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Las previsiones para la siguiente ola de covid en Aragón: de la catástrofe al optimismo

Los expertos no dudan de que habrá nuevos picos epidémicos en los próximos meses, aunque discrepan en la gravedad de los mismos.

Campaña de vacunación contra la covid en el centro de mayores de San José, en Zaragoza.
La vacuna reducirá el impacto de la próxima ola, según los expertos.
Toni Galán

Dibujar con una mínima precisión cuál será la evolución de los contagios ha sido, es y será uno de los retos más complicados de la pandemia. En un momento de descenso generalizado de la transmisión del coronavirus en España y Aragón, el objetivo es poder prever cuándo y hasta dónde llegará la siguiente ola (la cuarta en el país, la quinta en la Comunidad). De momento, solo hay consenso en que esa siguiente ola tarde o temprano se producirá.

Hay voces que alertan de que el próximo repunte importante de contagios alcanzará cotas muy elevadas. Una de las que más fuerte han sonado ha sido la del virólogo alemán Christian Drosten, asesor del gobierno de Merkel y director del Insituto de Virología del hospital universitario Charité de Berlín: “Una gran cantidad de personas se infectarán en poco tiempo, más de lo que podemos imaginar en este momento. No tendremos 20.000 o 30.000 casos nuevos al día, sino hasta 100.000 en el peor de los casos”, dijo en una entrevista reciente.

Su tesis se basa en que conforme avance el proceso de vacunación, aumentará la presión para que los gobiernos levanten restricciones. Y esa mayor laxitud hará que los contagios se incrementen. Aunque sus efectos no alcancen a la población más mayor -que estará vacunada en su inmensa mayoría-, sí llegará a los que son más jóvenes, sostiene Drosten: “Las unidades de cuidados intensivos se llenarán de todos modos y muchas personas morirán”, señala.

En Aragón hay quien no lo considera una teoría descabellada. Juan Jiménez-Muro, jefe de Medicina Interna del Hospital Provincial de Zaragoza, coincide en que “nos espera otro buen subidón” de los contagios. “El hecho de que haya gente vacunada no resta gravedad a la pandemia. Si se aflojan las medidas habrá aumentos de la contagiosidad, y más si tenemos cepas que se extienden más como la británica”, señala. Jiménez-Muro recuerda que, en ese contexto, la ecuación es clara: “Si hay más contagios, habrá más ingresos en planta, más ingresos en UCI y más fallecidos”.

Otros ven exageradas estas previsiones. Enrique Bernal, investigador del IACS y colaborador de la OMS, cree que la tesis de Drosten “no es verosímil”, y que “tendría que dar buenos argumentos para sostenerla”. “Es innecesariamente alarmante”, enfatiza. A su juicio, en la próxima ola “la base de riesgo va a ser muy diferente por el efecto de la vacunación, por la gente que ya la ha pasado, la que ya ha fallecido… La previsión de que va a haber más jóvenes infectados se hace suponiendo que no van a usar mascarilla, que no van a guardar las distancias y que no van a tener cuidado”.

En su opinión, Drosten hace estas declaraciones en un momento de “muchísima presión de los länder del este para levantar las restricciones”. “El contexto es muy importante, como cuando Boris Johnson anunció la peligrosidad de la cepa británica. No tenía control de la pandemia y al final se convierte la alerta en categoría”, señala Bernal.

Este investigador del IACS asume que “habrá nuevas olas”, pero espera que sean “de menos altura”. “Aunque suban, subirán más despacio y afectarán a menos población vulnerable”, incide. “Si tienes vacunadas a las personas mayores, habrá menos muertes, menos hospitalizaciones, menos ucis ocupadas y también menos capacidad de transmisión del virus. Cuando lleguemos a esa situación, que será a finales de abril en Aragón, la base epidémica será distinta”, augura.

Conforme avance la vacunación a sectores de población más jóvenes -que generalmente se mueven más y tienen más relaciones-, la situación irá mejorando más hasta llegar a final de año, cuando -a juicio de Bernal- “la vida puede ser diferente”. “Aunque habrá que hacer recuerdos de vacunación, nos encontraremos un coronavirus estacional, el equivalente a la gripe de todos los años”, señala. Por el camino, habrá que mantener las medidas esenciales de control: “No creo que a ningún consejero de Sanidad se le pase por la cabeza permitir ir sin mascarilla, por ejemplo”.

El epidemiólogo veterinario Nacho de Blas cree que “es muy difícil prever” lo que va a pasar, aunque considera “muy elevadas” las previsiones que llegan desde Alemania. “Hay presión social para abrir negocios, para permitir la movilidad... Sería interesante que haya actividad económica, pero hay que medir mucho. Salvar la navidad ha supuesto 10.000 muertos en España. ¿Ha valido la pena?”, reflexiona.

En su opinión, cuando llegue el verano “las mismas medidas que se toman ahora tendrán más efecto, y tendrás que sumar el efecto de las medidas, aunque las variantes introducen nuevas incógnitas en la ecuación”. Aún así, alerta del efecto que tiene levantar las restricciones: “Huesca era la zona que mejor iba, tanto la capital como la provincia. Se han relajado medidas y se ha vuelto a disparar”.

De Blas también da por hecho que llegará una nueva ola, la quinta en Aragón, y que se producirá “antes del verano”. Cree que la clave para controlarla, como siempre, será “tomar las medidas pronto”. Su intensidad, por tanto, “es difícil de prever”.

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