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Restaurantes de Aragón para comer en plena naturaleza: de bordas a campings pasando por terrazas gourmet
Degustar un menú en un bonito entorno natural es una propuesta muy recomendable para seguir disfrutando de lo que resta de periodo estival.
Todo un planazo para escaparse estos días, sacándole el máximo partido a una velada al aire libre. Con el fin del calor sofocante, es posible disfrutar del aire libre con rutas senderistas y gastronómicas. Son varios los establecimientos en Aragón que nos permiten degustar las delicias culinarias de la tierra mientras nos refrescamos bajo los árboles o ante la panorámica de un bello entorno natural. Aquí va una pequeña muestra para tomar nota y poder ir pensando en cuál será la próxima excursión.
Borda Chiquín (Ansó)
“Comer comida tradicional en un entorno natural así es un lujo”. Así hablan en Tripadvisor de la experiencia gastronómica que supone sentarse a la mesa en Borda Chiquín, en el término municipal de Ansó, donde las migas a la pastora y el Ternasco de Aragón se convierten en el acompañamiento perfecto para disfrutar de un comedor ubicado en un paraje extraordinario.
En general, estas antiguas construcciones agrícolas y ganaderas altoaragonesas, conocidas como bordas y convertidas en restaurantes de comida típica, son una referencia gastronómica en el Pirineo y cualquiera de las repartidas por la provincia oscense son una excelente opción para pasar una refrescante velada.
Asador El Pajar (Boltaña)
Es este otro lugar en el que se respira campo mientras se degusta una comida de calidad y se admira el entorno montañoso del Sobrarbe. Este restaurante se encuentra en el término municipal de Boltaña, en la localidad de Margudgued. Su carta es muy amplia y permite tanto optar por deliciosos platos a la brasa, como picotear algo de embutido o, incluso, comer de bocadillo.
Dispone de una amplia terraza que permite recrearse en una atractiva panorámica natural, lo que consigue que El Pajar sea una alternativa a tener en cuenta hasta que termine su temporada, en el próximo mes de octubre.
Restaurante Agramonte (San Martín de la Virgen del Moncayo)
Aunque el comedor está en el interior del establecimiento, existen mesas en el exterior que bien merecen ocuparse para el primer aperitivo y que se encuentra en pleno bosque de hayas. Entre sus especialidades culinarias, caben destacar las migas a la pastora con setas de temporada, el revuelto de setas de temporada, el chuletón y las carnes a la brasa, así como los pimientos rellenos y las judías blancas con pata de cerdo.
Su ubicación privilegiada permite, además, completar la visita con una excursión por la red de senderos del corazón del Moncayo. El restaurante esta próximo a otro interesante punto de interés: el Centro de Interpretación Agramonte.
Lake Caspe Camping (Caspe)
El ocio en la naturaleza es la principal seña de identidad de los campings, por eso sus recintos pueden ser un escenario idóneo para beneficiarse de las ventajas de comer al aire libre. En el caso de Lake Camping Caspe, se pone a disposición de los comensales un pequeño restaurante, situado bajo los pinos, donde es posible degustar un variado menú casero, así como un gran surtido de tapas y raciones.
Por otra parte, la experiencia gastronómica invita a conocer de primera mano el puerto deportivo y las bellas inmediaciones del embalse, con acantilados, playas y frondosa vegetación mediterránea.
Diecisiete Veintisiete (Bronchales)
A 1.727 metros de altitud, cifra que le da nombre al local, y dentro del camping Las Corralizas, en la localidad turolense de Bronchales, se halla este restaurante en el que se apuesta por una cocina de calidad basada en productos de proximidad y típicos de la zona.
Abierto de abril a noviembre, el establecimiento representa una parada para tomar buena nota y comer rodeado de árboles. Además, supone una excelente opción para reponer fuerzas mientras nos acercamos a conocer los encantos que ofrece la comarca de Sierra de Albarracín.
Atalaya del Tastavins (Monroyo)
Este restaurante, situado en el corazón del Matarraña turolense, forma parte de la finca del hotel Torre del Marqués y, además de contar con un salón comedor, dispone de tres espacios exteriores en los que poder disfrutar de agradables comidas y cenas en un paisaje de ensueño. Para las noches de verano, se recomienda la terraza Torre del Marqués, en la que se sirven los mismos menús que en el interior. En las otras dos restantes, Lámina del Agua y Campo de Almendros, se sirve un picoteo más informal.
El hotel Torre del Marqués pone igualmente a disposición de los visitantes una experiencia culinaria especial al aire libre y en privado en forma de picnic, que se prepara en cuatro enclaves idílicos de la finca en la que se levanta este proyecto hostelero.
