sucesos

Rebajan la condena por una de las violaciones más brutales que se recuerdan en Aragón

La víctima fue abandonada de madrugada y desangrándose en un descampado del barrio de Valdespartera de Zaragoza. El agresor verá reducido ahora su castigo casi 4 años.

El acusado, José Manuel Calvo Ropero, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, José Manuel Calvo Ropero, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
Oliver Duch

La Audiencia de Zaragoza sigue revisando las sentencias afectadas por la nueva Ley del ‘Solo sí es sí’. Desde el pasado 7 de octubre, cuando entró en vigor la norma que castiga los delitos de violencia sexual, los tribunales han reducido ya algunas condenas. Hasta ahora, los ajustes habían sido mínimos, casi siempre, de unos pocos meses. Sin embargo, la aplicación del nuevo texto legal va a beneficiar y mucho al autor de unas de las violaciones más brutales que se recuerdan en los últimos años en Aragón. Se trata de José Manuel Calvo Ropero, condenado a 14 años de cárcel -9 por violación y 5 por lesiones- por agredir sexualmente a una mujer de 35 y abandonarla después medio muerta y desangrándose en un descampado del barrio de Valdespartera. Tal fue la violencia con la que se empleó el criminal, que la víctima tuvo que pasar varias semanas hospitalizada y nunca volvió a controlar algún esfínter.

Según ha podido saber HERALDO, la defensa de este violador fue una de las primeras en solicitar la revisión de condena tras la aprobación de la nueva ley. Y aplicando las nuevas horquillas penológicas, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial acaba de reducir tres años y nueve meses la pena de cárcel a su cliente, quien confesó en su día los hechos para evitar que el tribunal pudiera imponerle la condena de hasta 27 años que le pedían.

Los hechos se produjeron el 11 de agosto de 2020, pero su autor siempre negó la mayor. Cuando compareció por primera vez ante un juez, aseguró que ni siquiera conocía a la víctima. Sin embargo, consciente de la retahíla de pruebas que existían contra él y de que se jugaba una condena tan importante, el procesado acabó reconociendo su cruel agresión para asegurarse una significativa rebaja de la pena. Rebaja que ahora será incluso mayor.

La víctima ha fallecido

La víctima de la violación identificó desde el primer momento a su agresor. No lo conocía de nada, pero fueron tales los desgarros y padecimientos sufridos que su rostro se le quedó grabado a fuego. Primero en fotos y después durante una rueda de reconocimiento, la mujer señaló sin ninguna duda a su atacante. Y lo mismo hubiera hecho en el juicio de seguir viva. Pero aquella terrible experiencia -los forenses confirmaron que sus lesiones entrañaban riesgo vital- y su delicada salud acabaron causando su fallecimiento.

Dado el reconocimiento expreso de los hechos por parte del agresor, al que defiende José Luis Melguizo, el tribunal presidido por el magistrado José Ruiz Ramo ni siquiera precisó escuchar en el juicio la declaración que en su día grabó la víctima. Sin embargo, ella misma narraba su calvario a HERALDO a comienzos de 2021.

"Cuando abrí los ojos, no me creía que siguiera viva, ahora no sé cómo vivir", confesaba la víctima. Y lo cierto es que la suya fue una historia de infortunio y desesperación. Por entonces, todavía de baja médica, sin trabajo y sin ingresos con los que mantenerse, esta zaragozana explicaba lo mucho que le estaba costando salir adelante. Sin recuperarse todavía de la dramática experiencia sufrida, la Seguridad Social le negaba hasta el ingreso mínimo vital: 461,50 euros que deberían haberle permitido soñar con un futuro nunca tendrá.

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