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Enfermo de covid tras más de 5 meses en la uci: "No entiendo que haya gente que no se tome en serio el virus"

Leonardo Subías, de 70 años y vecino de Salas Altas, es probablemente el aragonés que más tiempo ha pasado en una unidad de cuidados intensivos tras contagiarse. Le dieron el alta el 17 de septiembre tras casi seis meses hospitalizado.

Leonardo Subías esta mañana en su casa en la localidad de Salas Altas, en Huesca.
Leonardo Subías este miércoles en su casa en la localidad de Salas Altas, en Huesca.
L. S.

Para Leonardo Subías y su familia el pasado 1 de septiembre supuso volver a empezar otra etapa de sus vidas, tal y como reconoce su esposa Inma Subías. Ese día, este vecino de la localidad oscense de Salas Altas, pasó a planta tras estar 5 meses y una semana en la UCI del Hospital de Barbastro tras ser ingresado por coronavirus el 22 de marzo apenas unos días después de decretarse el primer estado de alarma. Este viticultor, de 70 años, es probablemente el aragonés que más tiempo ha pasado en una unidad de cuidados intensivos en la Comunidad por culpa del virus. "De ellos, casi cuatro no recuerdo absolutamente nada; lo único sueños tenebrosos y en algún caso repetitivos", dice. Le dieron el alta el 17 de septiembre; en total, casi 6 meses hospitalizado. "Hubo momentos delicados, pero he estado en el grupo de los afortunados que lo han podido superar", reflexiona.

Leonardo, una persona sana, se contagió en un viaje de la tercera edad que hizo con su mujer a Ibiza. Tres días después de regresar apareció la fiebre y, suponiendo que se trataba de la covid, se autoaisló en una habitación de su casa. Lo que no acaba de entender aún es cómo ella no se infectó también. "Tuvimos mucho cuidado, pero hasta que no aparecieron los primeros síntomas estuvimos juntos en todo momento. Afortunadamente no le tocó", afirma aliviado.

Tras una semana automedicándose con paracetamol y en vista de que la fiebre no remitía, acudió al centro de salud, después de llamar a su médico de cabecera, y de ahí directo al Hospital de Barbastro. Una semana en planta, los primeros problemas respiratorios y a la uci. "A partir de ahí, una nube oscura. No soy consciente de lo que me pasó en ese tiempo; supongo que me sedaron. Algún momento tendría de lucidez, pero se borró de mi mente en esos primeros cuatro meses", comenta. Sí es consciente de la punción que le hicieron debajo de las axilas para extraerle líquido pleural a finales de julio porque a partir de ese momento empezó a "remontar".

"Si a la uci entré el 28 de marzo, antes de mitad de mayo ya estuve libre de covid. Mis pruebas daban negativas, pero el virus dejó sus restos: fundamentalmente de tipo respiratorio. Infecciones respiratorias, bacterias de la uci... Supongo que mis defensas estaban bajísimas y allí pillé casi todo. Tenía unos días que parecía que iba a remontar y, de pronto, aparecía una infección y otra vez al pozo. Anduve con estos picos de sierra esos cuatro meses. Incluso hubo algún momento  que me tuvieron que dar descargas para tratar de normalizar mi ritmo cardíaco. Por lo que me cuentan mis hijos, fueron momentos difíciles. No sé si mi organismo era fuerte o que en realidad no era mi hora todavía: afortunadamente salimos de todo ", cuenta. 

Leonardo Subías abandona el hospital mientras recibe el aplauso de los sanitarios del Hospital de Barbastro.
Leonardo Subías abandona el hospital mientras recibe el aplauso de los sanitarios del Hospital de Barbastro.
L. S.

Oír la palabra coronavirus hace que los pelos se le pongan de punta y vive con tristeza la segunda ola de contagios. "No entiendo que haya gente que no se lo tome en serio. Seis meses de hospitalización han sido la consecuencia de haberlo tenido. Es medio año de mi vida en el que han pasado infinidad de cosas de las que no me enteraba; incluso cosas serias a nivel familiar, que mis hijos no me contaban para no preocuparme. He perdido cosas de lo que era mi vida normal que ya no las volveré a vivir", asegura.

A los jóvenes

Leonardo Subías hace hincapié en que los ciudadanos sean consecuentes con la realidad ante la covid y traten, "al menos", de cumplir con las normas sanitarias. "Hay personas que quizá creen que como son jóvenes a ellos no les afecta. Lo que es cierto es que aunque no les afecte mucho sí son transmisores en su entorno", advierte. 

Al mismo tiempo, todo son elogios para el personal sanitario del Hospital de Barbastro. "No tengo más que alabanzas para los profesionales que me atendieron en la uci y en el centro de rehabilitación", cuenta. Una agradecimiento que hace extensivo a todos los trabajadores del centro. "Los políticos no están a la altura de los sanitarios. Estos están dando de sí todo lo que pueden y los políticos creo que andan buscando votos por todas partes", se lamenta.

"Los políticos no están a la altura de los sanitarios. Estos están dando de sí todo lo que pueden y los políticos creo que andan buscando votos por todas partes"

En cuanto a su recuperación, tres días a la semana tiene que bajar al hospital para su rehabilitación; tantos meses postrado en una cama le provocaron insensibilidad en algún dedo del pie izquierdo y le dejaron sin masa muscular. Un mal menor, a su jucio, ante casos de gente que ha estado menos tiempo que él en una uci y a día de hoy todavía necesitan oxígeno. Además, sigue un tratamiento que es controlado por un internista. "Cuando me dieron el alta apenas era capaz de dar dos pasos. Ahora voy sin muletas y en la calle salgo con una. Era impensable una recuperación tan rápida. Creo que he sido afortunado, no he salido demasiado tocado".

Apoyo familiar

A su lado han estado en todo momento su esposa y sus dos hijos. Estos últimos iban cada día al hospital en cuanto pudieron visitarle en la uci (una vez dio negativo en covid). Su mujer, delicada de salud, se quedaba en casa pendiente de las noticias sobre su evolución. Y, mientras tanto, Leonardo esperaba la llegada de sus hijos "como agua de mayo". "El tiempo que estuve consciente se me hizo eterno. El día que se retrasaban cinco minutos ya pensaba que les había sucedido algo", comenta.

Su esposa pudo reencontrarse con él el 1 de septiembre, nada más bajar de nuevo a planta. "No hacíamos más que llorar; no salían ni las palabras. Ese día fue un regalo. Ha sido muy duro y meses de mucha incertidumbre. Para nosotros fueron seis meses como borrados de nuestra vida", subraya Inma Subías.

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