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Vecinos de Villamayor tras el anuncio del macrocentro de grupo Costa: "Es un bombazo, pero que no se pierda el ambiente de pueblo"

Estos días se habla en los corrillos del impacto que tendrá la futura empresa para el crecimiento del municipio, mientras se espera a conocer más detalles, como las expropiaciones.

Los vecinos de Villamayor, ante la futura construcción de una macroplanta del grupo Costa
Los vecinos de Villamayor, ante la futura construcción de una macroplanta del grupo Costa
Ruben Losada/FotografiArte

"Pero, ¿es verdad?", comenta este jueves una clienta de la peluquería Deluxe en la calle principal de Villamayor (Zaragoza), a la pregunta de qué le parecía la noticia de que el grupo aragonés Costa fuera a invertir 469 millones de euros para construir un complejo agroindustrial en el municipio, que prevé crear 5.000 empleos.

Elena Joven, la peluquera, le explica que lo habían anunciado el día anterior y que, por las conversaciones de otras clientas, "la gente está contenta con todo lo que sea crear puestos de trabajo". Eso sí, reconoce que no tenían claro "de qué era la empresa" que iban a abrir y esperaban más detalles. Hay quienes ya hablan de a qué vecinos les afectaría el proyecto, porque la enorme superficie de 155 hectáreas que va a ocupar obligaba a expropiar alguna granja y zonas cultivadas. Esperan mejoras en las conexiones por carretera y la vivienda.

En el Bar Ohana situado al otro lado de la carretera, se confía en que anime la clientela que hay a diario, aunque sea con los primeros obreros del proyecto. "Ya se notó con las obras de la travesía que han durado año y medio", afirma Carlos Brosed, nacido en el pueblo y al frente del negocio de hostelería desde hace ocho meses. "Ahora donde sacamos dinero los bares es el fin de semana", frente a la tranquilidad que se respira el resto de días. Este jueves, solo un grupo de jóvenes llena una de las mesas de la terraza a primera hora de la tarde. 

Los vecinos de Villamayor, ante la futura construcción de una macroplanta del grupo Costa
Elena Joven, vecina de Villamayor, en su peluquería Deluxe.
Ruben Losada/FotografiArte

El municipio, de unos 2.800 habitantes, a solo 8 kilómetros de Zaragoza y con un amplio término municipal, tiene en la agricultura su principal actividad. La mayoría de los vecinos trabajan en polígonos industriales cercanos ante la falta de industria hasta ahora. Durante años fue barrio rural de Zaragoza y en 2006 se segregó convirtiéndose en municipio independiente, un proceso largo y doloroso que dividió a los vecinos y del que todavía muchos prefieren no hablar.

A 15 minutos del centro de Zaragoza

Conserva el espíritu de pueblo tranquilo que muchos villamayorenses no quieren que desaparezca si crece mucho con el impulso del macrocomplejo. El tráfico se concentra en la amplia y larga avenida principal que atraviesa el pueblo, la que forma la carretera A-129 que va a Sariñena, con el asfalto casi recién estrenado, que tampoco quieren que se sobrecargue más.

Sin embargo, en las largas bocacalles que suben hacie el Ayuntamiento y la iglesia de la Asunción, con la torre mudéjar que asoma desde muchas de ellas, se respira paz y tranquilidad. Un niño juega a la pelota en una de ellas sin miedo a que pase un coche, y es raro cruzarse con otra persona, en esta tarde sin colegio y con 25 grados de temperatura primaveral.

"Aquí en verano se sigue saliendo a la fresca", pone como ejemplo de tradición que no se ha perdido María Sacacia, tercera generación de una tienda de alimentación en la calle Carnicería. "Tenemos vida de pueblo a 15 minutos del centro de Zaragoza", añade, recordando otras citas como las fiestas del pueblo a las que no faltan vecinos que se marcharon y regresan a las casas que conservan. El propio establecimiento tiene aire de colmado tradicional por la gran variedad de productos. Susana Sanjuan entra a comprar algo de fruta y queso tras salir de trabajar de un polígono cercano. "Todo lo que necesito a diario lo tengo aquí", afirma, sobre la variada oferta de la tienda. El comercio es escaso en el municipio, como ocurre en otros tan próximos a una gran ciudad. Solo quedan un par más de tiendas de alimentación y un estanco, además de los cuatro bares y dos peluquerías.

"A ver si se consigue que haya vivienda  económica para que la gente joven que no se quiere ir se pueda independizar", añade María, ante la falta de oferta. Susana coincide en que se necesitan más obras, pero "que no se masifique como Santa Isabel", en referencia al desarrollo urbanístico de uno de los barrios zaragozanos que más crecieron con el auge de la construcción antes de la crisis inmobiliaria pasada. Apuesta como el resto de vecinos por mantener la "calidad de vida" de que disfrutan. 

En la calle, David Martínez habla con Conchita Lahoz, madre de María, y coincide con las necesidades de vivienda. Él está rehabilitando una casa cerca. "Aquí no hay pisos, solo casas, todas grandes, y el precio es alto", comenta, entre las barreras de acceso para los jóvenes. David está al tanto de la inversión millonaria del grupo aragonés. Considera que "es un bombazo" la llegada de un empresa tan grande al pequeño municipio, pero coincide en defender que no se pierda el "ambiente de pueblo". Nacido en Villamayor, ha criado aquí también a sus dos hijas, de 7 y 13 años. "La pequeña está todas las tardes por la calle con los patines", cuenta. "Aquí nos conocemos todos", asegura. 

Además de la carretera que cruza el pueblo, otro punto de reunión son las piscinas, con vistas a la ermita de la Virgen del Pueyo, junto a un enorme parque donde corren media docena de niños y una cafetería con una soleada terraza. Allí algunas vecinas jóvenes parecen más excépticas ante el anuncio del desembarco de la gran empresa. Son claras al defender que no se pierda la esencia del pueblo. "Podían haber hecho una consulta entre los vecinos", plantea una, que prefiere no dar su nombre. Tampoco está conforme con el parque eólico que se hizo hace unos años, sin contar las dudas sobre cómo se indemnizará a los agricultores a los que afecten las obras.

Los vecinos de Villamayor, ante la futura construcción de una macroplanta del grupo Costa
Vicente Alba, vecino de Villamayor.
Ruben Losada/FotografiArte

Otros como Vicente Alba, presidente del Club Deportivo Villamayor, que toma un aperitivo en la zona cubierta del bar, cree que es "prematuro" hablar del impacto. Jubilado ya, reconoce que le gusta tanto la vida en su pueblo que pese a la cercanía "suelo bajar poco a Zaragoza y por obligación". Ya lo hizo bastante durante su vida activa. Lo que tiene claro es que la noticia ha puesto al municipio en el mapa. Un sobrino suyo que vive en Madrid fue el que le envió la noticia el primer día. "Yo creo que hacía falta algo", afirma, ante la carencia de industria, aunque consciente de que muchos pequeños pueblos de Aragón, más alejados de las capitales, necesitan proyectos así.

En el caso de Villamayor se ha visto favorecido precisamente por su proximidad a una gran capital y por su ubicación junto a la autovía la A-2. El grupo con origen en Fraga se instalará en una pastilla de terreno paralela a la autovía, a la altura del polígono Malpica, que se encuentra al otro lado de la transitada vía que comunica Madrid y Barcelona.

Proceso largo con expropiaciones y nueva variante

José Luis Montero, el alcalde del municipio (CHA), confiesa que "había muchas expectativas" en la búsqueda de una empresa en el pueblo, que ni siquiera tiene polígono industrial, y la llegada de grupo Costa "las ha superado". Para el consistorio era importante que se instalara una empresa que tratara al municipio "como si fuera su propio pueblo". En este sentido, asegura que pese a todas las facilidades que se han puesto, incluida la tramitación rápida de la parte burocrática por parte del Gobierno de Aragón, "no nos valía que vinieran aquí porque tenían oportunidad por el terreno, sino ser algo más". De ahí la satisfacción porque haya sido además un grupo aragonés.

Los vecinos de Villamayor, ante la futura construcción de una macroplanta del grupo Costa
Los vecinos de Villamayor, ante la futura construcción de una macroplanta del grupo Costa
Ruben Losada/FotografiArte

El grupo Costa es un gigante dentro del sector del porcino, con múltiples actividades. El proyecto para Villamayor incluye una primera fase con la creación de un campus de biotecnología, otra con la puesta en marcha de un centro de transformación y envasado de productos de origen avícola y finalmente de porcino. Al municipio zaragozano se trasladaría incluso la sede de toda la corporación empresarial, dentro del complejo bautizado como Centro Logístico Agroalimentario del Valle del Ebro (CLAVE). Incluye un almacén logístico, una instalación de transformación y envasado, una planta de congelados, otra de elaboración de platos preparados y una fábrica de piensos. No hay fecha todavía para su puesta en marcha, ante un proceso que será largo.

En cuanto a las preocupaciones que puedan tener los vecinos sobre las expropiaciones, el alcalde asegura que se irá avisando a los afectados, pero que la "ocupación" de los terrenos tardará al menos "dos años". Casi el 75% del suelo es municipal y será necesario expropiar el 25% restante, dedicado ahora a la agricultura como huerta, olivos y almendros. "Este año pueden sembrar tranquilamente", asegura a los agricultores.  "Lucharemos para que haya el menor impacto en cultivos y personas", añade. Se plantea en el proyecto un acceso directo a la autopista "para que no tenga impacto en el tráfico en el casco urbano". Así, lanza el mensaje a los vecinos de "que estén tranquilos".

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