Covid-19

El centro para asintomáticos de Valdespartera supera el centenar de usuarios

En estos momentos se recuperan una quincena de personas, entre las que hay tres menores pertenecientes a dos familias.

Instalaciones de la nueva residencia Albertia Valdespartera.
Instalaciones de la nueva residencia Albertia Valdespartera.
Lucas García

La residencia para asintomáticos de Valdespartera ha atendido ya a más de un centenar de enfermos de covid-19. En apenas dos meses, explicaron ayer fuentes de Cruz Roja, entidad que la gestiona, ha recibido a 102 personas que, por un motivo u otro, no podían guardar cuarentena en sus domicilios con todas las garantías sanitarias. Actualmente se recuperan en ella alrededor de una quincena, entre las que hay cinco mujeres y tres menores de edad pertenecientes a dos familias.

La ocupación media ronda los 30 usuarios, aunque ha habido picos de prácticamente medio centenar. Las últimas semanas, no obstante, han sido aparentemente más tranquilas, con entre 15 y 20. La mayoría, apuntaron desde la entidad social, son jóvenes de menos de 40 años que "acuden solos", mientras que, por sexo, predominan los hombres. El motivo por el que recurrieron a esta residencia obedece a casuísticas "muy variadas". Ha habido temporeros, personas que compartían piso, gente que vivía en casas que no reunían unas condiciones mínimas, familias que disponían de un único baño y no podían guardar la separación necesaria entre el enfermo y el resto de inquilinos...

La estancia media en estas instalaciones, con capacidad para 70 personas y pertenecientes al grupo Albertia, es "prolongada" y está, en estos momentos, entre los 10 y los 15 días. No las abandonan, según recalcaron desde Cruz Roja, hasta que no tienen el visto bueno de Salud Pública. Es decir, una PCR negativa que demuestre que han superado la enfermedad y ya no representan riesgo de contagio.

Controles "continuos"

El centro tiene una planta entera reservada para familias, con 18 habitaciones, capacidad para 26 contagiados, cunas y juegos infantiles, a fin de mejorar el servicio y el aislamiento. La primera se instaló a finales de agosto y, desde entonces, según apuntaron ayer desde Cruz Roja, han hecho uso de estas instalaciones en torno a cinco.

Al tener hijos a su cargo, a estos núcleos se les presta una atención especial, ya que mientras que el resto de usuarios pueden hacer uso de las zonas comunes de la residencia, a las familias se les lleva la comida a la habitación para que no tengan que salir de su planta.

Esta residencia es uno de los tres equipamientos que habilitó el Gobierno de Aragón en esta nueva oleada para evitar contagios y garantizar una alternativa a aquellas personas asintomáticas que tienen dificultades para mantener las condiciones de aislamiento y distanciamiento social marcadas por las autoridades sanitarias. El ingreso es voluntario y se realizan "continuos controles de test". Se trata de un servicio que no tiene coste para los enfermos, que a menudo no disponen de recursos suficientes.

Los voluntarios de Cruz Roja hacen un balance positivo de estos dos meses. La previsión es que el centro siga recibiendo a nuevos infectados en las próximas semanas, ya que, pese a queAragón está lejos de los picos de 699 contagios alcanzados este verano, Zaragoza parece aún lejos de atajar las consecuencias de la pandemia.

Ante el incremento de casos, el Ejecutivo habilitó para este mismo fin el espacio joven Baltasar Gracián, que ya recuperó sus funciones habituales, y la sala Multiusos del Auditorio. Esta última volvió a desmontar sus camas como ya ocurriera tras su reconversión en hospital de campaña sin haber sido utilizadas.

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