Qué tiene que ver San Valero con San Lorenzo y el Santo Grial

San Valero fue el primer obispo de Zaragoza. Vivió durante el siglo III y algunas fuentes consideran que fue discípulo de San Lorenzo lo que le acerca a uno de los enigmas más importantes de la Iglesia, el Santo Grial.

Busto de San Valero
Busto de San Valero
Oliver Duch

El domingo 29 de enero se celebra una de las festividades más importantes de Zaragoza, el día de su patrón: San Valero. Un día de celebraciones y roscón para conmemorar a este sacerdote que fue el primer obispo de Zaragoza durante el siglo III y que sufrió las persecuciones del emperador Domiciano. O eso creemos, ya que los detalles de su vida no se pueden comprobar a ciencia cierta. 

De lo que sí quedan registros es de su participación el Concilio de Elvira en Granada en el año 305 d.C. donde fue acreditado por aclamación popular como obispo de Caesaraugusta. A este concilio asistió con el oscense Vicente como ayudante.

A partir de ahí todo son teorías. Al parecer, su condición cristiana le valió la persecución de los emperadores romanos y, según cuentan testimonios de la época, fue detenido y trasladado a Valencia junto San Vicente.

Entre milagros y leyendas

Este trayecto hasta la capital del Turia está plagado de leyendas populares. Como el episodio en el que golpeó una piedra con un báculo o que, debido a su tartamudez, fue defendido en el juicio por su ayudante San Vicente. En Valencia, los dos sacerdotes fueron condenados: San Vicente murió en Valencia tras sufrir martirio y San Valero fue exiliado a Enate, cerca de Barbastro donde murió 14 años después. Tras su muerte fue enterrado en el castillo de Estada y su cuerpo se encontró en el siglo XII y trasladado a Roda de Isábena y, más tarde y tras la conquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador en el año 1118, fueron colocados en la Seo de Zaragoza.

San Valero, San Lorenzo y el Grial

Pero la historia de personajes que vivieron hace tanto tiempo es difícil de comprobar y es necesario ahondar en las fuentes historiográficas y literarias que aporten algo de luz. Gonzalo de Berceo, por ejemplo, el primer poeta que escribe en lengua castellana, explica que que San Valero fue discípulo de San Lorenzo que era obispo de Huesca.

Algunas fuentes aseguran que, tanto Vicente como Valero habrían sido diáconos de San Lorenzo y con él habrían viajado a Roma en el 258 convocados a un concilio por el papa Sixto II. Allí, Lorenzo solicitó al papa que dejara a los dos diáconos en la ciudad, pero finalmente el que se quedó fue Lorenzo y falleció martirizado al igual que Sixto II. 

La relación con entre San Valero y San Lorenzo, a la postre, los dos patrones de las ciudades más grandes de Aragón no se puede comprobar, como tampoco hay fuentes fidedignas que confirmen que fue San Lorenzo el que trajo el Santo Grial a Aragón. Autores como del investigador Javier Gabriel Songel, de la Universidad Politécnica de Valencia aseguran que fue la intercesión de San Lorenzo la que hizo llegar el cáliz a San Juan de La Peña en el 258. Así lo afirma en su libro 'El cáliz revelado'. La misma hipótesis sigue Javier Sierra en su novela 'El fuego invisible' que relata la presencia del cáliz la Catedral de Jaca, San Pedro de Sieresa o San Juan de la Peña

La tradición sostiene que en el 258, el Papa Sixto II iba camino de su ejecución junto a San Lorenzo y le pidió que pusiera a salvo sus bienes más preciados, entre ellos el Santo Cáliz que San Pedro habría llevado a Roma. San Lorenzo fue martirizado pocos días después, asado vivo a la parrilla, pero antes cumplió el encargo del Papa y envió el cáliz a la provincia de Huesca donde residían sus padres.

¿Y si fueron Valero y Vicente los que trajeron el Grial hasta la tierra de San Lorenzo? Del viaje de vuelta de los dos diáconos desde Roma nada se sabe a ciencia cierta, pero la leyenda del Grial daría para llenar cientos de libros.

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