La cara B del turismo en el Pirineo: alquileres a 2.000 € y trabajadores viviendo en autocaravanas

La temporada de esquí dice adiós evidenciando un año más los problemas de alojamiento por el alto coste de la vivienda. "No sale a cuenta venir a trabajar aquí", coinciden empleados y empleadores.

Iván Pérez y Gabriela García hacen temporada en Formigal viviendo en su autocaravana. "Si no, no podríamos trabajar aquí", afirman.
Iván Pérez y Gabriela García hacen temporada en Formigal viviendo en su autocaravana. "Si no, no podríamos trabajar aquí", afirman.
Verónica Lacasa

Dani Rivas trabaja en el ‘snowpark’ de Formigal. En el invierno 2022/2023 vivía con cinco compañeros en un piso de dos habitaciones por el que pagaban 1.000 euros de alquiler al mes. "Tuvimos que adelantar todo el dinero al inicio de la temporada, 5.000 euros más la fianza", cuenta. Harto de la situación, este joven vasco, que lleva varios años empleado en la estación, decidió comprarse una autocaravana. "Aquí es muy difícil encontrar alojamiento, cada vez hay menos y más caro".

La suya es una de la veintena de caravanas y furgonetas que duermen en el parquin de la urbanización de Formigal, muchas ocupadas por trabajadores que no encuentran sitio donde alojarse o no quieren dejarse el sueldo en un piso. El fenómeno va a más, como se ha vuelto a demostrar esta temporada que acaba el 7 de abril.

Trabajadores de hoteles, restaurantes y estaciones de esquí pagan el precio del turismo en unos valles con alquileres de hasta 2.000 euros al mes por un piso de 80 metros cuadrados; mientras los empresarios buscan desesperadamente mano de obra y algunos se ven obligados incluso a recortar su negocio.

Dani Rivas comparte su caravana con un compañero. En verano se irá a Menorca a trabajar en el negocio del kayak, una isla donde tampoco es sencillo alojarse. Baleares y sobre todo Ibiza son el paradigma de los alquileres escasos y desorbitados, pero el fenómeno de la crisis habitacional en zonas turísticas se ha trasladado al Pirineo. "Todos los trabajadores están así -dice recordando las estrecheces del piso el año pasado-, o te tienes que ir a Sabiñánigo, más barato, pero con 45 minutos de viaje de ida y 45 de vuelta, colas y carreteras con nieve", explica.

Dani Rivas, trabajador de Formigal, es otro de los que viven en el parquin de autocaravanas.
Dani Rivas, trabajador de Formigal, es otro de los que viven en el parquin de autocaravanas.
Verónica Lacasa

Al lado de Dani tienen su casa móvil Gabriela García e Iván Pérez. Llegaron de Almería y es su primera temporada. !Vinimos porque tenemos la autocaravana si no, no podríamos trabajar aquí". Él es cocinero, ella, camarera, y por la tarde también está empleada en un hotel, "donde me dejan ducharme y lavar la ropa". Aseguran que en el parquin se puede encontrar más gente en su situación. "Lo prefieren a pagar el dineral que piden por un alquiler".

"Vivíamos seis en un piso de dos habitaciones y nos pidieron 5.000 € más fianza al inicio de la temporada"

A pocos metros, el madrileño Mariano Izquierdo sale de otra casa rodante. Él no viene a trabajar sino a esquiar. "Llevo frecuentando Formigal 20 años. Antes no pasaba pero ahora en todas las estaciones del Pirineo, sin excepción, también en Andorra, ves trabajadores en autocaravanas".

A miles de kilómetros pasa la temporada invernal Valvanera Salas. La anterior estuvo contratada en Formigal y vivía en su autocaravana, esta se ha ido a los Alpes. "Cada año es más una obligación que una opción. No puedes pagar 1.000 euros de piso si cobras 1.400. Tengo amigos que han dejado de hacer temporada porque ya no es rentable", dice esta trabajadora que ha sido profesora de esquí y camarera y que achaca el problema a los apartamentos turísticos. "Son los que hacen que suba el precio". Ella empezó en la estación hace 20 años. "Entonces era mucho más fácil todo. Aramón tenía un albergue enorme donde alojaba a los empleados, pero eso se vendió. Aquí en los Alpes, el 95% de los trabajos ofrecen alojamiento", asegura.

El precio del metro cuadrado duplica al de Zaragoza

Un sencillo repaso a las ofertas inmobiliarias de Sallent de Gállego evidencia el problema. En esta localidad se alquila un piso de 83 metros por 2.000 euros al mes, y otro de 90 metros por 2.300. También los hay de 1.200 y de 650 euros, pero el precio medio está fijado en 20,65 eur/m², el doble que en la ciudad de Zaragoza.

Aparcamiento de autocaravanas de la urbanización de Formigal, muchas ocupadas por trabajadores.
Aparcamiento de autocaravanas de la urbanización de Formigal, muchas ocupadas por trabajadores.
Verónica Lacasa

"Los trabajadores pagan el precio del turismo", afirma David Guillén, dueño del restaurante Cambium Pirineos de esa localidad. Y también los empresarios. Una de sus trabajadoras vive con su pareja en un apartamento de Biescas de 28 metros por 700 euros. Él les ha ayudado a encontrar algo en Sallent, por 100 euros más, "pero al menos tendrá un piso digno» con dos habitaciones". 

"Si vas a hacer la temporada de invierno te piden 6.000 euros de alquiler por adelantado, y no pestañean. Es comprensible que la gente quiera rentabilizar sus propiedades, pero no sale a cuenta venir a trabajar aquí», lamenta Guillén. Le faltan dos personas en la plantilla, y además requiere un nivel alto de formación y no encuentra gente fuera.

Ángel Fernández, dueño del Hotel Valle de Izas, también en Sallent, daba antes pensión completa. "No conseguía trabajadores y al final tuve que cerrar el restaurante y quedarme solo con las habitaciones. Dejas de tener actividad económica y te haces pequeño porque no cuentas con mano de obra. Buscan que les facilites alojamiento porque es imposible alquilar. Unos dejamos de dar comidas, otros reducen las mesas, otros cierran el bar y se quedan solo el restaurante...". Y los hoteles grandes reservan una planta al personal, limitando el número de habitaciones a la venta. "Si no, ¿cómo cubres una plantilla de 50?", se pregunta.

"Entrevisté a 50 personas y cogí a seis. Todos eran válidos pero solo unos pocos tenían dónde alojarse"

Para este hotelero, es duro ver un coche de alta gama en un parquin junto a un trabajador haciendo la colada en la caravana. "A veces nos comentan: ¡Cuántas autocaravanas aquí! Y tienes que decir que son trabajadores. La vida no debe ser fácil en un espacio de 6 metros con 10 bajo cero por la noche", reconoce.

Álex Masonet, dueño de una tienda de deportes en Formigal, entrevistó a 50 personas para cubrir seis puestos. "Todos eran válidos pero solo unos pocos podían aceptar, el resto no encontraba alojamiento", dice, a pesar de pagar sueldos de casi un 40% más que en algunos comercios de la ciudad, con extras como un bono de esquí. "Les interesaba el trabajo pero luego llamaban diciendo que no habían encontrado dónde quedarse". Tres de sus empleados se han tenido que ir a Sabiñánigo y aunque salen con tiempo a veces se quedan atascados en la carretera.

Los alcaldes buscan soluciones

Los ayuntamientos llevan tiempo buscando soluciones a un problema que lastra la actividad económica en los valles del Pirineo. Canfranc ha abierto una bolsa de viviendas y ha solicitado la declaración de zona tensionada ante la insuficiente oferta de viviendas y los altos precios. Su alcalde, Fernando Sánchez, recuerda que Suelo y Vivienda de Aragón dispone de cinco parcelas en la estación para construir 130 pisos, y confía en el plan de vivienda anunciado por el presidente aragonés, Jorge Azcón. "Él mismo dijo que está generando problemas de competitividad en las empresas turísticas", destaca.

"Tuve que cerrar el restaurante y quedarme solo con las habitaciones porque no encontraba trabajadores"

Benasque, por su parte, ha encargado un estudio para construir pisos de alquiler. "Ahora los precios son inaccesibles, también para cualquier vecino de Benasque. Piden 400.000 euros por la compra de un apartamento de dos habitaciones, y aquí se pagan salarios de 1.500. Si queremos que haya gente la única manera es dar vivienda", señala su alcalde, Manuel Mora.

Sondeo en Sallent sobre necesidades de alojamiento

El Ayuntamiento de Sallent de Gállego realizó un sondeo entre empresas locales para evaluar las necesidades de alojamiento. En invierno el número oscilaba entre 225 y 242 empleados y en verano, entre 133 y 146. Pero además Aramón requiere 700 en Formigal, y la escuela de esquí, 250, en el pico de la campaña. 

El grupo de la nieve da facilidades pagando el kilometraje a los que viven más lejos o a través de un acuerdo con un hotel de Sabiñánigo para alojarse por un precio más barato. 

"La carestía de la vivienda afecta a los trabajadores turísticos pero también a las familias de la zona", señala el alcalde, Jesús Gericó, que ha ofrecido suelo a la DGA para construir pisos de alquiler. Los precios y la escasa oferta por el boom de viviendas turísticas han generado, asegura, "un problema serio". 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión