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La jueza archiva la causa por el sabotaje que apagó los respiradores de 3 pacientes covid en Zaragoza

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional imputó los hechos al extrabajador del hospital Royo Villanova que tiroteó el pasado mes de abril a su exjefe a la salida del garaje de su casa.

El ataque ha tenido lugar en la calle de Mainar y la Policía busca a su autor.
El tiroteo se produjo en la puerta de este garaje de la calle de Mainar en Zaragoza, donde la Policía buscaba aquel día pruebas.
Guillermo Mestre

La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza ha decidido archivar la causa abierta contra un extrabajador del Hospital Royo Villanova de Zaragoza por el sabotaje eléctrico que provocó la desconexión de los respiradores de tres pacientes de Covid, a quienes los médicos se vieron obligados a practicar maniobras de reanimación. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional atribuyó los hechos a Alberto P. G., de 35 años, después de que este fuera detenido el pasado 6 de abril por tirotear al que había sido su jefe en este centro sanitario. De hecho, los investigadores sospechan que tanto la manipulación del cuadro eléctrico como el ataque en el que resultó herido de gravedad el responsable de mantenimiento del Sector I del Servicio Aragonés de Salud, J. V. S., formaban parte de la venganza que tramó el ingeniero tras su despido.

Sin embargo, la magistrada acaba de dictar un auto en el que reconoce que, por el momento, solo cuenta con indicios y no con «pruebas concluyentes» que permitan mantener los cargos contra el sospechoso. Por ello, a la espera de que la Policía pueda obtener nuevo material probatorio, la instructora ha optado por sobreseer provisionalmente el caso y poner en libertad al investigado, tal y como pedía su abogada, Carmen Sánchez Herrero.

En cualquier caso, este hombre no abandonará de momento el centro penitenciario de Zuera, ya que otra jueza ordenó también su internamiento provisional por el intento de asesinato de su exjefe. Y aunque la defensa ha intentado también dos veces su puesta en libertad por esta segunda causa, la titular del Juzgado de Instrucción número 10 la ha denegado en ambas ocasiones.

En plena madrugada

El sabotaje se produjo entre la 1.00 y la 1.30 del pasado 18 de marzo, cuatro días después de decretarse el estado de alarma y cuando las ucis de los hospitales ya atendían a pacientes muy graves por coronavirus. El cuadro eléctrico general del Hospital Royo Villanova está situado en un cuarto independiente al que solo se puede acceder con llave, ya que está siempre cerrado.

Según concluyó la Policía, en su afán por vengarse por haber sido despedido y no superar el periodo de prueba, Alberto P. G. se hizo con una copia de la llave del cuarto eléctrico del hospital y manipuló la instalación para dejar sin luz gran parte del edificio, incluida la zona donde estaban los pacientes más graves de covid. La desconexión duró solo medio minuto, el tiempo que tardaron en entrar en funcionamiento los equipos electrógenos. Pero los respiradores se apagaron y se produjo una situación de alarma.

Para conocer las consecuencias del sabotaje, la magistrada solicitó al centro sanitario una copia de la historia clínica de cada enfermo, un informe sobre su estado actual y una lista con los nombres de los médicos que tuvieron que practicar las maniobras de reanimación a los tres enfermos.

Pero con el material que la instructora cuenta hasta ahora, esta cree que no hay base legal para mantener la imputación contra el investigado.

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