Cafés, bares y restaurantes cuentan ya las horas para el fin de la mascarilla en interiores, "una liberación" tras meses de restricciones que también animará los gimnasios, donde esperan recuperar entre un 25% y un 30% de los usuarios que no habían vuelto tras la pandemia. La medida se aprobará mañana en Consejo de Ministros y entrará en vigor el miércoles, aunque la mascarilla seguirá siendo obligatoria en el transporte público, las residencias, los hospitales y los centros de salud.

Los empresarios están a la espera de conocer la letra pequeña a través del Boletín Oficial del Estado (BOE), ya que, según anunció la ministra de Sanidad, Carolina Darias, será cada negocio el que decida si sigue exigiéndola o no en virtud de su derecho de admisión. Sí seguirá siendo necesaria, por ejemplo, en las farmacias, donde concurre "población vulnerable".

El presidente de la Confederación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Aragón, Fernando Martín, esperaba incluso que la medida se hubiera aprobado antes de la Semana Santa. "Va a ser una liberación grandísima, aunque no creemos que vaya a tener una excesiva repercusión en términos económicos", resumió. Y aunque "quien quiera la podrá mantener", cree que para las plantillas va a suponer un cambio "radical". "Los trabajadores están hartos de tener que llevarla para atender a gente que no la lleva puesta", agregó.

El descenso de casos ha hecho que muchos "se hayan relajado en las últimas semanas", según confirman los hosteleros y ha podido verse esta Semana Santa en las principales zonas turísticas de la Comunidad. No obstante, expertos y sanitarios siguen viendo prematuro este fin de la mascarilla, e incluso la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) reiteró la pasada semana que la covid-19 sigue siendo "una emergencia de salud pública mundial".

Desde la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia esperan que no haya un rechazo entre los clientes más precavidos, aunque dan por hecho que habrá gente que la seguirá llevando "durante un periodo transitorio".

Así lo cree su gerente, Luis Femia, quien destaca que el protocolo de limpieza de superficies se mantendrá con el mismo rigor. También anima a trabajar en la calidad del aire de los establecimientos, otro de los aspectos que, junto a la distancia de seguridad entre mesas, parece haber venido para quedarse.

Para el ocio nocturno va a suponer "la vuelta a la normalidad", en palabras del presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas de Zaragoza, Alberto Campuzano. Él si teme que la medida pueda provocar "cierto miedo" en un primer momento y haga que la gente se decante por los locales que ofrezcan una mayor sensación de seguridad. El sector celebra el fin de la restricción, aunque insiste en la necesidad de permitir que la gente pueda volver a fumar en los veladores.

"No resultaba natural"

Los gimnasios, por su parte, llevaban meses esperando el fin de la mascarilla en interiores, ya que hay clientes que, directamente, no soportaban hacer deporte con una puesta. "Lo vamos a notar muy positivamente", aseguró Javier Regaño, gerente del Áccura Zaragoza. En su opinión, este elemento de protección no resultaba "natural" ni compatible con la actividad física. "Creemos que muchos volverán. De las pocas cosas buenas que ha tenido la pandemia es que ha aumentado la sensación de que hay que estar sanos para afrontar mejor cualquier enfermedad que pueda venir", razonó. Por el momento, en todo caso, mantendrán los metacrilatos entre las máquinas de cardio y los llamados puntos de desinfección. 

Ver una película o una obra de teatro también será más cómodo a partir del miércoles. Los cines permitían ya quitarse la mascarilla para comer palomitas o beber un refresco, y ahora lo harán con carácter general, sin que las principales cadenas de la Comunidad tengan previsto aplicar ninguna limitación adicional.