coronavirus en aragón

Una familia de Zaragoza confinada pide ayuda para su abuela: "Estamos viviendo los días más duros de nuestra vida"

Marta García Chavarri y su familia dieron positivo por coronavirus a mediados de esta semana. Su abuelo permanece ingresado en el Servet a causa de la enfermedad y su abuela, pendiente de PCR, en su domicilio. 

Marta Garcia Chavarri, una estudiante zaragozana de 18 años, se encuentra confinada junto a sus padres y su hermana tras dar todos ellos positivo por coronavirus.
Marta Garcia Chavarri, una estudiante zaragozana de 18 años, se encuentra confinada junto a sus padres y su hermana tras dar todos ellos positivo por coronavirus.
M. G.

La zaragozana Marta García Chavarri, de 18 años, y su familia están viviendo "los días más duros" que recuerdan a causa del coronavirus. "Hace una semana mi abuela tuvo que ir al hospital porque se cayó y mi padre la tuvo que acompañar. Ese mismo fin de semana, mi padre empezó a tener síntomas de fiebre, malestar general... Le realizaron una PCR y dio positivo. Tras él, mi madre, mi hermana y yo hemos dado positivo también", relata esta joven zaragozana que estudia Trabajo Social. 

Confinados en el domicilio, aseguran estar pasando la enfermedad con síntomas leves -propios de un catarro-, pero todo el "estrés" que genera esta pandemia se ve agravado por la "preocupante" situación en la que se encuentran sus mayores

El abuelo de Marta, de 85 años, permanece ingresado desde el pasado domingo en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza tras haber dado también positivo por la covid-19. Su abuela, de 84, está sola en casa a la espera de los resultados de una PCR que le hicieron este miércoles y que temen que acabe dando también positivo. "Estamos los cuatro en casa confinados, sin poder salir, y mi abuela es una persona mayor que necesita ayuda. Estamos llamando a todos los ambulatorios, a Cruz Roja y otras asociaciones que conozco para ver si alguien se puede hacer cargo de ella estos días. Antes estaba con mi abuelo y tenían una señora que los iba a cuidar. Nosotros íbamos por las tardes, pero a raíz de esta situación ya no ha podido ir nadie y hablar con ellos es imposible porque el teléfono hay veces que ni lo escuchan al ser tan mayores. Estamos pasando unos días horribles...", confiesa visiblemente angustiada esta joven. 

"Nos han dicho que nadie puede acercarse a ella. Estamos rotos y asustados en casa, esperando que alguien nos dé una solución"

Desde que el pasado domingo ingresara en el Servet el veterano de esta familia, que fue intubado este jueves, la organización para cuidar a su abuela, sola en el domicilio, se ha convertido en una preocupación añadida a la enfermedad de todos ellos. "Al ser de riesgo, nos han dicho que no puede acercarse nadie. Hemos intentado recurrir a Cruz Roja y nos dan para dento de tres o cuatro días. Yo entiendo que muchas familias estén igual o peor. Pero nos sentimos solos. Estamos rotos y asustados porque nos llaman cada seis horas del hospital para darnos un parte de nuestro abuelo, al que no vemos desde el domingo. Y mientras con mi abuela, que nos pregunta todos los días por él, no puede ir nadie", lamenta. 

A Marta y al resto de su familia les gustaría que en estos momentos la atención a estas personas mayores que viven o se han quedado solas en sus domicilios fuese una "prioridad" para las instituciones. Aunque al mismo tiempo saben -y así lo reconoce esta joven- que los sanitarios están "desbordados", haciendo todo lo posible por atender y curar a todo el mundo. "Gracias a que mi abuelo está en el hospital, y lo están tratando muy bien, estamos algo más tranquilos, pero ahora quien nos preocupa es mi abuela, que está preocupada y no tiene la capacidad de hablar de una persona joven. Ella de momento está bien, pero necesita ayuda para moverse y no puede estar sola. Nosotros vivimos a dos calles y estamos volviéndonos locos porque nadie puede ir con ella al estar todos confinados", lamenta esta zaragozana, vecina del barrio de Casablanca

En casa, junto a sus padres y su hermana, se organizan como pueden para sobrellevar lo mejor posible el confinamiento. Su padre teletrabaja, su madre está de baja y su hermana mayor, de ERTE. Ella sigue las clases de la universidad online y ha recibido el apoyo y la comprensión de todos sus profesores. "Ahora estamos pendientes del teléfono por si le pasa algo a mi abuelo... Ayer estaba en la uci, intubado con oxígeno e insuficiencia renal, pero esta mañana nos han llamado para decirnos que lo pasaban a planta y que estaba estable. A mi abuela no le hemos dicho nada para no preocuparla...", recalca. 

Marta y su familia agradecen también el apoyo que les están brindando estos días desde el área de Enfermería del Hospital Miguel Servet. "Cada tres o cuatro horas las médicas nos llaman y nos dicen que si él pudiese hablar podríamos hacerlo, pero al ser una persona mayor, sin teléfono y en la situación en la que está… Le daremos un mensaje a nuestro abuelo a través de las enfermeras, que son muy majas y se están portando muy bien. Eso es ahora mismo lo que nos animaYo creía que al estar tan saturados no tendríamos noticias… pero realmente nos están ayudando mucho. La ambulancia el primer día llegó enseguida, vino la médica… se ha preocupado todo el mundo y estamos muy agradecidos por eso", puntualiza. 

Su hermana Laura, de 26 años, con sus abuelos, en una fotografía que les sacó Marta antes de la cuarentena.
Su hermana Laura, de 26 años, con sus abuelos, en una fotografía que les sacó Marta antes de la cuarentena.
M. G. C.

Antes de la cuarentena, Marta asegura que llevaba una vida "responsable", cumpliendo con todas las medidas pautadas para evitar la propagación de la covid-19. "Cada vez que iba a ver a mis abuelos me ponía dos mascarillas y un par de guantes. Quedaba también a veces con algunas amigas, pero cumpliendo las normas. No montábamos fiestas ni hacíamos todo eso que se ve por la televisión que se juntan 30 en una casa... Nos reuníamos siempre menos de seis y estábamos el tiempo justo en una terraza", señala. 

"Yo creía que a mí nunca me iba a pasar… que tenías que tener cuidado, pero que nunca le iba a llegar a tus abuelos"

Al ver las noticias, Marta se avergüenza y no se ve reconocida en la imagen irresponsable e incívica que están dando otros chicos y chicas de su edad, a quienes dirige este mensaje en un intento por sensibilizar y ayudar con su testimonio a "salvar" vidas. 

"Yo creía que a mí nunca me iba a pasar… que tenías que tener cuidado, pero que nunca le iba a llegar a tus abuelos", dice llorando. "Yo guardaba las distancias, cumplía las medidas... pero de pronto llega el diagnóstico y te deja desolada y rota, porque tú también estás mal. Por eso les diría que tengan cuidado, que te puede tocar a ti o a tu abuela, y cuando pasa, en tres días no sabes ya qué hacer para ayudar a tu familia. Estás solo, teniendo que pedir ayuda", apostilla. 

"Agradecidos" por las muestras de solidaridad

Apenas unas horas después de hacer público su caso, Marta confiesa "muy agradecida" que la sociedad aragonesa se ha volcado con su particular situación familiar, habiendo recibido un montón de propuestas para ayudar a su abuela, que en estos momentos vive sola. 

"Hemos conseguido ya que vaya una chica interna y nos sentimos muy agradecidos... Además, mi abuelo está evolucionando muy bien, y ya no necesita intubacion. Muchísimas gracias a todo el mundo por el apoyo. Es impresionante la de buenas personas que hay en esta ciudad. Gracias de corazón", contaba muy contenta a última hora de este viernes. 

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