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Los belenes más originales renuevan la tradición y sortean la crisis

Esta es la semana en la que más figuritas para el portal se despachan. Las hay clásicas de inspiración murciana y otras más vanguardistas y disruptivas.

Un Belén 'matrioska', en Lilou, en San Vicente Mártir, 26.
Un Belén 'matrioska', en el escaparate de Lilou, en San Vicente Mártir, 26.
Heraldo

Escena que se reproducirá esta mañana en muchos hogares aragoneses: se sube del trastero la caja en la que pone ‘Belén y adornos de Navidad’ y, al abrirla, no aparece el niño, resulta que una oveja está tullida (sin haber implicación del lobo de Monegros) y Gaspar ha perdido la corona… Esta es la semana en la que más figuritas de Belén se venden y en las tiendas comentan que, aunque “aún estamos en un año raro por la crisis y la inflación”, al menos, el primer fin de semana de diciembre ha sido muy animado.

“Es verdad que la venta de belenes va despacio, pero conforme avanza el adviento se va animando. Todo el mes tenemos demanda”, dice Javier Belloso, responsable de la más conocida tienda de artesanía religiosa de la plaza del Pilar. En sus estantes se pueden hallar “los belenes más clásicos que vienen de artesanos murcianos” hasta muchos otros de nuevo cuño, que funcionan, incluso, como souvenir. En las repisas se ven portales con diferentes fondos que identifican ciudades, que poco tienen que ver con los desiertos de Palestina: hay belenes en los que se adivina Venecia, Florencia, París o, también, Zaragoza, con unas figuritas con cachirulo, enmarcadas por el Pilar y con un león en lugar del buey y la mula. En Belloso, que abrió en 1893 en la calle Alfonso y desde la década de 1960 está en la plaza del Pilar, se han habituado también a la venta de figuras por internet, una demanda que -aunque se incrementa desde el puente de Todos los Santos- funciona todo el año, pues hay parejas que, incluso, incluyen nacimientos en su lista de bodas. En este veterano comercio hay belenes de todo tipo y condición: desde matrioskas de inspiración naïf hasta los más clásicos, cuyas figuritas se separan por estantes según estilo y centímetros de tamaño. Los hay cerámicos, simbólicos, vanguardistas… Hay figuras del niño Jesús desde 7 euros hasta otras (tallas napolitanas de madera con policromía al temple) que superan los mil.

Algunos nacimientos se venden también como recuerdo de la ciudad.
Algunos nacimientos se venden también como recuerdo de la ciudad.
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Al final de la calle Don Jaime, ya casi llegando a la plaza de la Seo, se ha ubicado este 2022 la tienda efímera de La Estrella de Belén, un comercio que muchos recordarán en Méndez Núñez y que en las últimas navidades ha ido variando de local. “Tenemos mucha clientela fija, pero algo desubicada porque nos mudamos a Sevilla y ahora regresamos por Navidad de la mano de la obra social”, explica Teresa Esteban detrás del mostrador. En la tienda, el clásico local de regalos Juancho, admiten que este puente de la Constitución y la Inmaculada “es un poco raro y habrá que esperar para hacer balance a final de campaña”. “Mucha gente monta el Belén pasado el puente e, incluso, conozco casos de gente que lo monta el día de Nochevieja porque es cuando acude la familia a cenar y tienen que tener la casa en perfecto estado de revista”, comenta Esteban. 

En La Estrella de Belén son especialistas en ríos, portales y demás ‘infraestructura’. Por muchos de sus elementos decorativos asoman cables “porque hay muchos portales que van con pequeñas bombas de agua y que se enganchan a la red eléctrica”, explican. Otro de sus fuertes son las figuras infantiles, “los cabezones de toda la vida”, que están inspirados en las dulces ilustraciones del maestro Juan Ferrándiz. “Son de plástico para que no los rompan los niños, pero tenemos también la figura de barro murciana más detallista y realista. Entre medio, están las piezas de marmolina, que son algo más económicas”.

En Belloso disponen desde nacimientos clásicos a otros de factura moderna.
En Belloso disponen desde nacimientos clásicos a otros de factura moderna.
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Pero, ¿hay alguna figura predilecta por quienes gustas de presumir de sus nacimientos? “Eso depende mucho del cliente. A lo mejor uno ha hecho un pozo y quiere un pastor que vaya con un cántaro. No hay una figura predilecta, si bien es verdad que lo que más se suele perder es el Niño. Los Reyes, aunque les falte uno, tienen que morir al palo y comprar los tres, nunca se separan”, dice Esteban, al tiempo que recuerda que todo lo recaudado en esta tienda va destinado a la adquisición de juguetes nuevos para que los niños del Refugio se lleven una alegría la mañana del 6 de enero.

En la plaza del Pilar se abrió el pasado viernes la feria de artesanía (y el tobogán trineo y la pista de hielo, etc.), y entre sus casetas hay alguna que otra con miniaturas y caprichos, tales como pequeños trineos o bolas de nieve de tradición centroeuropea.

El puesto de Slevtana, en la feria navideña de la plaza del Pilar.
El puesto de Slevtana, en la feria navideña de la plaza del Pilar.
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“Se están vendiendo muchos adornos, parece que este año la gente se toma la Navidad con más ganas. Aunque sean cosas pequeñas (animalitos, pastorcitos, romanos…) o detalles para un amigo invisible, pero la feria ha comenzado genial y sí noto más movimiento”, dice Svetlana, tras un colorido puesto que de inmediato llama la atención de los niños. Matrioskas de brillantes colores, huevos de Fabergé, iconos ortodoxos, cajas de música... “Parece que ha vuelto la ilusión. Llevábamos dos años un poco castigados y el ambiente ahora vuelve a ser fantástico”, dice esta ucraniana afincada en Zaragoza, que combina piezas de colección que trae por encargo con mercancía “más accesible”. “Yo creo que la figura que más vendo es la del niño Jesús, que en todas las casas desaparece de vez en cuando. Imagino que los niños lo cogen y luego no se acuerdan de dónde lo han dejado”, dice Svetlana.

Los tradicionales cabezones de La Estrella de Belén.
Los tradicionales cabezones de La Estrella de Belén.
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En la plaza, ayer animadísima y llena de chavales desde primera hora de la mañana, predominan las casetas de dulces, gorros, incienso, velas… No es sencillo encontrar puestos propiamente navideños, salvo uno de buen tamaño consagrado íntegramente a las figuritas del Belén. Portales que caben en una cáscara de nuez, ángeles anunciadores o toda retahíla de animales inimaginables forman parte de la oferta del puesto que regenta Antonio Carillo. “Se nota más movimiento los primeros días, pero luego trabajamos bien porque hay gente que una vez montado se da cuenta de que faltan figuras o que pueden ampliar algún escenario”, dice el comerciante, que reconoce que la configuración del Belén “ha avanzado mucho”. 

Entre los ‘complementos’ que despacha -son todo figuras de artesanos procedentes de Granada- hay desde pequeñas parcelas de huerto con lustrosas calabazas y zanahorias hasta el ‘caganer’ que tanto gusta en Cataluña y que en Aragón no acaba de cuajar salvo en la forma de algún pastor despistado al fondo de la escena. “Se nota más movimiento los primeros días, pero en las próximas semanas también trabajaremos bien porque hay gente que una vez ha montado lo esencial se viene arriba y compra figuras para ampliar la escenografía”, dice Carrillo, otro ‘veterano’ de la feria navideña, en la que viene instalándose desde 2017.

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