a terapia debido a los trastornos que padecía. Pero el tribunal de la Sección Tercera   le responde que precisamente debería ir para paliar esos problemas de salud mental y no recaer de nuevo en el consumo de tóxicos. 

Las acusaciones indicaron que, además en la cárcel puede ser atendido e incluso llevar un mayor control de la medicación pautada para su enfermedad. Por otro lado, los magistrados destacan su “amplia hoja histórico penal”, que muestra una “progresión delictiva que no le hace merecedor de la suspensión interesada”.

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