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"Fue a su casa a por el machete para atacar a los policías en un portal sin luz de Pignatelli"

La ausencia de un testigo obliga a aplazar el juicio por la persecución policial que acabó con un tiroteo en un edificio del barrio de Pignatelli de Zaragoza. La Fiscalía califica los hechos de atentado, pero la acusación particular habla de tentativa de homicidio.

El abogado Marco Antonio Navarro, de frente, hablando en los pasillos de la Audiencia de Zaragoza con varios testigos.
El abogado Marco Antonio Navarro, de frente, hablando en los pasillos de la Audiencia de Zaragoza con varios testigos.
Guillermo Mestre

La Audiencia de Zaragoza tenía previsto haber celebrado este lunes, 21 de septiembre, el juicio contra Jamal E. M., el hombre que se abalanzó con un machete de 43 centímetros sobre dos agentes de la Policía Nacional en un portal oscuro de la calle de Pignatelli, en pleno repunte de la delincuencia en esta degradada zona de la capital aragonesa. Los policías se vieron obligados a abrir fuego contra el agresor para neutralizarlo, causándole tres heridas de bala en la rodilla derecha. El hombre se recuperó de las lesiones y se encuentra actualmente en prisión provisional, pero la inasistencia de uno de los principales testigos a la vista de hoy ha impedido poder juzgarlo.

Los agentes a los que atacó se personaron como acusación particular a través del abogado Marco Antonio Navarro, quien tenía intención de pedir 10 años de prisión para el acusado por un concurso ideal de delitos de tentativa de homicidio y atentado contra la autoridad. La Fiscalía nunca ha creído que el agresor tuviera verdadera intención de acabar con la vida de los funcionarios, por lo que acusaba solo por atentado. De hecho, parece que había alcanzado un acuerdo con la defensa, a cargo de Olga Oseira, para zanjar el asunto con tres años de cárcel y la expulsión del país. 

Sin embargo, la acusación particular ha dejado claro al tribunal que no está por el acuerdo y que, por tanto, el juicio deberá celebrarse. “Cuando los policías perseguían a este hombre no llevaba el machete encima. Fue a buscarlo a su casa y volvió a salir a la escalera para atacarles”, explicaba en los pasillos de la Audiencia Provincial Marco Antonio Navarro. “El testigo que no ha venido es muy importante -añadía-, porque era compañero de piso del acusado y declaró ante el Grupo de Homicidios que le vio coger el machete y decir que iba a por los policías”.

Según el informe del Grupo de Homicidios, tras una pelea multitudinaria en la calle,  Jamal E. M., de 37 años y con siete detenciones anteriores, se refugió en un portal sin luz y aguardó la llegada de los policías agazapado en el segundo rellano de la escalera. Gracias a sus linternas, los funcionarios comprobaron que el hombre escondía algo en la espalda y extremaron las precauciones. Le pidieron varias veces que se entregara, pero cuando el delincuente estaba a apenas dos metros de uno de los policías, sacó el machete que escondía y se abalanzó sobre él.

Afortunadamente, ambos agentes estaban prevenidos y pudieron usar sus pistolas para neutralizar el ataque. Según los especialistas de balística, se efectuaron hasta once disparos, tres de los cuales alcanzaron al agresor en la pierna. Pese a ello, no soltó el arma blanca hasta que un tercer funcionario lo golpeó con la defensa y logró reducirlo.

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