coronavirus

"Desde que pasé la covid, no respiro con normalidad"

Lidia Margot Córdova estuvo en dos ocasiones ingresada en el hospital y varios días en el centro de contagiados covid Albertia Cruz Roja en Valdespartera.

Lidia Margot Córdova, enferma de covid.
Lidia Margot Córdova, enferma de covid.
Francisco Jiménez

Dos estancias en el hospital Royo Villanova de Zaragoza y unos días en la residencia de Valdespartera de Cruz Roja para pacientes covid. Lidia Margot Córdova, auxiliar en una residencia de ancianos, ha vivido un calvario estos dos últimos meses y todavía no está recuperada por completo. Con 59 años y sin patologías previas, Lidia sufrió prácticamente todos los síntomas del virus. “Ingresé hace dos meses porque me faltaba el aire, vomitaba mucho, tenía fatiga y un dolor fuerte en el pecho y en la espalda. Tenía neumonía a raíz del coronavirus”, explica.

“Miedo” y “soledad”. “Me dijeron que me iban a bajar a la UCI. Aunque sabía que era por mi bien, tenía miedo por si moría, porque no me encontraba bien”, admite. Los médicos determinaron que finalmente no era necesario que Lidia pasase a la Unidad de Cuidados Intensivos. “Poco a poco me fui recuperando y me dieron el alta hospitalaria después de 20 días, pero el virus seguía en mi organismo”, puntualiza.

En su primer periodo en el hospital, Lidia vivió un episodio traumático: “El día más triste para mí fue cuando falleció mi compañera de habitación, que tenía unos 80 años”. A eso se sumó, cuenta, "lo difícil que resulta estar en el hospital y que no puedan venir a verte. Me sentía sola. A veces lloraba”. Su hijo le llamaba todos los días para preguntar por su estado de salud: “Cuando hablaba con mi hijo le decía que estaba bien para no preocuparle, quería que estuviesen tranquilos. Pero no estaba bien”

“Acudí a la residencia para no contagiar a las personas con las que vivo”,

Tras salir del centro hospitalario, Lidia acudió al centro de contagiados covid Albertia Cruz Roja, situado en el barrio zaragozano de Valdespartera. “Acudí a la residencia para no contagiar a las personas con las que vivo”, admite. Tan solo estuvo unos días, pero Lidia destaca que se encontró “mucho mejor que en el hospital”: “Podía salir de mi habitación al comedor y a una terraza a pasear”. Los pacientes de este centro acuden todas las mañanas al comedor a desayunar, después pasan por enfermería para chequear todos los parámetros médicos y más tarde realizan terapia a través de juegos y actividades. “Estábamos entretenidos todo el día y convivía con personas que estaban pasando por lo mismo que yo”, concreta.

LIDIA MARGOT CORDOVA TESTIMONIO CON SECUELAS TRAS HABER PASADO LA COVID / 10-11-2020 / FOTOS: FRANCISCO JIMENEZ[[[FOTOGRAFOS]]]
Lidia Margot córdova, enferma de covid.
Francisco Jiménez

Los síntomas de Lidia no remitían. “Recaí en la enfermedad y me volvieron a ingresar. En prácticamente un mes, estuve dos veces en el hospital”, relata. Su segundo periodo en el Royo Villanova fue mucho más corto, apenas una semana. “A pesar de estar en el hospital, fui feliz porque tenía una compañera de habitación con la que me llevaba muy bien”, describe.

Salir del hospital libre de coronavirus no supuso para ella el final de esta historia de “miedo”. “Tengo muchas secuelas”, apunta. Al dolor muscular de brazos, hombros, piernas y cuello, se suma el cansancio y la fatiga. “Desde que pasé la covid, no respiro con normalidad". Tengo que apartarme un poco la mascarilla para poder coger aire de vez en cuando”, afirma. Lidia perdió 10 kilos desde que se contagió y revela que todavía le va la ropa grande.

“Quiero ir a trabajar ya pero no estoy recuperada del todo, y el médico no me deja”

Volver a trabajar después de dos meses de baja es ahora mismo uno de los deseos de Lidia: “Quiero ir a trabajar ya pero no estoy recuperada del todo y el médico no me deja”.

Con una mochila a rebosar de vivencias, agradece la atención que recibió del personal del Royo Villanova y del centro de la Cruz Roja. “Las enfermeras y los doctores son excelentes personas. Me han tratado muy bien y hacen un trabajo muy especial para ayudar a enfermos de covid y otras enfermedades. En la residencia también estuve muy bien”, concluye.

Centro Albertia Cruz Roja 

La residencia Albertia Cruz Roja acoge desde el pasado 4 de agosto a los pacientes covid que no pueden hacer el aislamiento en su domicilio con las condiciones sanitarias necesarias. En estos momentos, el centro se encuentra en una etapa "tranquila". "Tenemos a seis personas ingresadas. Los flujos de entrada y salida son variables. Hoy podemos tener cinco y mañana subir a 20", sostiene Lucía Conde, responsable de la residencia. 

"Hay familias enteras que están contagiadas, entonces no necesitan confinarse en la residencia"

El perfil de las personas que ingresan en el centro es muy variado y probablemente ahora, "el grupo de personas que se contagian son las que menos necesitan este recurso", aclara. Lucía Conde desvela que "hay familias enteras que están contagiadas entonces no necesitan confinarse en la residencia".

La derivación de los pacientes a este centro se hace a través de las trabajadoras sociales y del coordinador de alertas de Salud Pública. 

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