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Las agencias de viajes ante el confinamiento de Aragón: "Es una situación dramática porque no podemos vender nada"

El sector sufre una caída de ventas del 85% desde el inicio de la pandemia en la Comunidad y se enfrentan a cancelaciones ante las restricciones de movilidad.

Fernando López-Torres, dueño de Viajes Zanzíbar de Zaragoza.
Fernando López-Torres, dueño de Viajes Zanzibar de Zaragoza.
F. L.-T.

Con una bajada de las ventas del 85% desde el inicio de la pandemia del coronavirus, las agencias de viajes en Aragón viven con preocupación y tristeza la situación generada tras el confinamiento perimetral de la Comunidad. La prohibición de las salidas y entradas en la región (salvo causas justificadas) hasta, al menos, el 9 de noviembre para frenar los contagios ha llevado a la paralización de sus operaciones junto con cancelaciones de viajes ya contratados. "El confinamiento supone un mazazo. Para las agencias es un añadido más a una serie de situaciones muy complicadas que estamos atravesando. Es una situación dramática porque estamos imposibilitados para la venta; en este momento no podemos vender nada porque no se puede ir a ninguna parte. Esto deriva no solo en un problema económico sino también anímico porque no le ves salida al tema", señala Jorge Moncada, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Aragón.

En la Comunidad, hay alrededor de 280 agencias (entre presenciales y 'online') que emplean a cerca de mil personas. Según recuerda Moncada, la Confederación Española de Agencias de Viajes estima que en España van a desaparecer cerca de un 30% de estos negocios por la crisis sanitaria. "En Aragón ya han cerrado algunas agencias de viajes de muchos años", indica, al tiempo que también alude a casos de agencias verticales (de cadenas) que han reducido sus puntos de venta en la región.

Asimismo, Moncada habla de "problemas legales" que surgen de esa imposibilidad de viajar tras decretarse el confinamiento perimetral, en referencia a la responsabilidad de las devoluciones ante cancelaciones de viajes. "¿Quién asume el coste económico de una decisión política si yo no puedo hacer un viaje cuando tengo prohibida esa salida y no hay posibilidad de devolución porque la compañía aérea no ha cancelado el vuelo? ¿Cómo vamos a poder asumir eso si ya hemos pagado a todos nuestros proveedores, compañías aéreas, hoteles, etc?", se pregunta.

"Es difícil legislar en un momento de alarma o especial como este y todo el sector lo entendemos, pero antes hay que ver qué situaciones se nos pueden plantear debido a una decisión. Y, sobre todo, este limbo legal que nos hemos encontrado ahora mismo. Sé que la directora general de Turismo de Aragón y la Consejería son conscientes de esta situación generada y van a ver qué medidas se pueden tomar", añade.

"Muy difícil"

Por su parte, Rosa Albero, de Viajes Vi.al en Zaragoza junto a su socia Conchi Villalba, también define el panorama de "muy difícil". "La facturación no llega ni para cubrir gastos. Hemos tenido que devolver nuestro beneficio de venta de antes de marzo debido a problemas de cancelaciones para clientes que iban a viajar después de ese mes. El confinamiento perimetral es más ruina porque no podemos vender nada", afirma.

"La facturación no llega ni para cubrir gastos"

Y las pocas ventas que podían tener en noviembre y diciembre están paralizadas. "Teníamos esperanza del puente de Todos los Santos y en el de diciembre, pero va a ser negativo. Estamos como al principio. Es una situación muy complicada porque tampoco tenemos ayudas, quitando las de autónomos", reconoce Rosa Albero, quien destaca la "incertidumbre" a la hora de la venta. "Tanto a nivel de los confinamientos como del proveedor (cancelaciones de vuelos, cierre de hoteles...) Vamos con pies de plomo; todo lo reservamos para que nos dé garantías y el cliente no tenga ningún problema".

Doble trabajo

Mientras, para Fernando López-Torres, dueño de Viajes Zanzibar en Zaragoza, la problemática no es solo no vender sino trabajar en balde. Desde abril llevaba organizando con un grupo de buceo un viaje para estos días a Canarias, que no se va a poder materializar. "Era de lo poco que había vendido junto a otro viaje de vacaciones para las islas canarias y pequeñas cosas, como billetes para fin de semana dentro de España. He trabajado durante meses para estos viajes y qué he ganado, cero euros. Y es doble labor, una para organizar el viaje y otra para deshacerlo: hablar con hoteles, anular, pedir favores y devolver el dinero al cliente. Tenemos que adelantar el dinero y los proveedores nos lo devolverá no sabemos cuándo. Yo llevo con compañías aéreas y mayoristas pendiente de que me devuelvan dinero desde marzo", dice.

"He trabajado durante meses para estos viajes y doblemente, para hacer y deshacer. Y qué he ganado con mi trabajo, cero euros"

Para el propietario de Viajes Zanzibar, con un trabajador en ERTE desde marzo, el futuro se presenta "muy negro" si el estado de alarma decretado por Pedro Sánchez se alargara hasta mayo. "En verano tuvimos un 90% menos de ventas respecto al año anterior. Ahora todas las estancias de nieve se van a peder, con los viajes de novios nadie va a reservar con mucho tiempo de antelación... No vamos a vender nada pero los impuestos y los alquileres los seguiremos pagando. Y como se termine el ERTE y haya que coger a los empleados, iremos todos a la calle", señala.

Por otro lado, el director general de Centraldereservas.com, Ricardo Buil, destaca que estos días de confinamiento perimetral de las ciudades de Zaragoza, Huesca y Teruel las ventas de la compañía en Aragón se han visto reducidas en un 75%. "Donde se cierra, la caída es enorme. Eso es imparable. El miedo y las restricciones son los dos grandes enemigos de la movilidad y están en los dos lados de la balanza: de los clientes y del proveedor. Y la agencia que está en el medio sufre ese miedo y restricciones por ambas vías", afirma.

"El miedo y las restricciones son los dos grandes enemigos de la movilidad y están en los dos lados de la balanza: clientes y proveedor. Y la agencia que está en el medio los sufre por ambas vías"

La compañía cuenta con 120 trabajadores -el grueso en Aínsa y Zaragoza y el resto repartidos por España y el mundo (Australia, EE. UU., Francia, Cuba y Argentina, entre otros países)-, de los cuales alrededor del 20% están inmersos en un ERTE tras la crisis sanitaria. Ricardo Buil estima para este año una merma de la facturación de en torno al 40% en la compañía a nivel global respecto a 2019. "Confiemos en que no sea una debacle total los dos últimos meses. No se vende, pero además se cancela. Va a ser un futuro para el sector lleno de altibajos y las temporadas altas o bajas no las van a marcar las épocas del año sino las decisiones políticas vinculadas a la enfermedad", sostiene.

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