sequía

Las reservas de agua embalsada están en caída libre por la falta de precipitaciones

La CHE advierte de un verano "complicado" y apela a un uso del agua "solidario".

La torre de Mediano, visible por el bajo nivel del agua, se ha convertido en atracción turística.
La torre de Mediano, visible por el bajo nivel del agua, se ha convertido en atracción turística.
Javier Navarro

Dos hectómetros cúbicos en tres días. El volumen del embalse de Mediano, en el río Cinca, ha pasado del 37% al 35% entre el miércoles y ayer. Es cierto que se está soltando agua para riego, como todos los años por estas fechas, pero las reservas de agua embalsada en la cuenca del Ebro están en caída libre debido a la ausencia de precipitaciones. La situación es problemática, pero podría complicarse aún más en las próximas semanas si las condiciones meteorológicas no cambian pronto.

En estos momentos, el agua almacenada representa un 54% de la capacidad total de embalse de esta cuenca. No se supera la reserva promedio de los últimos cinco años (de 2018 a 2022) y se está por debajo de la cifra de 2022 y de la del mínimo, que se produjo en el año 2019. El escenario no es tan crítico como en el Segre y el canal de Urgel, en la parte oriental de la cuenca, pero la cabecera y el eje del Ebro, el Bajo Ebro (embalse de Mequinenza) y los ríos Aragón y Arba están ya en situación de emergencia, algo que debería ocurrir en julio o en agosto y no a finales de abril.

Yesa, que debería tener un volumen de agua embalsada del 77,6% está al 55%; Canelles, el mayor pantano del Pirineo, se encuentra al 18,7%, muy lejos del 66% que debería presentar; Barasona, que tendría que almacenar un volumen del 83,9% se halla al 55% y Vadiello, la principal fuente de abastecimiento de la ciudad de Huesca, solo alcanza el 32% de su volumen.

"El nivel sigue bajando y no entra caudal", comentó este sábado el concejal de Servicios Generales del Ayuntamiento oscense, Roberto Cacho, en relación a Vadiello. Según dijo, es un dato "malo" estando en abril. Actualmente, el 90% del agua que llega a la red de suministro de Huesca procede del Canal del Cinca a través de la toma de Valdabra.

El Consistorio de Huesca no prevé, de momento, establecer restricciones debido a la sequía y lanzó un mensaje de tranquilidad, al tiempo que hizo un llamamiento a la responsabilidad. "Vamos a ver qué ocurre en mayo y, entonces, se actuaría en consecuencia", manifestó el concejal.

La última Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) constató, el miércoles pasado, que si no cambia el signo de las lluvias, se avecina "un verano con marcadas complicaciones para atender a determinados suministros de agua en una gran parte de la cuenca del Ebro". "Para sobrellevarlo será necesario que entre usuarios, administraciones y ciudadanos se realice una gestión corresponsable, equitativa, racional y solidaria", apuntaron desde el órgano de cuenca.

En Teruel, tranquilidad

Los pantanos de la provincia de Teruel presentan un buen estado general a pesar del contexto de sequía. El embalse del Arquillo, que abastece a la capital turolense, almacena 17,3 hectómetros cúbicos, lo que supone el 82,5% de su capacidad, y las principales presas del Bajo Aragón presentan también una relativa buena situación, con Calanda al 62%, Santolea al 55% y Pena al 77%.

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) considera "excelente" la situación del Arquillo y señala que, aunque no se registren lluvias próximamente, el abastecimiento "está totalmente asegurado para todos los usuarios" del embalse y no se contemplan restricciones.

El concejal delegado del servicio del agua en Teruel, Juan Carlos Cruzado, indicó que las reservas del Arquillo garantizan entre uno y dos años de abastecimiento, aunque persista la sequía. Cruzado añadió que, en caso de que la situación empeore en los próximos dos años, el Ayuntamiento dispone de un "plan B", basado en la explotación de los pozos de San Blas como alternativa a la presa.

Aunque el riego también está asegurado, la Comunidad de Regantes de Teruel teme que, si la sequía persiste –el observatorio de la Aemet en la capital es el que menos precipitaciones registró de todo el país en los tres primeros meses de 2023–, a finales del próximo verano podrían llegar las "restricciones", según declaró el presidente de los regantes, Francisco Gómez. Explicó que cuando el agua embalsada baje al 30%, se reservará para consumo de boca.

La situación en los pantanos del Bajo Aragón histórico garantiza el suministro de consumo humano y el riego de esta campaña, con unos volúmenes que oscilan entre el 55% de Santolea, el 62% de Calanda y porcentajes por encima del 80% en Gallipuén y Cueva Foradada. Sin embargo, la escasez de lluvias que registrando este territorio en los últimos meses reduce a ritmo acelerado estas reservas, de manera que a lo largo abril estos niveles han caído alrededor de un 10% de media.

El pantano de Vadiello, que abastece a Huesca, está al 32% de su capacidad, frente a la media de la cuenca del 54%.

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