Las procesiones volverán este mes a las calles de Zaragoza tras dos años de secano

Las Negaciones y el Prendimiento preparan sendas salidas extraordinarias el fin de semana del 27 y 28 de noviembre. Las cornetas y los tambores volverán a retumbar como no lo hacían en las calles desde 2019.

Los tambores del Prendimiento se volverán a escuchar el día 28.
Los tambores del Prendimiento se volverán a escuchar el día 28.
Heraldo

Está siendo un otoño atípico con procesiones en media España. Estos días se han visto cientos de files sacar sus imágenes de los templos en Andalucía, Castilla y León y, también, en Madrid. Los cofrades intentan desquitarse tras dos años consecutivos de suspensión de la Semana Santa y, una vez han concluido casi todas las restricciones de la pandemia, vuelven a pisar la calle con sus peanas y sus instrumentos. En Zaragoza, a falta de los permisos que aún se están tramitando, dos hermandades tienen intención de salir a la calle a finales de mes: las Negaciones, que lo hará por el barrio de Miralbueno, y el Prendimiento, que recorrerá el centro, con motivo de San José de Calasanz y las celebraciones de su 75 aniversario.

“La verdad es que hay ganas. Después de dos años de secano, hace ilusión poder retomar nuestras tradiciones y volver a conectar con nuestras raíces”, decía ayer el hermano mayor del Prendimiento, Fernando Balaguer, que explicaba que la procesión se celebrará el día 28, con tambores y con dos imágenes: Nuestra Señora de las Escuelas Pías y la figura de San José de Calasanz. El Prendimiento está a la espera de recibir la autorización definitiva de Servicios Públicos porque la procesión precisa el visto bueno de la Policía Local y porque su recorrido afecta puntualmente al tranvía. En principio, y salvo causas de fuerza mayor, el Ayuntamiento prevé conceder el permiso, dado que la vuelta a la normalidad prepandémica también conlleva -como se ha visto, por ejemplo, con las carreras populares- el regreso de este tipo de celebraciones.

La procesión del Prendimiento partirá desde la iglesia de la Mantería, en el Coso, y discurrirá por las calles del centro (Azoque, Val-Carreres, Ramón y Cajal, Conde de Aranda) hasta concluir en la iglesia de los Escolapios. “Los cofrades irán con su túnica azul marino pero no llevarán la prenda de cabeza porque ésta se reserva para las procesiones penitenciales”, explica Balaguer. La cofradía calasancia continúa así con los actos que lleva desarrollando a lo largo de 2021 (y continuarán en 2022) con motivo de los 75 años de su fundación, documentada el 28 de febrero de 1947. 

“Sigue siendo un año complicado, así que vamos haciendo poco a poco lo que podemos”, explica el hermano mayor, que también anuncia que el próximo día 14 celebrarán un concierto en el Real Seminario de San Carlos con el coro Amici Musicae. La entrada es libre hasta completar aforo, aunque tendrán preferencia los miembros de la hermandad, cuya sede canónica es Santo Tomás de Aquino. Esta procesión en noviembre no es tan insólita en Zaragoza, dado que los hermanos del Prendimiento suelen celebrar el día de San José de Calansanz el domingo más cercano a su onomástica (el día del maestro, el 27 de noviembre). Otros años han salido sin las túnicas, pero este 2021 de aniversario la ocasión merece mejores galas.

La talla de Jesús de la Soledad ante las Negaciones de San Pedro, por las calles de Miralbueno.
La talla de Jesús de la Soledad ante las Negaciones de San Pedro, por las calles de Miralbueno.
Enrique Navarro

“Yo creo que la gente tiene más ganas de escuchar tambores que de oír misa”, bromea Antonio Barcelona, hermano mayor de la cofradía de San Lamberto, también conocida como Las Negaciones (Jesús de la Soledad ante las Negaciones de San Pedro y de San Lamberto). “Aunque apenas llevamos cinco años como cofradía penitencial dentro de la Junta Coordinadora, en realidad, estamos cerca de celebrar nuestro centenario”, cuenta Barcelona.

La cofradía tiene su origen en 1922, cuando los agricultores del barrio de Miralbueno fundaron una hermandad (la de San Lamberto y de Nuestra Señora del Pilar) que con el tiempo cayó en desuso. En 2005 se refundó, se creó la sección de instrumentos y, en paralelo, comenzaron las gestiones para su conversión en cofradía penitencial y poder participar en la Semana Santa zaragozana. “Nosotros saldremos el sábado 27 en una procesión breve, de unos 45 minutos, por las calles del barrio. Lo que celebramos es el centenario de la parroquia, así que prevemos hacer alguna charla y poner diapositivas con imágenes antiguas de la iglesia”, añade el hermano mayor. Por supuesto, sonarán redobles y los fieles podrán apreciar también la nueva túnica para ‘La veneración de Jesús de la Soledad’, que se bendijo el pasado mes de agosto.

Con estas dos procesiones, los zaragozanos podrán reencontrarse con las imágenes y los tambores en las calles, algo que no hacen desde abril de 2019. En febrero de 2020 sí se pudieron celebrar algunas actividades de la Cuaresma cultural, pero fue justo en marzo cuando llegó lo más duro de la pandemia y se decretó un confinamiento que dio al traste con la Semana Santa. De aquel año se recordarán las estampas de los cofrades tocando en sus balcones y la desoladora imagen del alcalde de Híjar alzando la vara de mando con la plaza de España vacía. Este mismo 2021 sí se pudieron venerar las imágenes en el interior de las iglesias, pero los rebrotes y el bajo índice de vacunación en abril desaconsejaban las celebraciones en la calle.

Una imagen de las procesiones de Sevilla el pasado fin de semana.
Una imagen de las procesiones de Sevilla el pasado fin de semana.
EFE

“Estamos a tiempo de que fluya esa necesaria coordinación entre el Arzobispado,  el Ayuntamiento y la Junta Coordinadora de cara a marcar las líneas para desarrollar las actividades de los próximos días de Pasión", explica Ricardo Navarro, presidente de la Asociación para el Estudio de la Semana Santa. A su juicio, "la importancia y trascendencia de esas celebraciones merece ese esfuerzo”, a sabiendas también del gran impacto que generan las celebraciones: unos tres millones de euros, según un estudio de 2019, que recogía únicamente una muestra de la ocupación de camas. "Habría que sumar los gastos de hostelería, las tiendas de regalos y recuerdos, los desplazamientos...", comenta.

Precisamente el pasado fin de semana se celebró en Zaragoza el XV Encuentro Regional de Cofradías Penitenciales de Aragón, en el que todos los presentes confiaron en que en 2022 los más de 15.000 cofrades zaragozanos puedan celebrar ya sin restricciones las actividades habituales de Semana Santa. En el encuentro se trató cómo la covid ha afectado a las hermandades, que estos días ultiman su calendario de ensayos -en breve comenzarán a verse cuadrillas a orillas del Ebro- de cara a la próxima cuaresma. Pedro Cía, hermano mayor de la Piedad, organizadora del encuentro, hizo un llamamiento a la recuperar la normalidad y dijo que los fieles aguardan “la próxima Semana Santa con esperanza y con la ilusión de salir con las procesiones a las calles".

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