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Avalancha de nuevos ciclistas y de reparaciones en las tiendas y talleres

El fin de la cuarentena ha despertado el espíritu ciclista en muchos, lo que ha roto el stock de algunas marcas y llenado los negocios especializados.

El taller de la tienda Cyclon Zaragoza – Scott Concept, a pleno rendimiento.
El taller de la tienda Cyclon Zaragoza – Scott Concept, a pleno rendimiento.
José Miguel Marco

El confinamiento obligatorio por la crisis del coronavirus despertó un interés sin precedentes por el pedal. Durante semanas, por no hablar de meses, resultó imposible hacerse con un ciclo estático o un rodillo con el que convertir la bici de montaña o carretera en un aparato con el que sudar bajo techo. Una pasión que, una vez relajada la curva, se ha trasladado a caminos, riberas, carreteras nacionales y comarcales y carriles bici.

“Hemos pasado de cero a cien, de la incertidumbre por el propio negocio, de unas perspectivas muy negativas a facturar como nunca. Durante la cuarentena nos vimos privados, por motivos sanitarios, de lo más elemental, la libertad. Y ahora que la hemos recuperado, la gente se está lanzando a disfrutarla saliendo con la bici”, razona Jorge Lucia, propietario de la tienda Cyclon Zaragoza–Scott Concept, en la calle de Francisco Martínez Soria, donde el ir y venir de clientes no cesa. “Ya en los días previos vimos inquietud, nos llamaban para ver cuándo abríamos, si podíamos atender su necesidad de una reparación o compra”, añade.

Esa efervescencia, que en principio se podía considerar como algo temporal, se mantiene tras un mes de actividad. “Sobre todo notamos que viene mucha gente que tenía la bici parada en el trastero desde hace tiempo y ahora quiere retormarla. También se nota que los niños no tienen clase y pueden salir con sus padres a hacer rutas o de paseo”, indica Jorge, que piensa que este repunte en la actividad ciclista se sostendrá en el tiempo.

Otra de las principales demandas entre los consumidores es el de nuevas bicicletas: “Hay mucha nueva clientela, lo cierto es que, en este sector, estamos aumentando nuestro fondo de comercio, pues gente que hasta ahora no sentía esa necesidad de salir con la bicicleta ahora sí la tiene. De hecho, algunas marcas han tenido problemas de stock debido a la avalancha de peticiones, pues tienen una capacidad de producción limitada. Para fabricar una bici hacen falta muchos elementos, puede estar al 90%, pero no se puede comercializar si falta alguno de ellos”.

En la tienda del Actur tuvieron el ojo suficiente como para anticiparse a este problema: “Pudimos detectar ese repunte y nos aventuramos a asegurar un gran número de bicis. Hay que tener en cuenta que la fabricación en Asia, de donde procede buena parte de lo comercializado, se ha visto alterada durante dos meses, que van a repercutir en las entregas. Lo que tendría que haber estado en agosto en España llegará en octubre, por lo que esa falta de artículos se puede prolongar”.

Jorge Lucia, dueño de la tienda Cyclon Zaragoza – Scott Concept.
Jorge Lucia, dueño de la tienda Cyclon Zaragoza – Scott Concept.
José Miguel Marco

Las tiendas han agotado rápidamente las tallas más grandes y más pequeñas, y ya empiezan a escasear los modelos más asequibles. “Hay alguna rotura de stock en los modelos menos comunes. En cuanto al precio medio de las ventas, empezamos despachando bicis de 400 euros, luego las de 500, 600… hasta llegar a los 1.000 y 1.500 euros”. Pese a la satisfacción por la buena respuesta de los nuevos ‘pedaleantes’, Jorge se muestra preocupado ante la posibilidad de que “la calidad del servicio se pueda resentir, pues los proveedores, pese a poner turnos de noche, están dilatando el servicio de 24 horas a 48 ó 72”.

La misma lectura hace José Manuel Tomé, propietario de La Pomada, en la calle Manifestación: "Estamos haciendo un gran esfuerzo para atender la grandísima demanda, sobre todo de taller, aunque reparaciones que antes hacíamos en el día ahora tenemos que terminarlos a dos o tres días vista. Nos están trayendo muchas bicicletas que estaban paradas, ya sea en el trastero o en una segunda residencia, para que las pongamos a punto y se le pueda dar un uso urbano".

En este sentido, José Manuel opina que el ciclismo va a ocupar un papel más protagonista dentro de la movilidad de la capital aragonesa: "Vemos que muchos de los que vienen buscan sustituir el coche o el transporte público por la bici. Quizá muchos tengan reparos en usar buses y tranvía por miedo al coronavirus".

Mayor cultura ciclista

Otro de los aspectos que destaca el dueño de La Pomada son "las facilidades, cada vez mayores, para coger la bici", ya que "se están habilitando nuevos carriles, e incluso los fines de semana hay carreteras cortadas, sin tráfico, que ayudan a los nuevos ciclistas a familiarizarse con el asfalto".

Por su parte, Jorge Lucia considera que “mientras dure esta sensación de inestabilidad a nivel sanitario, pues sigue vigente ese sentimiento de que puede haber otro pico de la pandemia, el interés por el deporte y por la bicicleta se mantendrá, lo que puede redundar en una mayor cultura ciclista”. Además, considera que los negocios del sector se ven “apoyados por las campañas del Ayuntamiento, que fomenta el ciclismo urbano”, si bien considera importante “atajar el problema de la seguridad, pues se siguen produciendo demasiados robos de bicicletas, que podrían combatirse con el desarrollo de parkings vigilados en distintos puntos de la ciudad”.

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