Cancelaciones de última hora y grupos reducidos, la nueva normalidad de la casa rural La Portada del Medievo

Virginia Pérez y Toño Martínez emprendieron este proyecto en Javierregay, en el Valle de Hecho, hace 14 años.

Virginia Pérez, en la puerta de su casa rural La Portada del Medievo.
Virginia Pérez, en la puerta de su casa rural La Portada del Medievo.
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Hace 14 años que Virginia Pérez y Toño Martínez decidieron abrir una casa rural en Javierregay, el pueblo natal de él. A las puertas del valle de Hecho, en este pequeño núcleo de población dependiente de Puente la Reina, se levanta desde 2008 La Portada del Medievo. Es un gran edificio que se puede alquilar completo o por apartamentos. Son cinco en total, de diferentes capacidades y con todas las comodidades, como internet, televisión, baño o cocina propia.

En los inicios, también habilitaron una zona como bar pero después de siete años en funcionamiento, lo cerraron por falta de clientela. Ahora ese espacio es una amplia sala común en su casa rural, algo muy demandado para los grupos grandes que solían frecuentarla. Solían, en pasado, porque a raíz de la pandemia el tipo de cliente que se hospeda en La Portada del Medievo ha cambiado. "Antes venían muchos grupos de hasta 30 personas, ahora son familias reducidas", explica Virginia.

Por suerte, su casa se divide en pequeños apartamentos totalmente independientes, lo que hace posible adaptarse a estas nuevas preferencias motivadas por la covid. Aun así, desde marzo de 2020, el negocio no atraviesa una buena época. “Hemos vivido momentos de preocupación y hemos estado meses con la casa cerrada y sin reservas”, lamenta Virginia. No obstante, al no tratarse esta de su principal fuente de ingresos, se consideran unos privilegiados. “Somos conscientes de que hay gente que lo ha pasado mucho peor pero reconozco que al principio, cuando yo no tenía otro trabajo, nos preocupamos”, recuerda.

Ahora, tanto su marido Toño como ella tienen trabajo, por lo que los ingresos de la casa rural son un extra que se nota cuando no llega. Además, siempre hay unos gastos fijos que hay que ir pagando, como luz, agua, impuestos… “En algunos momentos hemos tenido que tirar de ahorros, y eso que no somos derrochadores y nos conformamos con poco”, asegura.

Tienen tres hijos, la mayor ya en la universidad. Los otros dos todavía viven en el pueblo y les ayudan cuando hace falta con tareas en la casa rural. “En los buenos tiempos teníamos que contratar a alguien de refuerzo pero de aquello hace mucho ya”, recuerda Virginia con nostalgia.

Desde 2018 su negocio se ha visto resentido en parte debido a la despoblación, un problema que persiste en el medio rural aragonés. “Se habla mucho de traer a gente nueva a los pueblos pero no hay que olvidarse de cuidar a los que ya estamos aquí”, dice. Ahora, teme que sus hijos tengan que salir de Javierregay a estudiar o trabajar y ya no vuelvan, como está sucediendo con otras familias de la zona.

Reservas online y cancelación flexible

Con el tiempo, la casa rural de Virginia y Toño también se ha ido adaptando a las nuevas tendencias. Las reservas se pueden tramitar online en su página web y, a raíz de la pandemia, su política de cancelaciones ha ido variando. “Si se cancela durante las 48 horas posteriores a la reserva, se devuelve el importe íntegro pero si es una fecha próxima a la estancia, el dinero se guarda para otra fecha”, explica Virginia, sobre unas situaciones que se han dado más de lo habitual por los contagios y confinamientos del coronavirus.

La casa dispone de un total de 40 plazas para quienes la alquilan completa y, por apartamentos, los hay desde dos hasta 12 plazas. Cada uno tiene un nombre y una decoración diferente, pero todos están inspirados en la Edad Media y, algo que gusta mucho, todos tienen chimenea. La variedad de distribución y camas hace que el público también sea variado. Aunque predominan las familias con niños, también frecuentan la casa muchas parejas jóvenes con afición por la montaña. “Tenemos apartamentos de dos camas o una cama de matrimonio que salen muy bien de precio”, explica Virginia. Son los más baratos y cuestan 50 euros por noche. El más grande tiene capacidad para 12 personas y cuesta 108 euros.

Junto a este servicio de alojamiento, Virginia y Toño dan un extra a quienes pasan por La Portada del Medievo. “Tenemos animales y un huerto y gusta mucho, sobre todo a los niños”, asegura. De cara al futuro, se están formando y tramitando permisos para poder ofrecer otras actividades, como rutas de interpretación por la zona.

Una zona, la del Valle de Hecho que, para bien y para mal, no vive el turismo de nieve. “Aquí no influye que las pistas estén cerradas. De hecho, este año que están abiertas estamos notando en toda la zona que viene menos gente”, comenta Virginia. Los que sí lo hacen llegan desde las provincias de Zaragoza y Teruel pero también de fuera de Aragón. Madrid, Cataluña, País Vasco y Valencia son las comunidades que más se repiten y en verano también se dejan ver andaluces, que van en busca del fresco. “Cuando llegan se dan cuenta de que durante el día aquí también hace calor, y se quejan”, comenta como anécdota Virginia.

Con quejas o sin ellas, en los deseos de este matrimonio asentado en Javierregay está que la casa rural que construyeron en los terrenos de la familia con toda su dedicación siga acogiendo a visitantes durante mucho tiempo más. “Cuando la abrimos fue una solución para poder tener ingresos y cuidar de mis hijos. Entonces eran pequeños y yo no podía salir fuera a trabajar”, explica Virginia quien, como muchas otras personas que quieren quedarse en el medio rural a vivir, ha tenido que emprender por su cuenta.

Ahora que sus hijos son mayores y tiene otra empleo, la casa rural no es tan determinante en su economía pero no deja de ser un proyecto cuya inversión inicial todavía no está amortizada y por el que, sin duda, los Martínez Pérez seguirán luchando.

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