TRÁFICO AÉREO

¿Pueden afectar las señales del 5G a la seguridad de los vuelos?

Tras los problemas detectados en aeropuertos de Estados Unidos, la Agencia de Seguridad Aérea española explica que es improbable que se den interferencias entre los radioaltímetros de los aviones y las antenas de telefonía.

Un avión de Southwest Airlines, a punto de aterrizar en el aeropuerto de La Guardia (Nueva York), con antenas de telefonía en los edificios cercanos.
Un avión de Southwest Airlines, a punto de aterrizar en el aeropuerto de La Guardia (Nueva York), con antenas de telefonía en los edificios cercanos.
EFE

Aunque se trate de tecnología punta y se haya preparado su desembarco durante meses, eso no es óbice para que en su estreno aparecieran problemas de última hora. Todo estaba listo en Estados Unidos para lanzar las señales de transmisión en 5G cuando las compañías aéreas advirtieron de los “efectos catastróficos” que podrían tener las nuevas bandas de frecuencia en los aeropuertos. ¿Es posible que se creen estas interferencias? ¿Es un problema exclusivo de Estados Unidos o puede pasar algo semejante al otro lado del Atlántico? La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa) tranquiliza al sector y argumenta que no son pocas las diferencias de las redes comerciales del 5G y las frecuencias aeronáuticas entre el gigante americano y España.

La controversia es muy reciente pues fue apenas hace dos semanas cuando compañías y fabricantes como Airbus o American Boeing denunciaron que las señales del 5G podían interferir en los radioaltímetros de los aviones (los instrumentos que miden la distancia entre la aeronave y el suelo) así como en otros sistemas de datos que ayudan a los aviones a aterrizar. Por ello, pidieron que se bloqueara la transmisión de señales en un radio de 3 kilómetros alrededor de las pistas de aterrizaje para evitar cualquier efecto indeseado.

En Europa, sin embargo, por regla general los aeropuertos no son tan ‘urbanos’ y suelen quedar más alejados de las ciudades, lo que ya permite desactivar parte de esta amenaza. Además, ya se toman precauciones -incluso de más distancias- sobre estos espacios de exclusión y las antenas del 5G está mucho más lejos de los aeropuertos. La clave, no obstante, es que los espectros de frecuencia del 5G son diferentes a ambos lados del charco y en Europa no interfieren con los sistemas de vuelo.

“Cada país organiza el ancho de banda y el reparto de radiofrecuencias a su manera. Por eso, en ocasiones se producen cambios en las frecuencias de la radio o se reordenan los canales de la televisión digital. El 5G en Europa no se pega tanto a la banda de frecuencia de los altímetros de los vuelos como sucede en Estados Unidos, explica el ingeniero José María Saldaña. El investigador de la Fundación Circe pone como ejemplo el hecho de que si el mando a distancia del garaje y el wifi de casa estuvieran en la misma frecuencia se crearían interferencias alrededor y no funcionarían correctamente. Es lo que corre el riesgo de suceder en Estados Unidos porque la banda que se le ha asignado al 5G está muy cerca de la banda de los radares de los aviones.

El tiempo que transcurre desde que envías un paquete de archivos hasta el momento en que llega a su destinatario. Ese tiempo es conocido como tiempo de latencia de extremo a extremo o sencillamente latencia.

Saldaña, como muchos de sus compañeros, no entiende por que se está demonizando tanto al 5G cuando “no es tan diferente al 4G, no supone un cambio esencial, simplemente es más ancho de banda y más velocidad, pero la tecnología es la misma”, comenta, al tiempo que siguen surgiendo foros de conspiranoicos que relacionan las antenas del 5G con la covid o con muchos otros males para la salud. El ingeniero de telecomunicaciones Félix Gutiérrez explica que “las ondas de las antenas del 5G no son ionizantes, al menos, en la forma y las dosis en las que se emplean, que es muy baja y totalmente inocua”. “Lo que ocurre es que son protagonistas de muchos bulos virales y más en esta época, en la que incluso se ha llegado a decir que las vacunas llevaban partículas de grafeno”, añade Gutiérrez.

Ya en diciembre de 2020 la Aesa, dependiente del Ministerio de Transportes, emitió una circular informativa en la que explicaba que las supuestas interferencias estaban siendo estudiadas por la industria y las autoridades europeas. “El objetivo es informar y sensibilizar a los actores del sector aeronáutico de una posible causa de mal funcionamiento de los radioaltímetros (…) con el fin de poder realizar una detección temprana”. Más de un año después no se tiene constancia de ningún suceso o incidente relacionado con la interferencia de estaciones de telefonía 5G, pero permanecen ‘ojo avizor’ por un principio de precaución. De forma continua, constante y rutinaria se monotoriza la convivencia de las redes de telecomunicaciones con las frecuencias aeronáuticas que garanticen los instrumentos básicos de navegación aérea.

La banda de frecuencia del 5G en España es
de 3,4 a 3,8 gigahercios, y no interfiere en la de altímetros de aviación que va de 4,2 a 4,4 Ghz

Explican desde este organismo, que analiza también la regulación de los drones o el impacto de las aves en los vuelos, que existe una diferencia de espectro de frecuencia del 5G entre Europa y Estados Unidos por lo que “no hay necesidad de toma de acción de mitigación inmediata” ni tampoco riesgo de “solapamiento con los espectros”. La banda de frecuencia del 5G en España en las ciudades con más población es de 3,4 a 3,8 gigahercios, mientras que en los altímetros de los radares de aviación va de los 4,2 a los 4,4 Ghz. Eso implica que hay una importante distancia y margen de maniobra entre ambos espectros, lo suficientemente amplia para que no haya interferencias. En Estados Unidos, sin embargo, esta diferencia se reduce a la mitad.

A nivel local, hay que apuntar que el 5G ya está operativo en Zaragoza, pero aún no con toda la resolución que debería. Fue en junio de 2019 cuando, de la mano de Vodafone, se inició el desembarco y a día de hoy operadores como Telefónica ya dan acceso a más de 75% de la población de la provincia. En paralelo, el aeropuerto de Zaragoza sigue remontando en cifras y recuperando algunos datos previos a la pandemia y, sin ir más lejos, parece consolidarse como uno de los de carga más importantes del panorama nacional (en 2021 batió el récord de 200.000 toneladas). En Garrapinillos, como en el resto de aeródromos españoles, no se ha registrado hasta la fecha problema alguno, si bien los responsables de Aena siguen con atención el debate abierto en Estados Unidos. 

Allí, el departamento de Transportes ha propuesto incluso crear 50 nuevos aeropuertos en zonas donde se pueda mitigar la señal del 5G, mientras que la compañías estudian los tipos de avión menos susceptibles a las interferencias. Han listado media docena de modelos, que suponen un 45% de la flota, lo que no dejaría de implicar que se quedaran varados millones de toneladas de carga -las compañías logísticas FedEx y UPS también están en la batalla- y cientos de miles de pasajeros cada día.

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