Plazas reconvertidas en discotecas para el tardeo, una fórmula de éxito en San Lorenzo

Los Fueros y el Tubo de abajo han vuelto a colgar el cartel de completo en este arranque de las fiestas de Huesca con música unificada.

Imagen de la plaza de Los Fueros desde la cabina del dj que pincha música para los siete bares.
Imagen de la plaza de Los Fueros desde la cabina del dj que pincha música para los siete bares.
Javier Navarro

"A la vista está que a la gente le encanta que haya música y luces unificadas en toda la plaza porque se sienten como si estuvieran en una discoteca. Y cada año va a mas". Son palabras de Carlos Bordonaba, propietario de La Cantina, Casa Juan y El Palmar, tres de los siete bares de la plaza de Los Fueros de Huesca que se han vuelto unir un San Lorenzo más para ofrecer una propuesta festiva conjunta junto al Tararí, La Parra, La Habana y La Estrella

Y la fórmula repite éxito año tras año, especialmente durante el tardeo. La prueba es que casi desde que se se lanza el cohete, está a rebosar. "La gente empieza a llegar ya a las 11.00, después de almorzar, y poco a poco de va llenando hasta que después del chupinazo ya no cabe ni un alfiler. Y así ya sigue toda la tarde hasta que a las 21.00 vaciamos la plaza dos horas para limpiar y volver a empezar hasta las 7.00 de la mañana", explicó este miércoles Andrés Bailo, del Tararí, que también resaltó la importancia de ir "de la mano" con el resto de bares de la plaza. Además, se congratuló de no haber visto ningún altercado durante las primeras horas de San Lorenzo.

El calor fue en aumento conforme avanzó la tarde hasta rozar los 40 grados y con ello también la necesidad de consumir líquidos. Este año, a diferencia del pasado, los bares tenían reservas más que suficientes de hielo. "Este año tenemos de todo", afirmó con alivio Carlos Bordonaba. Entre sus tres establecimientos da trabajo a casi 60 personas durante estas fiestas. "La plaza se nos ha quedado ya pequeña, ojalá pudiéramos hacerla más grande", señaló entre risas, al tiempo que resaltó los limitadores de sonido que les ha obligado a instalar el Ayuntamiento para reducir las quejas de los vecinos "y mejorar la convivencia".

También la plaza de Nuestra Señora de Salas, conocida como el Tubo de abajo, colgaron el cartel de completo, aunque en este caso fue un poco más tarde. "Como estamos abajo, aquí viene la gente desde las 13.00. Y la verdad es que ha habido muy buen rollo, sin problemas, con personas de todas las edades", afirmó José Manuel Coronado, de El Central, que también ha unificado este año la música junto con el Warhol y La Carpintería. "Funciona porque estamos todos los bares a una para que el ambiente siga vivo en el centro de Huesca", destacó, al tiempo que agradeció la fidelidad de la clientela. 

También allí el único hándicap fueron las sofocantes temperaturas y eso que instalaron un aspersor en medio de la plaza para ir remojando a la gente. Los 15 trabajadores del Central fueron los que más sufrieron ese calor. "Dos de ellos están dedicados solo a rellenar cámaras de hielo y bebida y cambiar barriles y el resto a servir", subrayó. De hecho, a última hora de la noche llegó un camión para reponerles las reservas de cubitos. "El año pasado fue una locura pero este año tenemos hielo de sobra", indicó al respecto. 

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