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Preparación física y complicidad entre perro y humano, claves del éxito en canicross

Es una disciplina del mushing que consiste en correr por caminos de tierra o por montaña tirado del animal donde lo importante es que los dos sean uno.

Tamara Vázquez y su perra, Kona, en una competición de canicross. Leire Zearreta
Tamara Vázquez y su perra, Kona, en una competición de canicross. Leire Zearreta
Leire Zearreta

En canicross el humano y el perro son dos atletas que corren sincronizados y cómplices para alcanzar la mayor velocidad posible. Se trata de una disciplina dentro del mushing que consiste en correr por caminos de tierra o por montaña tirado por el animal. De hecho, una regla imprescindible en las carreras es que el perro siempre vaya por delante de la persona.

Por eso, aunque lo perfecto sería pensar que cualquier perro puede practicar este deporte, la realidad es otra. No todas las razas están preparadas para ello y, por su propio bien, no es recomendable. Algunas, como el Carlino o el Bulldog, ni siquiera pueden hacer deporte por sus limitaciones respiratorias y sería perjudicial implicarlas en este exigente deporte. En cualquier caso, a aquellos canes que no nacen para tirar se les puede enseñar desde muy pequeños y, a veces, conseguir que puedan practicar canicross.

Esto si se habla a nivel competitivo y para participar en las pruebas oficiales. La cosa cambia si se trata de carreras populares no federadas, donde se ven desde chihuahuas hasta huskies o border collies, muy comunes ahora en este tipo de disciplinas.

En todos los casos hay algo en común: el perro es el protagonista y su bienestar es lo primero. “El objetivo final es convertirte en un único atleta”, resume Tamara Vázquez. Practica canicross desde hace ocho años con su perra Diana, que está a punto de cumplir diez. Es la edad límite permitida para participar en las competiciones por lo que a la vida de Tamara ha llegado recientemente Kona, con la que compite ahora.

“El perro tiene que competir de manera óptima, por eso lo estamos cuidando en casa como si estuviera dentro de una burbuja. Es la parte principal del equipo”, explica. De ahí que el vínculo que se establece entre humano y perro sea tan estrecho y especial. “Lo cuidas todavía más que cuando solo es tu mascota”, asegura. Y es que únicamente conociendo a la perfección al compañero canino de equipo se pueden salvar con éxito los imprevistos que siempre surgen en las carreras. “Tienes que entenderle y saber por qué deja de tirar o por qué se quiere ir detrás de otro perro. Hay que conseguir que el perro solo te vea a ti y no haga caso al resto de estímulos”, añade Tamara.

Por si esto fuera poco, la parte de la complicidad hay que complementarla con la preparación física. Tanto el perro como el humano deben entrenar, cada uno a su manera y con los ejercicios más adecuados. En el caso de los canes, el trabajo debe ser muy específico y focalizado en la siguiente prueba en la que se vaya a participar. “Si van a ser 6 kilómetros, durante las dos semanas previas hay que salir a correr esa distancia, ni más ni menos, para que el perro aprenda a dosificar sus esfuerzos”, explica Tamara.

Por su parte, el humano tiene que alcanzar su máximo nivel físico para hacer que el perro tenga que tirar lo menos posible. “A veces no encuentras el aire que necesitas pero tienes que seguir corriendo porque el perro te arrastra”, asegura Tamara, que se ha caído más de una vez en plena carrera.

Para evitar estos percances es muy importante emplear unos comandos que el perro identifique de forma rápida. Así, heredado del mushing antiguo, para indicarle que gire a la derecha se usa ‘gee’ y a la izquierda es ‘haw’. También hay que saber indicarle cuándo tiene que frenar para no tirar demasiado, por ejemplo en descenso en una montaña, o cómo animarle para que mantenga el ritmo cuando está frenando.

Además de participar en carreras tanto de Aragón como nacionales, europeas y mundiales, Tamara ayuda a otros aficionados al canicross a entrenar. Actualmente tiene un grupo de 12 alumnos bautizado como Canicross la Magia, en honor a Huesca la Magia, uno de sus patrocinadores. Periódicamente comparte con ellos online una serie de ejercicios para mejorar tanto la velocidad como la fuerza del perro. Para ello se ayudan de la bicicleta. “Para la fuerza vamos con la bici frenada y para la velocidad, al revés”, explica Tamara, que es una de las pocas personas en España dedicadas al entrenamiento de canicross. “A nivel nacional no existe esta titulación por lo que me saqué un título que existe en Inglaterra”, comenta.

Dos corredores probando el circuito de Uncastillo
Dos corredores probando el circuito de Uncastillo
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Pruebas oficiales y carreras populares

Actualmente, en Aragón hay dos clubes federados. El que más licencias aglutina es Mushing Mocayo, seguido de Oscanicross, de la capital oscense. El canicross depende de la Federación Aragonesa de Deportes de Invierno (FADI) ya que su origen está en las carreras de trineos de nieve tirados por perros. Desde aquello ha ido evolucionando y han surgido otras modalidades, como las carreras en las que se tira de un patín, de una bici o de la propia persona corriendo. Para dar a conocer esta disciplina, Héctor Jiménez, responsable de mushing de la FADI va a organizar unas jornadas de puertas abiertas en abril, cuando terminen las competiciones oficiales.

Éstas son cuatro pruebas, que forman la Copa de España y también hay un campeonato. Algunas de las citas se han celebrado en el pasado en Aragón aunque la última tuvo lugar en 2019 en Teruel.

Por otro lado, otros clubes y asociaciones no federados organizan carreras populares por toda la geografía aragonesa. En concreto, Canicross Aragón aglutina a varios organizadores de estos eventos e impulsa el Desafío Aragonés, una liga compuesta de siete pruebas. “Conforme se participa en ellas se van sumando puntos y para puntuar hay que participar en al menos cinco de ellas”, explica Javier Clavero, presidente de Canicross Aragón.

Una de estas citas tendrá lugar este domingo en Uncastillo, que entra por primera vez en el calendario. “El objetivo es que se mezcle el amor al deporte, el amor al perro y el amor a la montaña”, explica Alberto Tainta, organizador de la carrera. “Es tan válido que se apunte una señora de 60 años con su perro de diez años para ir al trote como los atletas que van a hacer podio”, asegura, aunque lo habitual en este tipo de citas es ver a gente joven y deportista. El Buste, Blancas, Monzón, Botorrita, Arguís y Broto son el resto de pruebas del calendario de esta temporada del Desafío Aragonés de canicross.

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