Teruel

Cucalón: Sin bar no hay pueblo

El Ayuntamiento de la localidad turolense busca gestor para el establecimiento, el único centro de reunión de los vecinos

Vecinos del pueblo cenando este jueves en el bar
Vecinos del pueblo cenando este jueves en el bar
Dorel Nicolae

El alcalde de Cucalón, Alberto Gimeno, ha mostrado su preocupación por el inminente cierre del bar de la localidad. La familia que ha venido haciéndose cargo del establecimiento desde hace aproximadamente un año se traslada a otro municipio y, hasta que aparezca un nuevo gerente, el pueblo se queda sin punto de reunión de todos los vecinos.

“Sin bar, parece que no hay pueblo”, lamenta Gimeno, quien recuerda que, una vez que hubo que cerrar temporalmente el local por reformas, “mucha gente dejó de venir a Cucalón”. El alcalde se refiere a los cazadores que recalan cada fin de semana en la localidad para almorzar tras la cacería e, incluso, a veraneantes, algunos de los cuales optaron por no acudir al pueblo mientras durasen las obras.

Cucalón, a 98 kilómetros de su capital provincial, Teruel, y a 81 de Zaragoza, tiene unos 50 vecinos en invierno, pero en verano la población se multiplica. Los fines de semana también se llena el pueblo con senderistas, ciclistas, cazadores y antiguos vecinos que tienen en Cucalón una segunda residencia.

El Ayuntamiento ‘mima’ a quienes deciden hacerse cargo del bar, pero desde Cucalón es difícil competir con las oportunidades laborales que ofrecen municipios más grandes. De hecho, la familia que ha estado regentando el local deja el negocio porque la esposa ha encontrado trabajo en otro lugar y también sus hijos, ya mayores de edad.

Pagar una fianza de 1.000 euros y asumir los gastos de luz y calefacción del establecimiento son las únicas obligaciones que impone el Ayuntamiento de Cucalón al gerente del bar. Además, a cambio de limpiar el Consistorio y el consultorio médico, el municipio proporciona una vivienda gratis al responsable del bar. La disposición del ayuntamiento a colaborar con los gestores es total. El Consistorio asume el gasto fijo de la luz del local y alguna vez ha proporcionado parte del combustible para la estufa de pellets.

El alcalde da la clave para poder vivir sin problemas de los beneficios que da el bar de Cucalón. “Hay que saber gestionar bien lo que se gana en verano para poder conjugarlo con lo que se obtiene en invierno, que es menos”, dice Alberto Gimeno. Además, si es necesario, el Ayuntamiento ayuda al interesado -siquiera ofreciéndole orientación- a encontrar un trabajo complementario que aumente sus ingresos.

Tienen preferencia a la hora de optar al establecimiento los empadronados en el pueblo y las familias con niños. El colegio está cerrado desde hace años, pero el transporte escolar hasta Calamocha, donde se encuentran los centros educativos, “funciona muy bien y es gratuito”, destaca el regidor. 

En los últimos 25 años, al menos ocho personas distintas se han hecho cargo del bar de Cucalón. El último comunicó este mismo miércoles que rescindía el contrato y que el establecimiento cerrará sus puertas el próximo 28 de enero.

“No podemos quedarnos sin bar -subraya el alcalde-; la gente joven tiene que tener un lugar para reunirse”. Aunque atrás quedó un tiempo en que la construcción de la autovía A-23 llenaba de operarios el local cada mediodía y lo mismo ocurrió con la puesta en marcha de un parque eólico en la cercana Fonfría, la entrada en funcionamiento de dicha vía de alta capacidad ha dejado el pueblo a solo una hora de coche de Teruel y a otra de Zaragoza. Esta buena comunicación con dos capitales de provincia convierte a Cucalón en un municipio atractivo para vivir, destaca Alberto Gimeno.

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