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El TSJA confirma la condena de 13 años por la brutal violación de una discapacitada en Zaragoza

La defensa alegaba que la víctima no fue agredida por el acusado, sino por otro hombre al que nunca se identificó.

El quiosco está en la parte más alta del parque Castillo Palomar.
El quiosco está en la parte más alta del parque Castillo Palomar.
Francisco Sánchez

El Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) acaba de dar por buena la sentencia de la Audiencia de Zaragoza que condenó a 13 años de prisión a William Oswaldo Valverde por la brutal violación de una joven discapacitada de 22 años. La víctima, que tiene reconocida una minusvalía intelectual del 48% que la hace especialmente vulnerable, buscó refugió en los aseos del bar del parque Palomar, en el barrio de Las Delicias. Y allí fue donde saltó la alarma, porque al verla sangrando, una camarera llamó a la Policía. Poco después, la chica ingresaba en urgencias con una hemorragia masiva que obligó a operarla para salvarle la vida.

El acusado, de 47 años, reconoció en el juicio que el 3 de julio de 2020 estuvo con la chica en una pensión. Según este, ambos acordaron acudir juntos para mantener relaciones íntimas, pero no llegaron a consumarlas porque ella tenía la regla. El acusado aseguró que cuando dejó a la joven en la parada del autobús para que volviera a casa, esta se encontraba en perfectas condiciones. De ahí que la defensa, a cargo del letrado Oscar Espinosa, mantuviera siempre que tuvo que ser otro hombre quien asaltara y agrediera después a la víctima.

Los magistrados de la Sección Primera descartaron en su sentencia tal posibilidad, declarando probado que el encausado violó con «inusitada violencia» a la chica en la pensión Laborra. Pero la defensa recurrió el fallo ante el TSJA, al que volvió a intentar convencer de la inocencia de su cliente y de que el verdadero agresor seguía en libertad.

Sin embargo, como hiciera la Audiencia de Zaragoza, el Tribunal Superior descarta ahora esta opción. «No hay espacio temporal que deje posibilidad de que la agresión la pudiera haber realizado persona distinta del acusado. El único momento en que la joven está sola son los 18 minutos que tarda en ir desde donde la deja el autobús hasta el bar donde la atienden», dice la sentencia. «Y en tan breve espacio de tiempo va por vía pública –añade–, sin constancia alguna de que pudiera haber sufrido ninguna agresión sexual».

La defensa también había solicitado al TSJA que anulara las actuaciones desde el momento en que la víctima declaró en sede judicial, ya que, dada su discapacidad, las partes no pudieron estar presentes. A este respecto, recuerda el tribunal que la Ley de Enjuiciamiento Criminal permite al juez instructor proceder de este modo cuando se trata de menores o personas con falta de madurez «para evitar causarles daños». El TSJA reconoce que problemas «técnicos» impidieron al abogado del acusado formular preguntas aquel día a la víctima, pero le dice que pudo hacer todas las que quiso en el juicio.

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