Becton Dickinson ampliará la inversión en Zaragoza a 500 millones y la plantilla llegará a mil empleos
Prevé triplicar en un plazo de diez años la partida inicial para su nueva fábrica de jeringuillas
La multinacional norteamericana de material sanitario Becton Dickinson prevé triplicar la inversión para su nueva planta de fabricación de jeringuillas de última generación en Zaragoza, ya que de los 165 millones de euros anunciados hace solo dos meses se pasará a 500 en un plazo de diez años. La generación de empleo también será muy superior a la que inicialmente se comunicó y de los 600 empleos se llegará a un millar en el mismo horizonte temporal.
Fuentes conocedoras del proyecto indicaron a este diario que la plantilla de la fábrica que se levantará en suelos municipales del polígono industrial Empresarium, en la carretera de Castellón, tendrá un importante componente técnico, hasta el punto de que más de un tercio de los puestos de trabajo serán cualificados. Lo que no ha cambiado son sus acelerados planes de implantación, que obligan a la compañía sanitaria a comenzar después del verano las obras de construcción si pretende cumplir su objetivo de tener listas las instalaciones a finales de 2023 para poner en marcha la cadena de producción.
El Ayuntamiento de Zaragoza está decidido a facilitar su implantación, para lo que ha designado un grupo de trabajo de coordinación para resolver cualquier cuestión que pueda surgir en la tramitación del proyecto y garantizar así el cumplimiento de los plazos. Bajo el liderazgo de la cúpula de Urbanismo, este ‘project manager’ está constituido por un arquitecto, un ingeniero industrial, un aparejador, un letrado y un administrativo.
El lanzamiento se podrá hacer efectivo en el momento en que la empresa y el ayuntamiento firmen el contrato de compraventa de las ocho parcelas de Empresarium enajenadas por 3,1 millones de euros. Los terrenos ocupan una superficie de 102.421 metros cuadrados y reúnen una edificabilidad de 87.058 metros cuadrado que la empresa no agotará.
Movimiento de tierras
La previsión es que su desarrollo se detalle en un plazo máximo de seis meses con el preceptivo proyecto que Becton Dickinson presentará a Urbanismo para tramitar las licencias de obras y de actividad. Mientras tanto, las máquinas podrán entrar en Empresarium para acondicionar los suelos con el correspondiente movimiento de tierras, ya que existe un desnivel entre parcelas de seis metros. Para ello deberá obtener una licencia provisional para dejar los suelos a cota cero. La empresa pretende jugar también con el desnivel en el diseño del complejo para minimizar los costes de la planta.
Los plazos van apurados y difícilmente se podrá cumplir la previsión de iniciar la construcción entre septiembre y octubre, aunque sí se podría llegar al hito final porque la construcción requerirá entre 12 y 18 meses. Además, las instalaciones iniciales ocuparán únicamente 8.000 metros cuadrados y contará con una plantilla de 150 personas para poner en marcha la producción y luego crecer con un cronograma prefijado hasta alcanzar los 30.000 metros de superficie, equiparable a tres campos de fútbol.
La planta de Zaragoza es la principal apuesta de la multinacional estadounidense, que a finales del año pasado informó de una inversión de 1.200 millones de dólares en un plazo de cuatro años para expandir su capacidad, las innovaciones de nuevos productos y las mejoras de la tecnología de fabricación «para maximizar el suministro y reducir los riesgos a las compañías farmacéuticas que dependen de jeringuillas listas para llenar para sus medicamentos inyectables».
Su principal apuesta era la entonces anunciada nueva planta en Europa, cuyo emplazamiento se concretó después en Zaragoza tras superar un exhaustivo examen de los términos de la operación (una ‘due diligence’) que encargó a la consultora CBRE y que se alargó hasta el pasado mes de marzo.
