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A juicio por la reyerta nocturna que acabó con 11 tiros en un portal de Pignatelli

El hombre que atacó a dos policías con un machete de 40 cm y al que neutralizaron con dos disparos en la rodilla se enfrenta ahora a una petición de casi 13 años de cárcel. 

El tiroteo se produjo sobre las 4.30 de la madrugada del domingo en este portal del número 76 de la calle de Ramón Pignatelli de Zaragoza.
El tiroteo se produjo sobre las 4.30 de la madrugada del domingo en este portal del número 76 de la calle de Ramón Pignatelli de Zaragoza.
José Miguel Marco

El repunte de la delincuencia y los continuos problemas de convivencia movilizaron el pasado verano a los vecinos de la calle de Pignatelli y su entorno, que terminaron manifestándose en la calle para reclamar más atención para esta céntrica pero abandonada zona de Zaragoza. Los robos, peleas y altercados nocturnos se convirtieron en algo habitual y obligaron a la Policía Nacional a intervenir en un sinfín de ocasiones.

Pero una de las madrugadas más conflictivas fue sin duda la del 30 de junio, cuando dos agentes tuvieron que abrir fuego contra un hombre que los atacó con un machete de 40 centímetros tras una reyerta multitudinaria en plena calle. El agresor recibió tres disparos en la rodilla derecha y tras pasar por el quirófano el juez decretó su ingreso provisional en Zuera. Ahora acaban de pedir para él casi trece años de prisión por delitos de tentativa de homicidio y atentado contra la autoridad.

Según el informe del Grupo de Homicidios, Jamal E. M. –de 37 años y con siete detenciones anteriores– se refugió en un portal sin luz y aguardó la llegada de los policías agazapado en el segundo rellano de la escalera. Gracias a sus linternas, los funcionarios comprobaron que el hombre escondía algo en la espalda y extremaron las precauciones. Le pidieron varias veces que se entregara, pero cuando el delincuente estaba a apenas dos metros de uno de los policías, sacó el machete que escondía y se abalanzó sobre él.

Afortunadamente, ambos agentes estaban prevenidos y pudieron usar sus pistolas para neutralizar el ataque. Según los especialistas de balística, se efectuaron hasta once disparos, tres de los cuales alcanzaron al agresor en la pierna. Pese a ello, no soltó el arma blanca hasta que un tercer funcionario lo golpeó con la defensa y logró reducirlo.

Tentativa de homicidio

Dada la gravedad de los hechos, el policía nacional sobre el que se echó encima Jamal E. M. decidió personarse como perjudicado en la causa. Yes precisamente su abogado quien ahora acusa al agresor de un delito de atentado, por el que solicita una condena de 3 años de cárcel, y otro de tentativa de homicidio, que propone que se castigue con otros 9 años, 11 meses y 29 días.

La pena es elevada y dista mucho de los cuatro años que pide la Fiscalía. La diferencia estriba en que la acusación particular está convencida de que el agresor no llevaba encima el machete cuando los policías trataron de darle el alto, sino que se fue a su casa a buscarlo. Y lo cierto es que los hechos ocurrieron en un rellano del número 67 de la calle de Pignatelli, donde residía esta persona.

Según la acusación, el agresor bajaba las escaleras cuando fue sorprendido por los funcionarios, que le habían visto meterse en el edificio. «Lo que no sabían –dice en el escrito de calificación remitido al juez instructor–, es que el procesado había ido a su domicilio a buscar un machete». El abogado tratará de hacer ver al tribunal que el hombre tenía verdadera intención de lesionar o matar a los policías. «No puede ser de otra manera cuando atacas a alguien por sorpresa con una arma de estas características», señala.

La Fiscalía no ve intención de matar

La Fiscalía no comparte la tesis de la acusación particular y cree que Jamal E. M. no quiso matar a los policías que fueron a detenerlo. Según esta, sobre las 4.30 del 30 de junio de 2019, numerosas personas estaban enfrascadas en una pelea en la calle de Pignatelli. Al ser advertidos de la inminente llegada de la Policía, dice, todos los contendientes se dispersaron. Todos «salvo el procesado y otra persona», puntualiza. Es más, explica que, en la refriega, el acusado fue agredido por su oponente, por lo que se fue a su casa a por el machete de 40 centímetros con el que luego atacó a los agentes.

Según el ministerio público, fue al bajar las escaleras cuando se topó con los policías, que le habían visto refugiarse en el inmueble. Recuerda que uno de ellos le pidió que se detuviera y enseñara las manos. En lugar de hacerlo, indica, levantó el brazo derecho empuñando el machete y «lanzando gritos se abalanzó sobre el agente». Este había retrocedido, pero llegó un momento en que la barandilla le impidió seguir bajando escalones.

Para la Fiscalía, solo cabe calificar los hechos como atentado e imponer una pena de cuatro años al acusado. La defensa insiste en que «nunca» hubo intención de matar y solicitará la absolución. «Nunca nada más allá del atentado», indica.

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