Heraldo del Campo

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Cereales de verano: un informe para decidir qué sembrar

Para ayudar a los agricultores a decidir sobre la próxima siembra de los cereales de verano, Red Arax ha elaborado un completo informe sobre las producciones de éxito en los regadíos aragoneses.

El maíz es el cereal de verano con mayor presencia en los regadíos de Aragón.
El maíz es el cereal de verano con mayor presencia en los regadíos de Aragón.
Red Arax

Quedan todavía dos meses para que comience la siembra del cereal de verano, ese que ocupa las fértiles tierras de regadío. Los agricultores se afanan ahora por preparar el suelo para la llegada de la simiente, pero es también el momento de tomar decisiones y planificar una sementara de la que dependerá la futura rentabilidad de la explotación. Para ello tienen oficio, tradición y herramientas. Disponen de detallada información sobre la disponibilidad de agua. Y aunque el éxito de sus producciones dependerá de los caprichos del clima y de los no menos caprichosos precios, conocen el mercado, su demanda y los surcos que encaminan a una mayor competitividad, productividad y valor añadido.

Por si esto no fuera suficiente, cuentan además este año con un nuevo instrumento para tomar decisiones de siembra. Se trata de un completo dosier realizado por los técnicos de la Red Arax, que incluye de manera pormenorizada los resultados de los ensayos de cereal extensivo de verano realizado en las más variadas comarcas productoras de toda la Comunidad. "El primero de estas características", señalan sus responsables, ya que que incluye los ensayos varietales y de calidad realizados por el Centro de Transferencia Agroalimentaria (CTA), y en el que han participado las cooperativas SCLAB de Barbastro, Virgen de la Oliva de Ejea de los Caballeros, San Licer de Zuera, Los Monegros de Sariñena y Cadebro de Casetas, así como el Atria Arroceros de Huesca. Un trabajo de investigación en el que se ha testado el comportamiento de cada uno de estos cultivos en distintos suelos, con diversas climatologías y sus afecciones, y en los distintos sistemas de riego.

"Existe necesidad entre los agricultores de generar información en una serie de cultivos que son de vital importancia para el sector", señala Jesús Abadías, responsable de innovación de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón. Insiste además Abadías en que precisamente estas producciones permiten una mayor diversificación tanto de cultivos como de riesgos, pero también "oportunidades de negocio allá donde están implantados, con creación de valor, de empleo o la instalación de industria transformadora y oportunidades de nuevos mercados". Aún más, incide el técnico, sin ellos, muchas comarcas aragonesas no hubieran tenido el desarrollo económico del que ahora disfrutan.

Hablamos del maíz, la alfalfa, la soja, el girasol y el arroz. No todos tienen la misma importancia ni similar recorrido, pero su presencia no es nada desdeñable, bien por la superficie que ocupan, bien por el futuro que auguran, bien porque juegan un papel imprescindible en las rotaciones de cultivos y se presentan como una nada desdeñable alternativa tanto en secano como en regadío.

El girasol ha ido perdiendo terreno en los últimos años.
El girasol ha ido perdiendo terreno en los últimos años.
Red Arax

Con el dosier en la mano, se puede augurar que el maíz continuará siendo el rey de la siembra. Y no solo porque su cultivo está muy arragiado en la Comunidad, la segunda productora de todo el país, solo superada por Castilla y León. También porque la última cosecha se ha saldado con unos precios al alza que han llegado a superar los 230 euros por tonelada. "Este es un mercado muy globalizado, por lo que seguramente los problemas que ha habido en países como Ucrania y Brasil explican estas cotizaciones", destaca Abadías. Augura por eso "un inicio de campaña de siembra esperanzador para los agricultores y cooperativas que apuestan por este cereal tan importante para las explotaciones de regadío".

No hay duda tampoco en que la alfalfa continuará ocupando el top de las decisiones de los agricultores. Este forraje ha arraigado con fuerza en Aragón, primer productor de alfalfa deshidratada -con diferencia- de España (que a su vez es el segundo productor mundial), gracias al tirón de las exportaciones, especialmente hacia Emiratos Árabes y China. Pero, además, esta proteína vegetal va a seguir creciendo, señala, porque fija nitrógeno, permite la rotación de cultivos y contribuye a muchos de los objetivos ambientales a los que aspira la política agraria comunitaria.

El dosier elaborado por la Red Arax propone no perder de vista otras alternativas para la próxima siembra. Entre esas opciones se ha colado con fuerza la soja, uno de los cultivos que más información ha generado en los últimos años y en los que se trabaja dadas las perspectivas que abren las políticas de la nueva PAC. "No queremos quedarnos atrás", insiste el técnico de Cooperativas Agroalimentarias.

La soja es uno de los 'nuevos' cereales de verano que comienza a despertar más interés.
La soja es uno de los 'nuevos' cereales de verano que comienza a despertar más interés.
Red Arax

A buen seguro que los agricultores aragoneses tendrán muy en cuenta las cifras de la pasada campaña de maíz (que acaba de terminar) para planificar sus próximas siembras. Y especialmente las cotizaciones que ha alcanzado este cereal, la auténtica estrella de los regadíos. Porque desde finales de septiembre y hasta mediados de diciembre, los precios de estas producciones han mantenido una tendencia alcista, hasta situarse en los 211 euros por tonelada, una cuantía que se ha superado en las últimas semanas de campaña hasta alcanzar los 235 euros por tonelada.

"Estas cifras van a condicionar la toma de decisiones de los productores y a plantear una campaña de 2021 probablemente muy interesante", señala Miguel Gutiérrez, jefe de la Unidad de Herbáceos del Centro de Tecnología Agroalimentaria (CTA) de Aragón. No sería pues una sorpresa que el maíz continuara avanzando por las tierras de regadío en las que ya es el rey absoluto. En la pasada campaña este cereal ocupó 85.400 hectáreas, lo que supone el 65% de las destinadas a todos los cultivos extensivos de verano en la Comunidad y el 28% de la superficie total en España, lo que convierte a la región en la segunda productora con una cosecha cercana al millón de toneladas gracias a unos rendimientos medios de 12.000 kilos por hectárea.

Gran parte del cultivo se sitúa en la provincia de Huesca, por cuya provincia se extienden 67.000 hectáreas de maíz (el 80%). "Su importancia se debe a la creciente apuesta por las segundas cosechas, que suponen ya el 57% de lo producido en el Alto Aragón", señala Gutiérrez.

Habrá que esperar hasta que finalice la siembra para saber si es el maíz isogénico o el transgénico el que gana la batalla en la pugna que unas y otras variedades mantienen por el suelo regable de Aragón. En primera cosecha el duelo está actualmente igualado, ya que en 2020 el 51% de la superficie estuvo ocupado por maíz transgénico (49% convencional), pero ganó terreno en las segundas cosechas, ya que el maíz modificado genéticamente se apoderó del 63% de las 41.607 hectáreas sembradas. Sucede así porque "hay un mayor riesgo para el agricultor en segundas generaciones de taladro en siembras tardías y muy posiblemente de riesgos de micotoxinas derivadas de esta plaga, tal y como se ha podido comprobar en esta campaña", matiza Gutiérrez, que insiste, sin embargo, en la pacífica coexistencia de ambos tipos de producción.

Para palomitas o glucosas

La mayor parte del maíz producido en Aragón tiene como destino la elaboración de pienso para alimentación animal. Pero es cada vez más creciente, destaca el informe, el cultivo y transformación de este cereal para consumo humano, no solo por la importancia económica que se desprende de la oportunidad de su cultivo, sino por la diversificación y rentabilidad que puede ofrecer al productor. Para ello, Aragón cuenta con dos empresas. Una es Liven Agro-Quality Corn, que la pasada campaña contrató 7.200 hectáreas (3.600 de maíz amarillo y blanco, 600 ha de waxy y 3.000 de maíz para palomitas). De ellas, 7.170 se encontraban en Aragón y obtuvieron rendimientos medios de entre 13.500 kg/ha a los 6.600.

Dedicada a la producción de almidones y glucosa, Tereos ha transformado esta campaña unas 145.000 toneladas de maíz aragonés, producidas en una superficie aproximada de 12.500 ha, un 55 % de maíz de primera siembra y un 45 % de maíz de segunda siembra, con un rendimiento medio de 11,6 toneladas por hectárea. "La búsqueda de alternatividad y rentabilidad económica no solo se basa en la gestión de gastos e insumos de las explotaciones, sino en la búsqueda de valor en aquellas producciones que cultivamos", justifica el técnico del CTA.

El avance de la soja

Mucho menor es la superficie que ocupa la soja, la proteaginosa más consumida en España y la menos cultivada. Apenas crece en 580 hectáreas -1.400 hectáreas en todo el país-, que producen alrededor de 2.100 toneladas. La cifra parece insignificante y, sin embargo, supone que la mitad de todo lo producido en España procede de regadíos aragoneses.

Queda claro pues que por superficie no se trata de una producción relevante, pero podría (o debería serlo). "El interés por la diversificación, rotación de las superficies de regadío y un mercado en constante crecimiento la hacen muy interesante, tanto para el mercado humano como de pienso", destaca el técnico, y la prueba del interés que despierta es que es el cultivo extensivo que más información ha generado en los últimos años y entre los cultivos en los que la Red Arax trabaja en el territorio "es el de mayor perspectiva y futuro".

Hay algunos inconvenientes. Las posibilidades de expansión del cultivo de soja en España son muy limitadas, dado que se trata de un cultivo de verano con altas necesidades hídricas. Y tiene un claro nicho en ciertas fincas de riego en segunda cosecha como sustituto del maíz, lo que significa que su expansión dependerá del precio relativo de la soja respecto al maíz en cada momento. "Las posibilidades de expansión de la soja a nivel nacional tienen un techo claro, ya que nuestra mayor superficie de cultivo es de secano", puntualiza Gutiérrez.

Pese a todo, Aragón trabaja en este cultivo desde 2009, cuando el Centro de Transferencia Agroalimentaria del Gobierno de Aragón inició una labor más organizada, acompañado por empresas y productores, para conocer de forma más precisa los factores que definen a este cultivo que se ha convertido "en uno de los más interesantes y posiblemente uno de los que más recorrido tienen en un futuro cercano en nuestra Comunidad", asegura Gutiérrez.

Toda esta investigación se enmarca en lo que se ha definido como grupo de trabajo de ‘Soja del Valle del Ebro’, y en el que durante cinco años las cooperativas de Ejea de los Caballeros, Zuera, Casetas, Barbastro y Sariñena han llevado a cabo experiencias de adaptación de material vegetal a las condiciones de los regadíos de Monegros, Bardenas, Gállego y Cinca, y en los que se ha demostrado las posibilidades reales de cultivo y los problemas que presenta su desarrollo.

"Se ha identificado el material vegetal y los ciclos que permiten tanto el cultivo en primera siembra o como alternativa al cultivo de segunda siembra, fundamentalmente detrás de cebada", explica Gutiérrez. Se ha trabajado además en la mejora de la producción y calidad con la utilización de bioestimulantes que mejoran las condiciones de producción final, "algo que puede favorecer el interés en este cultivo al aumentar las expectativas de producción".

Pero presenta también "grandes dificultades", entre las que destacan la falta de herramientas para controlar de forma adecuada las malas hierbas y la multiplicación de variedades en el territorio que aseguren el material adecuado en tiempo y forma.

Las exportaciones han impulsado el arraigo de la alfalfa en los regadíos aragoneses.
Las exportaciones han impulsado el arraigo de la alfalfa en los regadíos aragoneses.
Red Arax

Un cultivo de éxito

No faltará en las próximas siembras de cereal de invierno el forraje que más éxito tiene en Aragón. La alfalfa se ha ido abriendo paso en los regadíos de la Comunidad hasta convertirla en el primer productor en España, "único país del mundo que ofrece una alfalfa deshidratada de altísima calidad que garantiza un elevado nivel de seguridad alimentaria además de unas óptimas condiciones de conservación", señala el informe. Esta característica explica el triunfo de estas producciones en los mercados exteriores, especialmente en los asiáticos, y, gracias a ello, el arraigo en la región, donde ocupa unas 57.0000 hectáreas. El 80% de la producción se comercializa en 40 países.

Su futuro se presenta prometedor. Al menos así lo refleja el informe realizado por el Centro de Transferencia Agroalimentaria, que asegura que la alfalfa "va a estar al alza". Y no solo porque fija nitrógeno e interviene en la rotación de cultivos, sino porque además "contribuye a muchos objetivos ambientales, como la reducción de productos fitosanitarios, lo que hace que sea difícil encontrar un inconveniente al cultivo de la alfalfa", dice el estudio.

Peor suerte parece correr otro de los cultivos analizados. Aunque se ha avanzado en la obtención de semillas con mejores cualidades y mayores resistencias a herbicidas, el girasol pierde terreno y el número de hectáreas cultivadas no ha dejado de retroceder en los últimos cinco años.

"Los precios no acompañan, y el girasol no resulta un cultivo rentable", explica Gutiérrez, que asegura que los agricultores están cambiando este cultivo por otras producciones que resultan más atractivas como el garbanzo. "Está claro que, en secano, con los precios de mercado, no existe una gran rentabilidad de cultivo, y en regadío, no se puede contemplar como relevo al maíz o la soja, que viene pisando con fuerza en Aragón", matiza.

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