Hace unos días nos hacíamos eco de una fotografía encontrada el tranvía de Zaragoza, que finalmente, gracias a la gran difusión que alcanzó en redes sociales la noticia publicada en HERALDO, volvió a su dueño en cuestión de horas. En esta ocasión recogemos una historia en la que es la propietaria quien solicita ayuda para encontrar un objeto extraviado muy especial.

El pasado sábado, Patricia Calleja volvió de ensayar con su cofradía. Aparcó el coche sobre las 20.00 en el barrio de la Almozara, en la esquina de Mariano Castillo con Sierra de Vicor, y descargó varios bultos, entre ellos, su tambor y se marcharon… sin el instrumento. “Se quedó ahí. Y aunque a la media hora volvimos, ya no estaba”, explica a este periódico la zaragozana, quien junto a su hermana, también cofrade, ha recurrido a las redes sociales en busca de colaboración, tras contactar con la oficina de Objetos Perdidos de Zaragoza sin éxito.

El post publicado este domingo en su perfil de Facebook ha alcanzado una importante repercusión (más de 300 compartidos en menos de 24 horas), de lo cual Patricia se muestra gratamente sorprendida y espera que sirva para recuperar su tambor, que iba envuelto en una funda negra, y que tiene un gran valor, más allá de lo económico. Y es que una de las cintas de la Virgen del Pilar que lleva atadas el instrumento, de color blanco, tiene una especial vinculación con el fallecimiento de su padre. “Es lo que más me duele”, reconoce apenada Patricia, cofrade desde hace 27 años. Fue su hermana, Eva María, quien se inició en este ámbito y extendió esta devota afición al resto de la familia. 

Patricia da más detalles para identificar el tambor por si alguien lo encuentra: “lleva (además de la blanca) una cinta de color morado y otra naranja, y un llavero de la junta coordinadora de año 2007”. Además, la su nombre y apellidos aparecen inscritos en la bandolera.

Desde su cofradía, la de Jesús de la Humillación, también han compartido en sus redes sociales la publicación de Patricia, solicitando su difusión: