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¿Cuándo ha de instalarse y quitarse el Belén de Navidad?

Las familias aragonesas suelen colocar su Nacimiento el día de la Inmaculada. Hay quienes no lo recogen hasta la Candelaria, esto es, el 2 de febrero.

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Algunas de las figuras imprescindibles en cualquier pesebre.
E. Press

En una de las escenas más celebradas de ‘Muchos hijos, un mono y un castillo’, Julita Salmerón aparece refrescando con una manguera las figuritas de un Belén gigante que ha sacado a su jardín. Es agosto, hace un calor sofocante y la protagonista del filme documental explica que le gusta tener el Nacimiento puesto todo el año. A juzgar por las dimensiones y la parafernalia del mismo, parece más práctico esconderlo que desmontarlo.

¿Cuándo ha de instalarse y, sobre todo, cuándo ha de quitarse el Belén navideño? Parece que hay consenso en que las cajas de Navidad se sacan del trastero en la primera semana de adviento. En España se suele aprovechar el puente festivo a comienzos de diciembre para hacerlo. Los católicos lo hacen el día 8, con motivo de la Inmaculada (la Purísima Concepción), mientras que los más paganos y ávidos de inaugurar la tradición lo adelantan al día 6, el día de la Constitución. Son estas también las fechas que se eligen en Zaragoza para estrenar la iluminación en las calles y abrir el gran belén gigante de la plaza del Pilar, que este año hay que visitar con cita previa por las restricciones derivadas de la pandemia.

No siempre ha sido así, pues cuentan los historiadores que antaño el día de Nochebuena era día de vigilia, por lo que se guardaba ayuno. Sin embargo, a partir de las doce de la noche la vigilia terminaba y las familias, al regresar a casa tras la Misa del Gallo, hacían la bendición de la tronca y, acto seguido, colocaban el belén.

Hace años la Nochebuena era una buena ocasión para que los pobres visitaran las casas de los ricos con el pretexto de ir a ver el belén

Sobre cuándo poner el belén hay poca controversia y conforme va avanzando el mes se pueden añadir nuevas figuras al Nacimiento o ir acercando poco a poco a los Reyes Magos al portal como se hace en muchas casas. Pero, ¿y cuándo acaban las fiestas? ¿Cuándo ha de retirarse el belén? En estas cuestión hay muchísimo más debate. La lógica y la opinión mayoritaria dice que el día después de Reyes, concluye la Navidad. Sin embargo, la tradición y las costumbres de los diferentes lugares hacen que en distintas localidades se tomen diferentes decisiones.

En algunos pueblos se aferran a lo que en catolicismo llaman "las octavas" y señalan que la Navidad termina el 1 de enero, esto es, ocho días después de su inicio, que es lo que debe prolongarse una fiesta religiosa. El calendario escolar y laboral no invita a concluir las fiestas nada más comenzar el año, por lo que parece más sensato dejarlo, al menos, hasta el día de la Epifanía del Señor, sobre todo, para que dé tiempo a los Reyes de alcanzar el portal. El 7 de enero se suelen quitar ya las luces y decoraciones navideñas en los comercios, si bien hay quienes también dejan estos adornos hasta el fin de semana, el primer domingo tras la Epifanía: en 2021 se quitarían el 10 de enero. No obstante, otros aún prolongan las fiestas navideñas mucho más allá y, de hecho, en el Vaticano permanece la decoración hasta la Virgen de la Candelaria, esto es, el 2 de febrero. En esa fecha se cumplen 40 días tras el nacimiento del niño Jesús, que -según la tradición judía- son los días que han de pasar para llevar a los recién nacidos al templo. Aunque en febrero muchos belenes ya brillan por su ausencia, a veces esta fecha sí es excusa para dejar abierta algunas exposiciones municipales lejanamente relacionadas con la Navidad. También, según explican José Antonio Adell y Celedonio García en el libro ‘Fiestas y tradiciones navideñas en el Alto Aragón’, en el Sobrarbe, la Tronca de Navidad se hacía durar también hasta la Candelaria.

Javier Belloso monta el belén en su negocio familiar.
Javier Belloso monta el belén en su negocio familiar.
José Miguel Marco

Por descontado también hay belenes -y no solo el de la familia Salmerón- que están montados todo el año o se prorrogan durante meses dado que tienen un gran atractivo turístico. Sería este el caso del Nacimiento que monta el Ejército en la catedral de Burgos y que cada año va a más: se tarda en colocar ocho semanas y en él se reproducen más de cien escenas bíblicas. Y, también, ahora en pequeño formato, hay muchas cerámicas, más tipo Sagrada Familia, que las familias suelen tener en sus estantes durante todo el año sin que se identifiquen propiamente con un Nacimiento.

Como curiosidad puede citarse que, aunque los primeros belenes llegaron a Aragón en el siglo XV, no fue hasta el siglo XVIII cuando se fue difundiendo una tradición hasta entonces exclusiva de religiosos y de los miembros de las clases más acomodadas. Todavía en el siglo XX -cuentan-, la Nochebuena era una de las pocas ocasiones en que la gente de los pueblos podía entrar a las casas de los ricos, con el pretexto de ir a visitar el belén. Ahora es más sencillo ver belenes por todos los rincones e, incluso, en los próximos días se abrirá en los antiguos Depósitos de Pignatelli una exposición titulada 'De Oriente a Poniente. Belenes para recorrer el mundo”, con una muestra de 200 nacimientos de todo el planeta.

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