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Un día en el instituto de Ejea libre de móviles: "Se les nota más tranquilos, a veces te pedían ir al baño solo para mirarlo"

Docentes, alumnos y familias del IES Reyes Católicos valoran una medida tomada por votación.

Alumnos por un pasillo del instituto Reyes Católicos de Ejea de los Caballeros, este jueves.
Alumnos por un pasillo del instituto Reyes Católicos de Ejea de los Caballeros, el pasado jueves.
Toni Galán

Apenas han pasado tres semanas desde que el Instituto de Educación Secundaria (IES) Reyes Católicos de Ejea de los Caballeros votó 'sí' a ser un espacio libre de teléfonos móviles y ya no se repite la estampa habitual en los recreos: la de chavales pegados a una pantalla en su tiempo libre. 

Ahora cuando Irene Villa, una de las jefas de estudios del centro, mira por la ventana no ve dispositivos en el patio. "Era una tendencia más. Estaban alrededor de las porterías o sentados en los bancos con el móvil. El mensaje ha llegado: que haya 6  horas donde la cabeza se libere y nos descanse un poco a todos. Es ese el mensaje, salud mental. No es penalizar", apunta.

Este no es el único instituto aragonés que prohíbe los 'smartphones' (en la Comunidad son los centros educativos los que cada uno regula su uso), pero sí el primero que aprueba la medida por votación popular (de las familias con hijos/as menores matriculados y alumnado mayor de 18 años). "Lo que ha llamado la atención es que ha sido tomada democráticamente; eso sí, tras una campaña informativa. Las otras dos grandes novedades es que todo ha estado relacionado con la salud mental, y cuando hay evidencia científica de los graves problemas (que el abuso de los móviles ocasionan en los estudiantes); y que es un tema que viene de lejos, de 3-4 años atrás en los que llevamos escuchando en reuniones la inquietud de las familias, que nos pedían que hiciéramos algo", informa Paxti Abadía, director del IES Reyes Católicos.

Una medida de calado que debe cumplir en horario escolar toda la comunidad educativa: los 600 alumnos, los 80 profesores y el personal de servicios. En caso de que algún estudiante lo lleve, será sancionado. "En principio, es una responsabilidad de las familias. Otra cosa es que después los chavales los traigan al centro. No vamos a ir registrando mochilas ni nada, pero se arriesgan a que tengan tentación de sacar el móvil. Y si se les sorprende, se les aplicará un día de expulsión", avisa.

"No vamos a ir registrando mochilas, pero se arriesgan a que tengan tentación de sacar el móvil. Y si se les sorprende, se les aplicará un día de expulsión" 
Patxi Abadía, director del IES Reyes Católicos, este jueves en el centro.
Patxi Abadía, director del IES Reyes Católicos, el pasado jueves en el centro.
Toni Galán

Villa comenta que, en un principio, pensaban que tendrían que estar preparados para una posible campaña de expulsiones "masiva", pero la realidad gratamente no ha sido así. "El primer día (11 de octubre) ya no se vio ninguno. Nos ha sorprendido en positivo a todos, profesorado y familias. Creo que la medida ha sido muy bien aceptada por los chavales", afirma. Ahora bien, admite que algún dispositivo seguirá 'viniendo' (al centro). "Tenemos que ser realistas. No puedo asegurar que nadie lo traiga, pero sí que no se ven. Nuestro mensaje a las familias era que no dejaran que sus hijos los traigan y así hacemos la desconexión completa. Pero, mientras no los saques ya estás haciendo ese descanso", añade.

"No somos unos locos que no queremos el móvil y la tecnología. Lo que queremos es el uso responsable; que aprendan a desconectar" 

En este punto, la jefa de estudios habla de los beneficios de estar seis horas sin 'smartphones': mejoras de visión ("vemos alumnos de 1º y 2º de la ESO con problemas para ver la pizarra", indica), de concentración y la relajación. "No somos unos locos que no queremos el móvil y la tecnología. Para nada. Lo que queremos es el uso responsable; que aprendan a desconectar", resalta.

También Abadía se muestra "gratamente sorprendido" de la respuesta. "No hemos tenido que requisar ninguno ni los hemos visto en los recreos", explica. Al mismo tiempo, observa a los alumnos más tranquilos. "Están dándose cuenta de esa dependencia que tenían. Y otra cosa que hemos mejorado mucho es la comunicación. No sé de qué hablarán en los recreos, pero ya no ves a cinco chavales juntos y cada uno con su móvil a su bola. También ha aumentado la participación en las actividades deportivas y de otra índole (juegos, etc) que tenemos programadas", detalla. Y cree que supone "un fuerte avance" ante los conflictos que se daban entre el alumnado cuando había que requisarles el dispositivo. "Era el peor castigo para un chaval. Muchos se negaban a entregarlo; incluso había agresiones verbales", recuerda.

"A más de un alumno la medida le habrá dado paz en el sentido de que es una zona en la que está protegido de que le graben y le hagan fotos" 

Primitiva Alcusón, profesora de Matemáticas y también jefa de estudios, habla de que quitarles el móvil generaba muchas veces situaciones violentas. "Chavales que de normal son majos y buenos alumnos, que tenían unas reacciones que no te esperabas. Tienen una dependencia muchas veces brutal. Ahora se les nota más tranquilos. Se ponían nerviosos y había veces que te pedían ir al baño solo para mirar el móvil", relata. Esta docente -que lleva el programa de ciberayudantes del centro- subraya que la medida a más de un alumno le habrá "dado paz". "En el sentido de que es una zona en la que está protegido de que le graben y le hagan fotos".

Y los estudiantes del Reyes Católicos, ¿qué opinan? A Pablo Pueyo, de 17 años y en 2º de Bachiller, la propuesta le parece positiva. "Es buena porque es cierto que se está perdiendo la comunicación entre nosotros por estar con el móvil. He visto mucho cambio; socializamos más", comenta este joven, que reconoce que lo utiliza mucho. "Ahora, como hay bastante más que estudiar, intento usarlo menos dándoselo a mi madre o dejándolo en otra habitación o apagándolo", dice.

Irene Jiménez y Omaima Elghazouani, ambas de 17 años y en 2º de Bachiller, también la ven beneficiosa, sobre todo para el alumnado de cursos anteriores. "Nosotros somos más de interactuar en el patio. Los de menos años son los que están cinco en un banco sin hablar. Ahora hay más gente jugando y entre clase y clase conversamos más; noto bastante cambio", comenta la segunda. A lo que la primera (que suele salir fuera del centro durante el recreo) añade: "La veo bien para gente de la ESO; son más niños y están más descontrolados al pasar del colegio al instituto. Los de Bachillerato somos personas más maduras".

Mientras, Víctor Hualde (de la misma edad y mismo curso) opina que algo positivo tendrá (la medida) si la han aprobado, "pero tampoco lo veo para tanto como para una expulsión".

"Es cierto que se está perdiendo la comunicación entre nosotros por estar con el móvil"
"Hay más gente jugando en el patio y entre clase y clase hablamos más"
"Algo positivo tendrá, pero tampoco lo veo para tanto como para una expulsión"
"Veo la medida innecesaria. Hay veces que me he olvidado hacer un cuestionario de Google y lo relleno en el recreo. Usamos la tecnología para estudiar"

Iker Catiwiela, de 15 años y en 4º de la ESO, la ve "bien" aunque considera "un poco excesivo" prohibir del todo su uso. "Te puede servir para llamar a un familiar por si necesitas algo. A mí me ha dado un poco igual; no lo usaba mucho", destaca. En la misma línea argumental, la joven Ouafaa Madani, de 16 y en 4º de la ESO, ve dos lados: uno positivo y otro, negativo. "Bien no utilizarlo porque a veces no convivimos con nuestros amigos. Y negativo por si tienes que decirle a algún familiar cosas privadas. Yo lo usaba a veces en el recreo para responder mensajes o hablar con mi madre", señala.

Por su parte, Sara Gericó, de 15 y en 4º de la ESO, ve la medida innecesaria. "Nos lo hacen ver (el uso del dispositivo) como si fuera algo tóxico cuando hay veces que tengo que ver un 'powerpoint' para alguna clase o me he olvidado hacer un cuestionario de Google y lo relleno en el recreo. Lo utilizaba para actividades escolares y ya no lo puedo hacer. Usamos la tecnología para estudiar", destaca.

Elías Álvarez, estudiante de 14 años y que cursa 3 de la ESO.
Elías Álvarez, estudiante de 14 años y que cursa 3 de la ESO.
Toni Galán

Para el joven Elías Álvarez, de 14 años y en 3º de la ESO, ha supuesto una liberación. "No siento la necesidad de estar mirando el móvil; antes lo llevaba y lo sacaba en el recreo. Me siento bien, socializo con más gente y es una oportunidad para que los demás socialicen. Ahora estoy más tranquilo; una preocupación menos", sostiene.

"Me siento bien y socializo con más gente. No tengo la necesidad de estar mirandolo"
"La dependencia al móvil no se creaba por los 40 minutos de recreo"

A Alejandro Ferrer, también de 14 y en el mismo curso, le consta que hay compañeros que pasan muchas horas al día con el móvil. "Cuando se van a dormir lo tienen al lado. Yo solo lo uso para comunicarme, tengo entrenos deportivos y extraescolares entre semana y no tengo tiempo", afirma. La medida en sí no la ve mal, aunque cree que no ayuda mucho. "La dependencia no se creaba por los 40 minutos de recreo. El que la tiene es porque la mayor parte del día está en casa con el móvil; ahí no hay una norma que te diga que no lo puedes utilizar", dice.

Otros alumnos reconocen que siguen llevando el móvil al centro, pero solo para activarlo a la salida. "Por si pasa algo. Tengo miedo de que me lo vean en el bolsillo y me lo quiten sin haberlo usado", admite uno. Y una estudiante revela que sabe de "alguno" que lo ha utilizado en el baño.

En el lado de las familias, Esmeralda Cebrián ve a sus dos hijos (que cursan 1º y 4º de la ESO) más tranquilos. "Lo dejan en casa y vienen bien, no llegan ansiosos. Yo pensaba que sería peor. No tienen dependencia de estar mirando qué suben en Tiktok, qué vídeo nuevo ha salido de Youtube... Esto les va a beneficiar a nivel de paciencia, de aprender a esperar, a que las cosas tienen su ritmo y que no pasa nada por estar un rato sin el móvil. Creo que están aprendiendo a ver otro mundo", opina.

"Creo que están aprendiendo a ver otro mundo"
Esmeralda Cebrián, madre de dos chicos de 1º y 4º de la ESO, el pasado jueves en el IES Reyes Católicos.
Esmeralda Cebrián, madre de dos chicos de 1º y 4º de la ESO, el pasado jueves en el IES Reyes Católicos.
Toni Galán

Esmeralda comenta que la mayor parte de los otros padres con los que habla estaban de acuerdo con la propuesta. "Como madre la veo estupenda. Primero, por su salud mental. Para mí, es muy importante la interrelación entre ellos. Si están cada uno viendo una red social y no hablan, no saben nada de ellos. Y por la tranquilidad. Ves en las noticias casos de niños que graban a otros e incluso provocan situaciones para grabar a otros. Sabes que aquí están protegidos; que ni lo van a hacer ni se lo van a hacer, que eso también es una tranquilidad muy grande para las familias", cuenta.

El director del IES Reyes Católicos apunta que los problemas de convivencia en los institutos vienen motivados sobre todo por el tema del ciberacoso. "Fundamentalmente son fuera de los centros, de las relaciones humanas que se establecen fuera. Si intentamos reducir también ese tema, mucho habremos ganado", dice Abadía.

Durante estas primeras semanas siendo un espacio libre de móviles, les han llegado escritos de otros centros felicitándoles por la iniciativa. "O compañeros que conocemos nos han dicho qué bien que hayamos dado el paso", resalta Irene Villa, quien lanza un último mensaje: "Queremos que los chavales, entre ellos, sirvan de ejemplo; entre iguales siempre va a funcionar mejor cualquier medida".

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