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El hombre hallado muerto en el incendio de Oliver tenía síntomas de coronavirus

La investigación apunta a un cortocircuito, pero será la autopsia la que aclare si el fallecimiento fue previo al fuego o consecuencia directa del suceso.

La Policía Nacional ha abierto una investigación para aclarar las causas del incendio declarado el lunes por la noche en un piso del barrio Oliver, en el que los Bomberos de Zaragoza encontraron muerto a su único inquilino, Fernando C. A., de 55 años. A priori, parece que las pesquisas apuntan a un cortocircuito como origen del fuego, que se declaró sobre las 21.45 y provocó una tremenda humareda en todo el edificio, ubicado en el número 92 de la calle de Antonio Leyva. Sin embargo, habrá que esperar a conocer el resultado de la autopsia practicada al cadáver para saber si este murió como consecuencia directa del incendio, ya que el hombre presentaba síntomas del coronavirus y aún no se puede descartar que hubiera fallecido antes del suceso.

Según ha podido saber HERALDO, Fernando C. A. se había dado de alta en la aplicación de autodiagnóstico del Covid-19 del Salud. Por ello, los investigadores intentan aclarar ahora la data y la verdadera causa del deceso, algo que solo podrán hacer con las conclusiones de la necropsia. En cualquier caso, la Jefatura Superior de Policía explicó ayer que el cadáver no presentaba signos externos de violencia que apunten a una muerte de tipo homicida.

El fuego se produjo en uno de los pisos de la segunda planta del inmueble, que pertenece a la sociedad municipal Zaragoza Vivienda -que este martes ha visitado el alcalde de Zaragoza- y está destinado a viviendas tuteladas o de alquiler social y cuenta con un centro de servicios comunitario. El piso que fue pasto de las llamas estaba ocupado únicamente por el fallecido, pero los sanitarios de bomberos tuvieron que asistir a otro vecino por inhalación de humo. Al parecer, el hombre, de 71 años, no revestía gravedad, por lo que no fue necesario su traslado al hospital y tras recibir oxígeno en la ambulancia fue realojado en casa de un familiar.

Segundo incendio mortal en el edificio

No es la primera vez que un incendio se cobra la vida de un inquilino del número 92 de la calle de Antonio Leyva. El 29 de julio de 2017, un niño de 9 años fallecía víctima de otro fuego en el mismo inmueble. El pequeño, de nombre Andrei y con parálisis cerebral, vivía con su madre Irina N., quien en esos momentos no se encontraba en la casa y tuvo que ser atendida por los servicios médicos por una crisis nerviosa al enterarse de lo sucedido y trasladada por una uvimóvil al Clínico.

Los bomberos de Zaragoza explicaron que recibieron el aviso sobre las 21.03 y acudieron al lugar con varios vehículos, entre ellos la autoescala de 30 metros que emplearon para acceder al piso de un vecino por una ventana. Cuando entraron al interior y sofocaron las llamas, localizaron el cuerpo del pequeño ya sin vida. Tras cerca de tres horas de trabajo, dieron por extinguido el incendio.

La joven Irina N. cuidaba a su pequeño sola ya que, según explicaron sus conocidos, el padre de la criatura los abandonó al poco de nacer y ella, con 24 años, había tenido que hacer frente a su cuidado y manutención sin ayuda familiar, puesto que la mayoría de sus allegados residen en Rumanía. «Ha luchado mucho por él y estaba muy entregada a su cuidado, ya que el pequeño era totalmente dependiente y no podía andar por sí solo, ni comer ni nada y tenía problemas respiratorios», contaba emocionada entonces una vecina del barrio.