sucesos
Sorprendido por la Policía en Zaragoza cuando violaba a una mujer en el portal de su casa
El patio estaba completamente a oscuras, pero los agentes oyeron a la víctima pidiendo auxilio. Al verlos entrar, el agresor se levantó rápidamente del suelo para intentar huir, produciéndose un violento forcejeo.
Los reflejos de un vecino que sospechó de lo que estaba ocurriendo a la entrada de un bloque de viviendas de Las Delicias permitieron frustrar hace solo unos días una violación en Zaragoza. El testigo pudo ver cómo una mujer estaba intentando acceder al portal, pero un hombre se lo impedía. Y temiendo que la primera pudiera estar en peligro, no se lo pensó dos veces y llamó a la sala del 091 para informar de lo que estaba ocurriendo.
La agresión sexual se produjo en la madrugada del pasado 11 de diciembre en un edificio de la calle de Terminillo, cerca del parque de Las Delicias. Una patrulla de la Policía Nacional que se encontraba cerca escuchó el aviso de la central y se dirigió rápidamente hacia el citado lugar. Una vez allí, un vecino se asomó a la ventana e indicó a los agentes cuál era el portal donde estaban ocurriendo los hechos.
No había nadie en la puerta, así que los funcionarios decidieron acceder al interior. El patio estaba completamente oscuro, pero nada más cruzar la puerta escucharon a una mujer gritando una y otra vez «¡auxilio!». La patrulla logró dar entonces con el mecanismo para encender la luz, lo que les permitió ver a dicha mujer tirada en el suelo y a un hombre de rodillas junto a ella.
Al verse sorprendido por los policías, el varón se levantó rápidamente con intención de salir corriendo hacia la calle, haciendo caso omiso a los gritos de los policías para que se detuviera. Pero estos últimos lograron darle alcance, lo que dio lugar a un violento forcejeo con el violador. Porque este intentó zafarse y llegó a golpear en la cabeza a uno de los agentes con el canto de la puerta del edificio, dejándolo bastante aturdido.
Sangraba y no dejaba de llorar
La agresividad del varón obligó a la patrulla a solicitar refuerzos a la sala del 091. El hombre se dio cuenta y trató de impedírselo agarrando su equipo de transmisiones y dañándolo. Como consecuencia del forcejeo, los dos policías y el agresor cayeron al suelo, sin que el delincuente dejara de soltar patadas y puñetazos en todo momento. Finalmente, pudieron reducirlo y detenerlo como presunto autor de un delito de agresión sexual y otro de atentado contra la autoridad.
Cuando neutralizaron al violador, la víctima seguía tirada en el suelo en un gran estado de nerviosismo. Al acercarse a ella, vieron que presentaba una herida sangrante en la rodilla y otra en la mano. Entre lágrimas, la mujer logró explicar a sus rescatadores que había coincidido con su agresor en un bar y que se conocían porque los dos proceden del mismo país. Al parecer, cuando ella dijo que se iba del local, él se ofreció a acompañarla hasta su casa. Pero cuando al llegar al edificio la mujer intentó subir a su piso, el varón empezó a hacerle tocamientos. Y al sentirse rechazado, se puso muy agresivo, la empujó y la tiró al suelo del patio.
La mujer, a la que atendieron después en urgencias, explicó que el individuo le bajó los pantalones por la fuerza para agredirla sexualmente, llegando a introducir un dedo en su vagina. Fue entonces cuando se produjo la intervención de la Policía, que evitó prolongar la agonía de la víctima y arrestar al agresor. Este resultó ser F. O. O. A. y estar domiciliado actualmente en el municipio zaragozano de Mediana de Aragón.
