zaragoza

El Balcón de San Lázaro suma 29 meses cerrado y sigue "sin fecha prevista" de reapertura

El del Arrabal es el único equipamiento municipal que no ha recuperado su actividad desde la pandemia, aunque los vecinos han solicitado retomar las visitas guiadas.

El el interior se conservan restos del convento que fue fundado en 1224.
El el interior se conservan restos del convento que fue fundado en 1224.
Heraldo

Se utiliza hasta la saciedad pero solo su parte exterior, esto es, el mirador que ofrece vistas al Ebro y que ha sido en los últimos tiempos escenario de mítines políticos e, incluso, de grabaciones de programas como ‘Masterchef’. Sin embargo, el interior del Balcón de San Lázaro, el centro de interpretación, duerme el sueño de los justos y es el único equipamiento municipal que no ha reabierto sus puertas después de la pandemia.

Hasta su cierre hace ya 29 meses, eran los vecinos de la asociación Tío Jorge del Arrabal los que de forma voluntaria y enseñaban unas instalaciones en las que se conservan restos arqueológicos del antiguo convento del siglo XIII. De hecho, en febrero de 2020 y tras unas exitosas visitas aquel San Valero se propusieron retomar la actividad, de manera guiada y gratuita, pero la pandemia desbarató los planes. El Balcón lleva cerrado a cal y canto desde entonces, a pesar de que los vecinos han mostrado interés en recuperar los paseos los primeros sábados de mes para volver a explicar a los turistas lo fundamental que fue este espacio como baluarte defensivo durante los Sitios.

El Ayuntamiento confirma que "de momento no hay fecha prevista de apertura", así que el de 2022 será otro verano en blanco para unas instalaciones que no figuran entre las prioridades del equipo de Gobierno. Ya el año pasado se dijo que el estado de conservación de los restos era "deficiente debido a las humedades del centro", pero los vecinos consideran que se han tenido meses de sobra para afrontar unas obras de mejora que nunca acaban de llegar. 

La reforma de toda la zona costó 16 millones, de los que 400.000 se destinaron al equipamiento

Uno de los problemas que afronta el centro es que los aspersores de riego de los caminos cercanos llegan a verter agua a la altura de la puerta, que habría que proteger debidamente. Además, también convendría mejorar los cerramientos porque sus paredes son láminas de madera, por cuyas ranuras se cuelan el polvo y la suciedad. Al no ser un edificio hermético, el aislamiento es muy mejorable, como puede comprobarse tanto en días de calor como de mucho frío.

El centro de interpretación ha sido un quebradero de cabeza para los distintos equipos de gobierno y desde su estreno en 2008 se han sucedido los episodios de aperturas y, sobre todo, de cierres. No es ‘pecata minuta’, dado que la reforma de toda la zona -en donde se creó un espacio peatonal de 2.500 m²- costó 16 millones, de los cuales 400.000 se destinaron al equipamiento. Los restos que se visitan, aunque relevantes (la traza de la cripta y el ábside de la iglesia de Altabás) no son espectaculares y eso hace que los zaragozanos con cierto afán arqueológico ya los hayan recorrido. No obstante, según datos de la asociación de vecinos, sus visitas guiadas llegaban a movilizar a unas 1.200 personas al año, una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta que no tenían periodicidad fija y que contaban con un aforo limitado a 20 participantes por encuentro.

Según el convenio que los vecinos mantenían con el Ayuntamiento, el centro se abría para visitas escolares y el primer sábado de cada mes, por las mañanas, para el público general. Se llegó a imprimir un folleto informativo para divulgar la actividad y había unas cuantas fechas en las que las visitas -en San Valero, durante las fiestas del Arrabal o en sus jornadas identitarias- gozaban de mucho más tirón y demanda.

Algunos curiosos se asoman entre los listones de madera para ver qué se esconde dentro.
Algunos curiosos se asoman entre los listones de madera para ver qué se esconde dentro.
Heraldo

No obstante, el Consistorio lleva años estudiando fórmulas para dotar de mayor gancho turístico el recinto y, por ejemplo, durante un tiempo se llegaron a celebrar microconciertos junto a las ruinas. También se llegó a proponer que el Balcón pudiera albergar un espacio de restauración que lo potenciara como enclave turístico y, de hecho, en 2008 hubo un acuerdo por unanimidad para dotar al recinto de luz, agua y desagües en previsión de "usos complementarios". No en vano, en las inmediaciones ya hay ejemplos de patrimonio reconvertido en servicio de restauración como es el Molino de San Lázaro. La idea era "perfeccionar la oferta expositiva con algún servicio de hostelería", una cafetería, un restaurante o un velador que habría que sacar a concurso. 

De momento, los atractivos se reducen, además de los restos, a una serie de paneles informativos con estampas históricas y, por supuesto, la vista de Van den Wyngaerde de 1563, así como la de Juan Bautista Martínez del Mazo, de 1647, en las que se ve desde ese punto de la margen izquierda la configuración de la ciudad con su muralla medieval y las torres que entonces coronaban Zaragoza. Un osario de la guerra de la Independencia hallado durante las prospecciones, varios planos centenarios o documentos estratégicos de los Sitios (Palafox instaló aquí su cuartel durante las refriegas) formaban parte de lo que en su día se dijo que podría integrar el museo. Entre otros hipotéticos usos, también se habló de hacer en el centro un museo del puente de Piedra (el problema es el mismo, su escaso cerramiento impide que se exhiba nada de valor) o un espacio para actividades vecinales dependientes del PICH.

El tragaluz permite intuir parte del centro de interpretación.
El tragaluz permite intuir parte del centro de interpretación.
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Historia de un símbolo (y un aparcamiento)

Los restos del convento de San Lázaro 'emergieron' en 2007 cuando estaba previsto construir junto a la ribera un túnel de 130 metros para soterrar todo el tráfico en la zona. El convento, fundado por orden del rey Jaime I el Conquistador en 1224, desempeñó un papel fundamental en la defensa de los Sitios, cuando sirvió de baluarte defensivo de la ciudad por el norte y en sus inmediaciones se vivieron cruentos combates para proteger el acceso al puente de Piedra. Después fue objeto de la desamortización de Mendizábal (1835) y acabó en manos del Ejército, que construyó un cuartel sobre los restos del monasterio. En 1983 todo fue demolido y sobre el solar se construyó un aparcamiento de autobuses.

En el centro de interpretación se explica cómo, en origen, el convento tenía tres claustros y el más conocido era el denominado 'del pozo' por sus saludables aguas. También se informa sobre la orden militar y religiosa de los mercedarios (Nuestra Señora de La Merced), fundada en 1218 por San Pedro Nolasco, esencial en la conquista de Valencia. Los restos conservados pertenecen al siglo XVII, cuando el convento contaba con iglesia de cruz latina de grandes proporciones, con ocho capillas, tres sacristías y numerosos retablos y lienzos procedentes de Italia.

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