Final feliz para el caso del chico que perdió un implante coclear en Valdefierro
Un paseante localizó el aparato en la zona en la que el joven lo extravió el pasado 11 de febrero
Alegría y felicidad en la familia de Andrew, el zaragozano que el pasado 11 de febrero extravió en el barrio de Valdefierro uno de los dos implantes cocleares que lleva desde que tenía 3 años. Un ciudadano que paseaba a su perro encontró el dispositivo y se puso en contacto con los padres del joven, que ya ha vuelve a tenerlo en su poder.
La pérdida se produjo cuando Andrew, de 15 años, bajó en una parada del autobús 24 para dirigirse a su domicilio, pero después no fue capaz de recordar el lugar exacto en el que pudo caérsele. Sí pudo recrear el recorrido con sus padres, que junto a amigos y familiares iniciaron una exhaustiva búsqueda por la zona para tratar de encontrarlo. Pero la batida fue infructuosa, con lo que inundaron el barrio con carteles de aviso y números de teléfono por su alguien lo encontraba. HERALDO también se hizo eco del suceso, y gracias a ello una ciudadana se puso en contacto con Johanna, la madre de Andrew, para poner a su disposición un dispositivo similar al del menor.
Y es que, tal y como contó Johanna a este periódico, cada dispositivo cuesta 7.500 euros, aunque la Seguridad Social subvenciona la mayor parte. El problema es que la ayuda no contempla el extravío del implante, por lo que la familia, que ya tuvo que hacer un gran esfuerzo económico para pagar su parte correspondiente de cada aparato, debería ahora afrontar el pago íntegro del mismo.
“La señora se portó muy bien, nos vendió el aparato, que había pertenecido a su padre, por un precio que, en comparación con lo que habríamos tenido que pagar por uno nuevo, es casi simbólico”, explicaba este jueves Johanna.
Y eso que cada implante lleva un programa especial que lo hace único para el paciente que lo recibe. Tanto es así, que el aparato que Andrew lleva en el oído derecho no sirve para el izquierdo, y al revés. Sin embargo, sí pudieron descargar el programa en el audífono ofrecido por la zaragozana, que ahora pasará a la reserva por si a alguno de los originales se deteriora o vuelve a ser extraviado.
Porque la suerte se puso de nuevo del lado de la familia cuando, días después, sonó el teléfono para darles la gran noticia de que un paseante había localizado el aparato extraviado. Johanna cuenta que el colegio La Purísima, donde estudia Andrew, ya les había informado de que el joven no podía estar más tiempo sin uno de los dos implantes.
No es la primera vez que las redes sociales hacen su ‘magia’ cuando algún ciudadano pide ayuda para encontrar un objeto extraviado, o alguien que encuentra algo que pudiera tener valor sentimental para alguien anuncia que lo ha hallado para tratar de localizar a su dueño. Así ocurrió por ejemplo con una fotografía encontrada en el tranvía de Zaragoza, o un tambor de Semana Santa, entre otros objetos.
