en primera persona

Diario de un confinamiento: Turismo de muchísimo interior

Día 24. No sé si empezar a hacer planes de verano. Tampoco si considerar una indirecta que el cartero deje un folleto del Imserso en mi buzón.

En este momento nos las prometíamos muy felices.
En este momento nos las prometíamos muy felices.
C. P. B.

El año pasado a estas alturas estaba comprándome los billetes para hacer uno de esos grandes viajes de verano. Acompañado de dos amigas me fui a Malasia, destino recomendable pues tiene patrimonio, metrópolis, paradisíacas playas... Este año, si llego a Salou me doy con un canto en los dientes.

En mis ratos confinado cierro los ojos y me imagino en una de aquellas playas salvajes. El horizonte, las olas y –¡horror!– la evocación no es tan relajante como pensaba. En una de esas islas malayas nos tumbamos en la arena al borde de la narcolepsia cuando apareció una familia de fastidiosos monos. Se ve que algunos turistas les habían malacostumbrado dándoles comida y ahora, directamente, la exigían. Los macacos fueron directos a nuestras mochilas y, de pronto, vi a una compañera forcejeando con un simio que se le quería llevar la bolsa del biquini. Ahora es cómico, pero entonces... salí por patas. Dejé a mi amiga colgada (un saludo, Cris) en su desigual lucha con la naturaleza y luego me explicó que el bañador era de la marca Andrés Sardá, que llega a ser de Decathlon y allí lo disfrutara Amedio el rapiñador...

Es caso es que quizá este encierro sea más relajado que una exótica playa. Consolémonos con eso. Este verano, u otoño, cuando se pueda volver a viajar, me conformaré con el menos aventuresco Marina Dor. Allí no hay mucho macaco, exceptuando guiris borrachos y su ‘balconing’ sin aplausos. Veo los gráficos de vuelos sobre el continente y me apena ver un cielo tan despejado. Encuentro en el buzón un folleto de viajes del Imserso y no sé si es que hace mucho que no lo abría o si Mister Postman me insinúa que la cuarentena será larga y que me puedo alistar en el boletín ‘Nuestros mayores’.

Curioseó el folleto. Ofertas a Benidorm. Es un destino que no había contemplado. Podría visitar a María Jesús y su acordeón (es DJ residente allí) y recorrer los escenarios en los que Marianico grabó su serie. Todo sin visado y con el Fortasec justo.

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