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Las recuperaciones en junio se afrontan desde la autonomía de los centros y la preocupación de los padres

Los alumnos de Secundaria y Bachiller que hayan aprobado la última evaluación convivirán con los que se tengan que enfrentar a las pruebas extraordinarias, adelantadas a junio. El próximo día 22 es la fecha de fin de curso. 

Imagen de archivo de una clase de Secundaria
Imagen de archivo de una clase de Secundaria, en una imagen de archivo.
A. Alcorta

Este curso escolar los alumnos de Secundaria (ESO y Bachillerato) de Aragón vivirán dos realidades paralelas a final de curso: durante dos semanas los estudiantes que hayan aprobado la ultima evaluación compartirán aula con aquellos que se tengan que enfrentar a las pruebas extraordinarias. Así será hasta el 22 de junio tras adelantarse a este mes las recuperaciones que tenían lugar en septiembre. Los centros son los encargados de organizar las clases garantizando que todos los alumnos mantengan su actividad lectiva. La decisión de trasladarlas a junio no es compartida por toda la comunidad educativa.

El Gobierno de Aragón envió hace ya dos semanas a los centros escolares las instrucciones relativas a fin de curso (accesibles en la web Educaragón). Según destacan fuentes del Departamento de Educación, los centros tienen "total autonomía" para organizarse en el tema de la recuperación. "En cualquier caso, tal y como se ha establecido en las instrucciones remitidas, los centros compaginarán las actividades de recuperación con las actividades lectivas para el resto del alumnado hasta las fechas de finalización de curso establecidas para cada enseñanza, así como las medidas sanitarias", informan.

Desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumn@s de Aragón (Fapar) consideran que adelantar en Secundaria la prueba extraordinaria a junio requiere un "esfuerzo añadido" para los centros al tener que buscar "medidas alternativas de organización" para motivar a los chavales que tienen todo aprobado. "No debería de haber problemas, pero creemos que puede que haya algunos chicos que ya no vayan a clase. La obligación y responsabilidad de los padres, alumnos y el sistema educativo es que se cumpla el calendario escolar", indica.

La dirección de Fapar muestra su "preocupación" porque se aplique dicho calendario así como las instrucciones de la Secretaria General Técnica de Educación. "Con absoluta claridad dicen que la asistencia a clase es obligatoria hasta el 22 de junio y que son los equipos directivos quienes tienen que establecer medidas organizativas para atender a todo el alumnado. Mucha gente se relaja y no se cumple el calendario escolar", recuerdan.

Además, la posición de Fapar es que en un sistema educativo que habla de evaluación continua "no debe" de  haber pruebas extraordinarias. "En cualquier caso si tienen que fijarse debe hacerse cuando garanticen lo más posible la evaluación continua. Esta se garantiza lo más próximo al curso escolar, no dejando que pase todo un verano haciendo repercutir en las familias la preparación de esas pruebas de forma exclusiva y rompiendo lo que es el concepto de evaluación continua e integradora que marca la ley", añaden.

Por su parte, la Federación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (Fecaparagon) estima que sería "más beneficioso" para el alumnado de ESO y Bachillerato realizar la evaluación extraordinaria en septiembre. "Hacer esa prueba ahora con todos alumnos en clase va a suponer casi más perjuicios que beneficios. Primero, ¿qué haces con esos alumnos que ya tienen todo aprobado? Y, segundo, a la vez debes atender a aquellos que tienen materias pendientes de recuperar. No sabemos cuáles van a ser las pautas que van a llevar a cabo o cómo se están organizando para atender esas dos realidades en estos días", advierte Conchita Ibáñez, presidenta de esta Federación.

Asimismo, Ibáñez indica que hacer las pruebas extraordinarias con una semana o 10 días de diferencia para la mayoría de los alumnos va a ser "muy difícil" conseguir aprobar las asignaturas pendientes. "El tener el margen de los dos meses de verano a muchos alumnos les ayuda a reforzar esos contenidos y materias que les han sido más difícil el poder alcanzar a lo largo del curso. Valoramos que se tenga en cuenta para el proximo curso que los exámenes sean en septiembre", asegura.

Otro tipo de actividades

En el Instituto Clara Campoamor de Zaragoza -con 900 alumnos- su directora, María Pilar García, no cree que vaya a haber problemas con los alumnos aprobados y los que tienen que enfrentarse a la evaluación extraordinaria porque han organizado otro tipo de actividades en "la hora de clase" y "cada uno con su grupo". "Lo que se complica este año es que hay muchas actividades extraordinarias que no se van a poder hacer por la situación sanitaria. Lo hemos dejado en manos de los distintos departamentos. Por ejemplo, vamos a aprovechar alguna al aire libre relacionada con el entorno", informa.

A María Pilar García no le parece mal que las pruebas extraordinarias sean en junio, aunque considera que les habría "falicilitado" algo las cosas a los centros educativos si se hubieran podido hacer una vez terminado el calendario lectivo. "Nos habría dado un poco más de margen; pero supongo que este año está siendo todo un poco raro y precipitado", afirma la directora, que asegura que los alumnos de últimos cursos de la ESO y primero de Bachillerato suelen dejar de ir a los centros educativos la última semana de junio. "Buena parte del alumnado mayor en cuanto han terminado las pruebas dejan de venir. Por supuesto que nosotros les insistimos que la asistencia es obligatoria hasta el último día de curso, pero la realidad es la que es", destaca.

Mientras, el director académico de Infantil, Primaria y Secundaria de las Escuelas Pías de Zaragoza, Martín Frégola, cree que la asistencia a clase va a ser similar a otros años. "Los chicos están con sus compañeros de clase y los que deben hacer exámenes extraordinarios también quieren seguir viniendo. Estamos organizando esos tiempos escolares: a unos para ayudarles a la preparación de esas pruebas y a otros, para seguir atendiéndoles como marca el calendario escolar. Como ocurre al final de curso, dotándoles de algún contenido formativo y educativo. Tenemos un pequeño programa de actividades en los que incluimos alguna salida dentro de las posibilidades de lo que es el plan de contingencia", detalla.

Frégola también resalta el plan tutorial "fuerte" con el que cuentan. "No va a haber ningún problema; lo vemos con mucha normalidad y naturalidad", indica.

Perjuicio para las academias

Por otro lado, el que los exámenes extraordinarios se hayan adelantado a junio también tiene su repercusión negativa en las academias y centros de enseñanza de la Comunidad, que los meses estivales siempre han tenido mucho trabajo con alumnos 'cateados'. Por ejemplo, el grupo Enseñalia en Zaragoza no contará este 2021 con la Escuela de Verano, uno de sus departamentos "fuertes", tal y como avanza Isabel Benito, directora de Operaciones. "Para nosotros es un perjuicio económico importante", dice.

Dicho departamento estaba dividido en cursos y asignaturas y contaba además con un aula de estudio, supervisada por profesorados. "Es posible que este verano quede el aula para reforzar. No sabemos la demanda que tendremos; hay que esperar a los resultados. Hay padres que quieren un refuerzo para sus hijos porque no desean que pasen de curso con problemas de base", afirma Benito, que explica que las materias con más suspensos suelen ser matemáticas, física y química, inglés y lengua (en el apartado de sintaxis y gramática).

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