basílica del pilar

Los niños vuelven a pasar por el manto: "Tenía la ilusión de darle un besito a la Virgen"

La basílica del Pilar ha recuperado tras dos años y medio "una de las tradiciones más arraigadas". Con ella, decenas de familias han cumplido su deseo de llevarse cosnigo un "recuerdo para toda la vida".

Claudia, de 4 años, ha sido la primera niña en pasar por el manto de la Virgen del Pilar este viernes, tras recuperarse la tradición.
Claudia, de 3 años, ha sido la primera niña en pasar por el manto de la Virgen del Pilar este viernes, tras recuperarse la tradición.
Oliver Duch

Después de "casi tres años acumulados" sin que pasen niños, la Basílica del Pilar recuperó este viernes una de las tradiciones más aclamadas por las familias aragonesas que, con emoción, han seguido las indicaciones del deán del Cabildo Metropolitano de Zaragoza para acompañar a sus hijos a pasar por el Manto de la Virgen. 

Claudia Giménez Valero, de 3 años, ha sido la primera en subir a la Santa Capilla acompañada de un infantico. "Íbamos a hacerlo cuando era más pequeña pero nos pilló la pandemia y no pudimos. Ayer nos enteramos por el HERALDO y enseguida pedimos cita. Tenía la ilusión de darle un besito a la Virgen", cuenta su padre, Jesús Ángel, desde uno de los bancos reservados para las familias (dos acompañantes por niño). 

Él no recuerda a qué años cumplió la tradición de pasar por el manto de la Virgen, pero está convencido de que también lo llevaron sus padres "y no una, sino varias veces". "Nos hace mucha ilusión que se recupere", afirma Belén, su mujer, sin perder de vista a la pequeña. 

"Anuncio con gozo que recuperamos aquella tradición que la pandemia nos robó. Y la recuperamos con algunos cambios"

Iván ha sido el segundo niño en pasar por el manto, siguiendo el orden y las explicaciones anunciadas por el deán Joaquín Aguilar, quien confesaba al comienzo de la actividad su emoción por "recuperar una de las tradiciones más arraigadas" en esta ciudad. "Para cualquier aragonés, desde su infancia, es obligado pasar por el manto. Por eso hoy (este viernes), anuncio con gozo que recuperamos aquella tradición que la pandemia nos robó. Y la recuperamos con algunos cambios. Vamos a hacerlo dándole un sentido más de devoción a la Virgen", anunciaba minutos antes de que pasaran los primeros niños.

Los nervios le han jugado una mala pasada a Iván, de 7 años, quien se ha llevado las manos a la cabeza cuando su madre, al acabar, le ha preguntado si le había pedido un deseo a la Virgen. "¡Ay! Se me ha olvidado...", contaba apesadumbrado, mientras ella le consolaba diciendo que ahora tendrán la oportunidad de volver más veces. Aunque en su caso, esta tampoco era la primera. Su madre, Desiré, se emociona al hablar de un acto que vivió también de niña. "Al final, la pandemia nos ha robado tiempo a todos y esto es una de las cosas que más anhelaba. Para mí es un orgullo, y nada más ver la noticia ayer pedí cita", contaba cerca de las 11.00 de este viernes, al terminar el primer turno de media hora. 

"Lara tiene seis meses, y hacía tiempo que veníamos a mirar. Mis padres se casaron aquí, y a mi hermano y a mí nos baturizaron y comulgamos en el Pilar"
Ana Badía y su hija Lara posan junto al manto de la Virgen del Pilar.
Ana Badía y su hija Lara posan junto al manto de la Virgen del Pilar.
Oliver Duch

Ana Badía atrajo todas las miradas con su hija de seis meses, la más pequeña en fotografiarse junto al manto de la Virgen en brazos de su madre. Cuenta que llevaban tiempo acercándose a la Basílica para preguntar cuándo volvería la aclamada tradición. Y este viernes, ante la atenta mirada de los feligreses y otras familias, esta zaragozana cumplió su deseo de volver al templo para que su bebé tenga también este "bonito" recuerdo impreso para cuando crezca. "Lara tiene seis meses, pero hacía tiempo que veníamos a mirar. Mis padres se casaron aquí,  a mi hermano y a mí nos baturizaron aquí y comulgamos también en el Pilar. Nos hace mucha ilusión volver. La niña ahora no se va a acordar, pero quizás luego repita", dice con una sonrisa. 

Por su parte, el deán del Cabildo Metropolitano de Zaragoza, Joaquín Aguilar, dedicó unas palabras a los medios al acabar este primer turno, en el que pasaron diez niños, acompañados de un infantico, por el manto de la Virgen. "Ha sido un momento casi igual de emotivo que cuando la basílica estuvo cerrada y se volvió a abrir", señalaba al recordar algunas anécdotas que les ha dejado la pandemia.

"Nunca en la historia se recuerda que el Pilar hubiera estado 57 días cerrado. Eso es muy gordo, y sobre todo sabiendo que había aquí una cámara de 360º, 24 horas con la Virgen del Pilar. En dos meses y pico hubo más de un millón de visitas... Eso llama mucho la atención, y hoy también se ha sentido", afirma el deán, que recuerda también otros momentos que le han emocionado particulamente en este tiempo. Entre ellos, un joven que un día lluvioso se arrodilló frente al retablo de Pablo Gargallo "rezando y braceando, preguntándose 'que es esto'", o el homenaje de los taxistas que les sorpredieron y trajeron el Día de la madre una cesta de flores a la Virgen. "Nos llamaron pidiendo que, por favor, la cogiéramos. La metimos dentro y la pusimos aquí. Pero es que la verja de fuera ya tenía ramos de flores atados. La gente ya no podía aguantar al final... Últimamente recibíamos continuas llamadas a la sacristía preguntando cuándo se puede pasar a los niños... Familias de Tenerife que pensaban venir, otras de aquí... Así todos los días", relata Aguilar, al indicar que han llenado ya agendas para este fin de semana, cuando se espera que pasen alrededor de 40 niños por la Santa Capilla. "Realmente había hambre y para mí ha sido una gran emoción. Es muy triste estar como hemos estado y ojalá que no se repita más. Pero es muy emocionante también el retorno y el regreso", concluye el deán.

Se mantendrá la cita previa y se espera aumentar a grupos de 15

De cara a estos meses de julio y agosto, el deán del Cabildo ha anunciado que esperan ampliar a 15 niños cada grupo que pase por el manto, dada la "buena acogida" que ha tenido el regreso de esta tradición y el "respeto" y la "prudencia" que han mostrado las familias. La cita previa es, a su juicio, la manera de poner orden y evitar aglomeraciones. "Se produce un silencio respetuoso que es de agradecer. Y a nosotros nos gustaría que fuera así. Los infanticos son también muy pequeños y para subir bebés arriba hemos tenido alguna caída, y eso es muy doloroso. De esta forma, las familias ya saben a la hora de venir por dónde tienen que entrar y cómo tienen que hacerlo. El paso de los niños antes era un jolgorio, y ahora me he sorprendido porque ha quedado maravilloso", subraya. 

Con el regreso de esta tradición, la basílica del Pilar celebra también su progresiva vuelta a la normalidad, pues aunque todavía queda alguna prohibición dentro del templo, el funcionamiento es ya lo más parecido a antes de la pandemia. "Hace como tres semanas que ya se puede tocar la Santa Columna, porque habíamos puesto una valla para que la gente no se acercara demasiado, pero la Delegación de Gobierno nos ha comunicado ya que no hay ningún problema con tocar. Se puede tocar, pero no besar, aunque luego la gente emplea sus trucos para darle besos en la lejanía... Las misas se llenan y un 70% de los fieles va con mascarilla. La gente ha sido muy respetuosa y prudente. Lo ha sido siempre. Y estamos orgullosos de que así sea", apostillan desde el Cabildo. Entre los feligreses, María, una octogenaria, observaba también este viernes, con "ilusión", el paso de los niños por el manto de la Virgen. Cuenta que lleva viniendo a la basílica "desde chiquitita", y ahora lo hace todas las semanas. Ella tampoco oculta su emoción al ver pasar a los niños. "Somos aragoneses y lo sentimos bien", resume.

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