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Vigilar a los teletrabajadores, el nuevo encargo de los detectives privados aragoneses

Más de un 60% de los casos relacionados con la comprobación del rendimiento laboral de los trabajadores, que entran a la agencia Detectives Inveszar, tienen que ver con teletrabajadores.

Foto de archivo del detective privado Vicente Delgado, director de Detectives Inveszar, en una calle de Zaragoza.
Foto de archivo del detective privado Vicente Delgado, director de Detectives Inveszar, en una calle de Zaragoza.
Aranzazu Navarro

La covid-19 impulsó el teletrabajo y, aunque muchos han vuelto a sus puestos habituales, todavía cerca de 39.000 empleados de Aragón trabajan desde sus casas. Y esta modalidad de trabajo ha derivado en un nuevo encargo para los detectives privados aragoneses.

“Ahora, en el caso de seguimientos de la actividad real diaria y comprobación del rendimiento laboral del trabajador, más de un 60% de los casos que nos entran tienen que ver con teletrabajadores”, asegura Vicente Delgado, detective privado zaragozano, director de Detectives Inveszar y vicepresidente de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (Apdpe). “Antes de la pandemia, los casos realizados en torno a teletrabajadores eran insignificantes. Es ahora, cuando muchos empleados realizan su actividad laboral desde sus domicilios, cuando las empresas están notando bajadas del rendimiento. Incluso, llegan a tener constancia de esta actitud por clientes que indican la poca disponibilidad de estos o la tardanza en ejecutar proyectos”.

Sin embargo, es señalable que la contratación de detectives privados para controlar a los trabajadores siempre ha sido habitual. “En nuestra actividad diaria, es normal que se demanden nuestros servicios para comprobar situaciones de algunos empleados que, por la razón que sea, se tienen sospechas de una mala praxis o de una transgresión de la buena fe contractual”, indica el mismo. “Como en el caso de empleados que se encuentran en situación de baja laboral y de los que la empresa tiene noticias de que puedan estar trabajando en algún otro lado; trabajadores que no cumplen con sus jornadas laborales o simplemente que su rendimiento es manifiestamente inferior al habitual. En este tipo de casos, la empresa tiene la potestad de hacer un control sobre ese trabajador por medio de la contratación de nuestros servicios y comprobar la realidad de las sospechas que se tienen”.

“Estas sospechas, en el caso del teletrabajo, suelen venir de informaciones aportadas por los propios clientes, que se sienten mal atendidos; o por compañeros, que indican que la carga de trabajo que tienen que soportar es mayor, debido a que el trabajador sospechoso ha bajado su rendimiento; o, incluso, por terceras personas que han podido ver al empleado en algún lugar en horarios en los que debería estar teletrabajando”, detalla el vicepresidente de la Apdpe.

Y la realidad es que las sospechas suelen resultar ciertas. “En la mayoría de casos, observamos incumplimientos puntuales relacionados con la atención a la familia, quedadas con amigos, realizando compras o yendo al gimnasio durante la jornada laboral”, enumera el detective privado zaragozano. “En cambio, en otras ocasiones lo que nos hemos encontrado ha sido a teletrabajadores realizando, por ejemplo, servicios tecnológicos para terceros; repartos domiciliarios de paquetería durante la jornada, e incluso, directamente, trabajando para una empresa de la competencia utilizando medios de la empresa en la que está contratado”.

Y estos encargos a detectives privados no entienden de tamaño de la empresa ni del sector. “Han recurrido a nosotros desde una pequeña empresa de servicios técnicos informáticos hasta corporaciones más grandes del sector automovilístico o asegurador”, menciona algunos ejemplos Delgado.

Comprobar cuarentenas o vigilar aforos, entre los nuevos encargos

Pero vigilar a los teletrabajadores, aunque ha sido uno de los encargos estrella durante este último año, no ha sido el único. “Hemos tenido casos en los que una empresa ha necesitado comprobar si un trabajador, que ha informado de que su hijo era positivo y él debía guardar cuarentena por contacto estrecho, estaba realmente guardándola o qué hacía durante esos periodos de tiempo”, ejemplifica el vicepresidente de Apdpe. “Recuerdo que en este tema concreto, el trabajador no solo no guardaba la cuarentena, sino que se dedicaba a atender un negocio familiar de venta al público”.

“También nos hemos encontrado con casos en los que uno de los progenitores (separado o divorciado del otro) solicita que verifiquemos si su hijo está o no guardando cuarentena y, por ese motivo, no pueden cumplirse los regímenes de visitas acordados judicialmente”, continúa Delgado. “En este sentido, recuerdo un caso en Navidad en el que el padre no entregó a su hijo a la madre alegando cuarentena por contacto del niño con un positivo y, posteriormente, pudimos observar, mientras realizábamos nuestro trabajo, cómo se iban padre e hijo a pasar las Navidades a otra localidad donde residían los abuelos paternos. Comprobando, además, que salían a pasear, a jugar al parque, a estar con amigos… sin guardar ningún tipo de precaución”.

Asimismo, a pesar de que Delgado no ha recibido ninguna petición de comprobación de aforos en hotelería o establecimientos comerciales durante este último año, sí sabe que hay algunos compañeros que han tenido este tipo de encargos”.

Eso sí, los trabajos habituales parecen no haber cambiado con la pandemia. “Aunque sí que hemos notado un incremento de peticiones de informes en casos de custodias compartidas”, apunta el vicepresidente de Apdpe. “Y a pesar de que en el caso de desaparecidos no se ha detectado ni una subida ni bajada en el número de demandas que llegan a los despachos, es destacable que sigue siendo alarmante la cifra de desaparecidos que se produce anualmente en España”.

Las mascarillas, ¿ventaja u obstáculo?

La forma de trabajar, al menos, según Delgado, no ha cambiado significativamente durante este último año. No obstante, sí que en ocasiones las mascarillas han supuesto una dificultad añadida. “El tener que llevar mascarilla incluso nos ha facilitado el no ser identificados por nuestros rasgos faciales, si bien también nos ha complicado, en ocasiones, el reconocimiento visual de algún investigado al usarla ellos igualmente”.

“También es cierto que, ocasionalmente, ha sido más complicado el seguimiento y/o vigilancia en momentos determinados debido a la nula afluencia de gente en las calles por lo que podría haberse dado el caso de poder ser detectados, tanto personalmente, como alguno de los distintos vehículos que empleamos”, afirma Delgado. “Pero, en general, los servicios se han podido realizar sin mayor dificultad”.

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