Todas las sombras que hay en Zaragoza son pocas para poder afrontar la segunda recién inaugurada ola de calor, que empieza esta semana y se prevé que se extienda hasta la siguiente. Los espacios que protegen de nuestro enemigo, el sol, son los grandes protagonistas de estos días.

Los aragoneses se recuestan en los pocos bancos libres que quedan con protección y siempre con el complemento estrella en una mano: La botella de agua. Pero el resguardo no es una opción para aquellos trabajadores que no pueden evitar el sol en sus jornadas laborales. Ellos son los grandes afectados de una ola de calor que podría durar más que la anterior.

Preparados para partir hacia el siguiente pedido, están esperando los repartidores de varias empresas, es uno de los costados de Plaza España, donde les protege una sombra. Entre ellos, se encuentra José López. Llegó hace dos meses desde Perú y aunque explica que está acostumbrado a estas temperaturas, pero admite que trabajar con la bicicleta se hace difícil. “Al final, haces distancias de 5 o 6 kilómetros y terminas llegando al destino empapado.” De su mochila, asoma tímidamente una botella de agua que utiliza constantemente para hidratarse con el fin no tener ninguna complicación. Durante esta época del año, cuenta, no hay tanto trabajo como en invierno, así que dentro de lo que cabe pueden descansar más tiempo, eso sí, siempre evitando el sol directo. 

Celemente Millán, barrendero, dice estar “acostumbrado” a estas temperaturas porque lleva muchos años trabajando, a pesar de que las olas de calor cada vez son más frecuentes. Aun así, el esfuerzo de empujar el carro se hace complicado en estas jornadas veraniegas, afirma. La empresa les reúne todas las mañanas para darles una charla de prevención de riesgos. “Nos recomiendan utilizar la gorra”, cuenta, mientras con un gesto, señala la que porta sobre su cabeza." Además advierten de que nos hidratemos con mucha agua y sobre todo no bebamos alcohol durante estos días.” La empresa, ante la posibilidad de que el trabajador sufra un golpe de calor, explica Clemente, les recomiendan que si se encuentran mal “se sienten y avisen al capataz”.

Te puede interesar

Una mujer de 35 años, atendida por los socorristas en la piscina municipal de Torrero tras un golpe fortuito

La ola de calor en Zaragoza hora a hora este martes: los peores momentos para salir a la calle

“Trabajar con este calor es impresionante”, así define las jornadas laborales de estos días José Maradiaga, mientras descarga la carretilla junto a sus compañeros. “Nosotros lo notamos mucho sobre todo por el cambio de temperatura, porque tenemos que bajar a los almacenes a cargar y allí se está bien, pero cuando salimos el calor se nota el doble”. El agua es su método de prevención básico, explica el carretillero. Y sobre todo no ingerir grandes comidas durante estos días, porque “al ser un trabajo que requiere esfuerzo, podría ser contraproducente”, añade.

En la puerta del restaurante la Lobera de Martín, esperan a la clientela los camareros, Ángel Brun y Angelo Pasqualino, que, cuentan, se resienten en estos días de calor tan intensos: “Afecta al negocio porque con esta temperatura la gente no se sienta en la terraza. La tenemos más llena en invierno que en verano”, lamentan. Su mayor enemigo, las camisas de manga larga y su momento favorito estos días, la noche, que confiesan, “es cuando mejor se está”. Ambos se ponen de acuerdo en la cantidad de litros de agua que ingieren al día, que terminan siendo alrededor de unos cuatro o cinco. Ante la frecuencia de estas olas, expresan su desgaste: “Al final te desmotivas”.

La jornada laboral de los trabajadores bajo el sol

Lhossein también está bajo el sol, en este caso, retirando la tierra sobrante de la obra en la que trabaja. La clave es el agua, los descansos y la protección en la cabeza, dice Lhossein, que, en su caso, es el casco. A pesar de todo, Lhossein añade que trabajar así es "muy duro".