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La ayuda a domicilio reduce un 11% su lista de espera pero aún aguardan 3.590 vecinos

El Ayuntamiento de Zaragoza se compromete a incorporar a otros 350 usuarios este 2021.

Celia Álvarez, de 89 años, en su vivienda de Zaragoza junto a una de las trabajadoras del SAD.
Celia Álvarez, de 89 años, en su vivienda de Zaragoza junto a una de las trabajadoras del SAD.
Francisco Jiménez

Un total de 3.590 vecinos de la capital aragonesa están en la lista de espera del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) para convertirse en nuevos usuarios. La abultada cifra, en cualquier caso, se ha reducido en los últimos dos años, en los que 433 vecinos han accedido a esta prestación municipal, lo que supone una disminución de casi el 11% de los inscritos que aguardan su turno.

El gobierno PP-Cs quiere seguir por ese camino, y el concejal de Acción Social, Ángel Lorén, se ha comprometido a lograr a lo largo de este 2021 una reducción similar. "Estamos en ello y creemos que es posible", asegura el edil, que destaca que la clave para lograrlo ha sido la regularización del contrato, que llevaba caducado desde 2016.

Actualmente, el SAD cuenta con 6.905 usuarios activos, de los que 5.300 están en la rama preventiva y 1.605 en la de dependencia. Pero, además, otras 3.590 personas permanecen en lista de espera, 443 menos que en junio de 2019, cuando la coalición PP-Cs tomó el mando del gobierno municipal. El principal objetivo de este recurso, tal y como explican desde el Consistorio, es "el mantenimiento de los mayores en su propio domicilio", aunque también sirve para detectar "situaciones de riesgo o necesidad".

Las trabajadoras suelen ayudarles con las labores domésticas cotidianas, como la limpieza del hogar, la cocina o la compra de alimentos. Esta última es una tarea que en medio de la actual pandemia los usuarios "valoran muy positivamente", según apuntan fuentes municipales, al evitarles el desplazamiento a los comercios. En la mayoría de casos, el servicio se presta uno o dos días a la semana, habitualmente con dos horas por jornada, si bien se adapta a cada perfil según la valoración de los servicios sociales.

Actualización del convenio

Para el concejal responsable del área, la regularización del contrato en enero de 2021 tras cuatro años caducado es lo que ha permitido reducir la lista de espera. Ha servido para ejercer un mejor control y seguimiento de las contratas, ahora Arquisocial, Sanivida y People Plus Innovation, y para mejorar de forma «notable» las condiciones laborales de las 850 trabajadoras. Como recuerda Lorén, la actualización del convenio ha permitido una subida salarial del 20% y que se reduzca su jornada en 45 horas anuales.

El nuevo contrato tiene un valor estimado de 89 millones de euros, con dos años iniciales de duración y dos posibles prórrogas. Es el más voluminoso de Acción Social y uno de los de mayor envergadura del Ayuntamiento. "Precisamente en este periodo de pandemia se ha visto que es una herramienta fundamental", defiende el edil del PP, que asegura que no solo se ha logrado mejorar el servicio sino también "la calidad de vida de los usuarios".

Celia Álvarez, usuaria del servicio de ayuda a domicilio: "Somos como familia, me ayudaron mucho cuando me rompí la cadera"

Cada jueves, desde hace tres años, Celia Álvarez abre las puertas de su vivienda a Johana. Pasa allí dos horas y la ayuda a limpiar las habitaciones a fondo y en cualquier otra necesidad. Dice estar "encantada y muy agradecida" con todas las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD). En total, lleva trece años siendo usuaria de esta prestación municipal. "Desde que tenía 77 y voy a hacer 90", puntualiza.

Aunque asegura que nunca ha tenido reparos en pasar tiempo sola, y así vive desde que falleció su marido 23 años atrás, Celia cuenta que la ayuda de estas mujeres ha sido indispensable. Sobre todo, cuando hace unos meses se rompió la cadera en una mala caída. Entonces, en lugar de una vez por semana, una trabajadora del SAD acudía cada mañana. Ahora, gracias a ellas y al cuidado de sus hijos y nietas, ya está mejorando. "Siempre me han tratado muy bien y con mucha educación, las chicas que vienen son encantadoras, amables y cariñosas", cuenta Celia.

"Limpian el piso para toda la semana. Luego hay que darle algún repaso pero ya tienes todo bastante bien", resume. Es el servicio más habitual que prestan. También hacen la compra o cocinan. En el confinamiento, las trabajadoras fueron las únicas personas con la que pudo tener contacto habitual. "No dejaron de venir. Te sientes como si fuéramos familia", asegura.

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