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La Audiencia ratifica la condena al psiquiátrico de Garrapinillos por la desaparición de un paciente

Responsabiliza al centro por no haber cumplido con su deber de vigilancia y custodia. Absuelve al médico que le prescribió el régimen que debía llevar. 

Imagen del hombre de 57 años, desaparecido de Garrapinillos
Lorenzo Nieto, desaparecido de Garrapinillos en 2017
Guardia Civil

La Audiencia Provincial de Zaragoza ha confirmado la condena que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 14 impuso al centro neuropsiquiátrico del Carmen por su responsabilidad en la desaparición de Lorenzo Nieto Peralta, pero ha revocado la del doctor Jesús Larrubia, a quien absuelve al entender que sus prescripciones médicas no tuvieron que ver con la marcha del paciente, cuyo paradero se desconoce desde abril de 2017.

La Audiencia mantiene la condena del centro de Garrapinillos a indemnizar a la esposa y al hijo de Lorenzo Nieto con 90.000 y 80.000 euros, respectivamente. Igualmente, considera apropiada la fórmula de pago solicitada por las abogadas de la familia, Zaira Milán y Mirta Manrique, y que acordó la magistrada, de que esa suma total de 170.000 euros se abonase de forma fraccionada a lo largo de 10 años, por ser el periodo necesario para declarar legalmente fallecida a una persona desaparecida. Contra esta sentencia cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

Lorenzo Nieto Peralta ingresó en el centro el 31 de marzo de 2017 derivado por su médico psiquiatra. Salió de permiso el fin de semana del 8 y 9 de abril, regresó el 10 y el 11 se le modificó el tratamiento y se le asignó el régimen B (o bata). Ese mismo día, sobre las 17.00, salió de las instalaciones en pijama, bata, zapatillas y medicado con ansiolíticos, antidepresivos y antipsicóticos y ya no se ha vuelto a saber nada de él. Tenía diagnosticado un trastorno mixto ansioso-depresivo, con depresión mayor, síndrome amnésico de etiología desconocida y riesgo de suicidio.

La sentencia recoge que el paciente estaba ingresado en una unidad con capacidad para unas 46 personas, ingresadas tanto voluntaria como involuntariamente. El control de la unidad estaba a cargo de dos auxiliares y una enfermera. Según las declaraciones, al momento de desaparecer, un auxiliar se encontraba en su periodo de descanso, el otro estaba dando las meriendas y la enfermera estaba en otra unidad. "Ninguna persona detectó la salida de la unidad, ni la deambulación por el centro. No fue hasta el momento en el que el paciente salía por la puerta de entrada de vehículos cuando el hecho fue detectado por el vigilante de seguridad".

Para el tribunal, si el centro "hubiera funcionado según lo esperable y lo que le correspondía, no se hubiera producido el resultado". Añade que si la medida aplicada por el médico psiquiatra no fue efectiva no se debió a las propias características del régimen B (en el que se priva a los pacientes de sus efectos personales y solo pueden salir con permiso), "sino por la falta de vigilancia del centro" y su incumpliendo del deber de custodia.

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