fiestas de san lorenzo 2023

Tres generaciones de mairalesas unidas por un mismo "recuerdo imborrable"

Amalia Ledesma, Conchita Bajá y Cassandra Aspas han vivido la experiencia de ser mairalesa en diferentes épocas.

Conchita Bajá, Cassandra Aspas y Amalia Ledesma, en las escaleras del Casino de Huesca
Conchita Bajá, Cassandra Aspas y Amalia Ledesma, en las escaleras del Casino de Huesca
Javier Navarro

La figura de las mairalesas va unida a las fiestas de San Lorenzo. Antes de la Guerra Civil ya existía y después se recuperó bajo el nombre de presidentas. Las nombraba el Ayuntamiento hasta que en 1983 se hicieron cargo los propios barrios. HERALDO ha reunido a representantes de tres generaciones que han vivido esta experiencia en épocas distintas y a las que les une un "recuerdo imborrable".

Amalia Ledesma fue presidenta del barrio de San Pedro en 1969, cuando tenía 19 años. Fue elegida por el propio Ayuntamiento. Eran seis en total, una por cada barrio, además de otra representante de los municipios incorporados, porque las peñas, recién creadas entonces por el alcalde Emilio Miravé, todavía no tenían. "Además, vinieron reinas de fiestas de Zaragoza, Teruel y Tarbes", recuerda.

Su agenda festiva "no tenía nada que ver con la que hay ahora", subraya. Y es que ejercían en el chupinazo, la cabalgata, la procesión, alguna recepción oficial, la ofrenda y la traca del día 15 y la feria taurina, aunque entonces solo había dos corridas y una novillada. "Te paseaban por la plaza en un todoterreno descubierto", señala. Tuvo la suerte de ver a Paquirri, "que nos brindó un toro". Su presentación oficial antes de San Lorenzo fue en el Teatro Olimpia con el ballet de María Rosa y el jotero Pedro Azorín.

Han pasado 54 años pero asegura que es "una experiencia de la que no te olvidas nunca". Además, ha conservado la amistad con algunas de sus compañeras presidentas de 1969. También guarda como un tesoro la parrilla de oro que le regalaron con el escudo de Huesca y la fecha de su reinado. Años después, su hija Amparo siguió sus pasos y fue mairalesa infantil de la peña Los que Faltaban.

"Fue una experiencia intensa que recuerdo con muchísima felicidad", afirma Conchita Bajá, que en 1985 fue mairalesa infantil con 8 años de la peña Zoiti, de la que su padre fue uno de los fundadores, y en 1994, con 17 años, fue mayor de San José. "Como mi padre era danzante, en mi casa siempre hemos sido muy laurentinos y cuando me ofrecieron ser mairalesa fue un privilegio y me hizo mucha ilusión", subraya.

De su reinado infantil recuerda especialmente la presentación en el antiguo Jardín de Verano y de su segunda etapa actos como el chupinazo, la cabalgata y la procesión del día 10 y la ofrenda del 15 por poder acompañar a los Danzantes (sus dos hermanos son miembros de la agrupación). "Repetí porque fue una experiencia estupenda. Es un honor y una forma de vivir las fiestas de una manera diferente", valora. Y pese al ajetreo, no recuerda para nada el cansancio "porque con esa edad se lleva todo bien", admite.

Amalia Ledesma (en 1969, con 19 años, el Ayuntamiento la nombró presidenta del barrio de San Pedro), Conchita Bajá (en 1985, con ocho años, fue mairalesa infantil de la Zoiti, y en 1994, con 17, de San José) y Cassandra Aspas (en 2015, con 10 años, fue mairalesa infantil de María  Auxiliadora, y en 2023 como mayor).
Amalia Ledesma (en 1969, con 19 años, el Ayuntamiento la nombró presidenta del barrio de San Pedro), Conchita Bajá (en 1985, con ocho años, fue mairalesa infantil de la Zoiti, y en 1994, con 17, de San José) y Cassandra Aspas (en 2015, con 10 años, fue mairalesa infantil de María Auxiliadora, y en 2023 como mayor).
A. L. / C. B. / C. A.

Y la más joven de las tres es Cassandra, de 18 años, que también hace doblete. En 2015 fue mairalesa infantil del barrio de María Auxiliadora y ahora vuelve a serlo pero mayor. "La primera vez no tenían ni mayor ni pequeña y una amiga de clase que había sido mairalesa el año anterior me pidió el favor y como ella me iba a dar la banda, me hacía mucha ilusión. Y tengo un gran recuerdo porque hice muchas amigas", afirma. De hecho, cinco de ellas vuelven a ser mairalesas mayores este año. "Me lo pasé tan bien de pequeña que tenía muchas ganas de repetir", confiesa. De niña guarda un recuerdo especial de la cabalgata de los Reyes Magos. "Lloré mucho de ilusión", recuerda. Y este año tiene "mucha ganas" de vivir la feria taurina "al máximo".

Tras su experiencia, las tres no dudan en defender el símbolo de las mairalesas. "Me parece muy bien que la juventud siga manteniendo la tradición de vestirse de baturra y de traje regional", destaca Cassandra. "Creo que es una figura muy bonita y una tradición muy arraigada", añade Conchita.

¿Una figura masculina?

Todas ellas también apoyarían la creación de una figura masculina similar (mainate). "Los chicos también tienen derecho a vivir esa experiencia", opina Cassandra. "Si todos somos iguales para todo, ¿por qué no van a salir también si quieren?", se pregunta Amalia. Y Conchita sostiene que "las tradiciones evolucionan y se han de adaptar a cada época que vivimos, y sería un paso más".

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