"También en Aínsa hay trabajadores turísticos viviendo en autocaravanas"

El Ayuntamiento casi se ha convertido en una agencia inmobiliaria ante el grave problema de la vivienda. Ha alquilado pisos para poder albergar a estudiantes y ahora negocia con la Sareb.

Enrique Pueyo (derecha) con un vecino de Gerbe, donde el Ayuntamiento tenía en proyecto rehabilitar las antiguas escuelas como vivienda.
Enrique Pueyo (derecha) con un vecino de Gerbe, donde el Ayuntamiento tenía en proyecto rehabilitar las antiguas escuelas como vivienda.
Verónica Lacasa

No solo en las estaciones de esquí se puede ver a trabajadores viviendo en vehículos ante los altos precios y la carestía de la vivienda. «También en Aínsa hay personas durmiendo en autocaravanas y furgonetas durante el verano. No hay oferta de alquiler y al final la gente se tiene que buscar la vida", afirma Enrique Pueyo, el alcalde de este municipio, que hace tiempo ya detectó el problema y fue uno de los primeros en regular las viviendas de uso turístico para frenar su proliferación, pese a que para un sector de la población era una medida impopular.

"Estamos desbordados", reconoce el alcalde, asegurando que el primer problema del municipio, con diferencia, es la vivienda, y está frenando el crecimiento. "Como va a venir aquí gente a vivir si no tiene dónde", dice. Y más tras conseguir desestacionalizar el turismo. "La gente tiene trabajo todo el año, no vienen solo en temporada, y son los que necesitan una vivienda".

El colapso del mercado ha abocado al ayuntamiento a convertirse casi en una oficina inmobiliaria. Ha hecho una oferta a la Sareb para adquirir cuatro de los 11 pisos que tiene, por 70.000 euros cada uno. La intención es ponerlos en alquiler. Además, por normativa del edificio no pueden ser de uso turístico.

Pisos para estudiantes

La administración local ya tuvo que alquilar dos pisos para albergar a estudiantes de FP de fuera, porque de lo contrario peligraba el grado. "Buscamos dos pisos para siete estudiantes de FP del instituto de Aínsa. Eran de fuera y nadie les alquilaba nada. El Ayuntamiento los subarrendó a los chicos y de esta forma pudimos salvar el módulo de FP, porque si no hubiera desaparecido", lamenta el alcalde. La enseñanza está además ligada a las necesidades del mercado laboral de la comarca, ya que es de Conducción de actividades físico-deportivas en el medio natural.

La regulación de viviendas de uso turístico (hay 39) no ha sido suficiente. Desde el 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria, no se construyen nuevas promociones, mientras la población se ha disparado un 18%.

"Por culpa de Aínsa hemos tensionado toda la comarca, porque el mercado está colapsado aquí, pero también en Boltaña y en Labuerda. Quienes vienen buscando una casa se tienen que ir a pueblos todavía más lejanos", constata Enrique Pueyo.

Un proyecto fallido

El Ayuntamiento se lanzó a promover la construcción de 26 pisos de alquiler de precio tasado, en la parte nueva de la localidad, dentro de una convocatoria autonómica. Contaba con una subvención pero tenía que solicitar un crédito de 2 millones para completar la financiación, un gran esfuerzo económico para un municipio de 2.300 habitantes.

El proyecto se fue al traste. Según aclara Enrique Pueyo, los técnicos del Ayuntamiento pusieron reparos a la solicitud de un crédito tan elevado. Entonces se pidió ayuda a Suelo y Vivienda de Aragón para que se hiciera cargo, cediéndole el terreno y la subvención, "pero nos dijeron que no". "Tuvimos que devolverla, 350.000 euros, que espero que la hayan destinado a otra localidad", dice el alcalde.

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