125 historias de heraldo de aragón

El viaje de niños austriacos a Zaragoza

El 10 de marzo de 1949, 110 niños austriacos llegaron a zaragoza en plena posguerra mundial para ser acogidos por otras tantas familias zaragozanas. más de medio siglo después uno de ellos retornó.

esde que los pequeños llegaron a Zaragoza hasta su partida siete meses después HERALDO realizó un continuo seguimiento de todas las actividades que desarrollaron
esde que los pequeños llegaron a Zaragoza hasta su partida siete meses después HERALDO realizó un continuo seguimiento de todas las actividades que desarrollaron
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Una vivencia imborrable. Llegaron anoche a nuestra ciudad en el tren correo de Bilbao ciento diez niños austríacos. Venían acompañados desde Pamplona por el director del Secretariado Diocesano de Caridad, don Martín Liria de Cacho... En la Estación del Norte (Arrabal), fueron recibidos por miembros de la Acción Católica y llevados a la Hospedería del Pilar, donde hicieron descanso. Más tarde, después de cenar, fueron conducidos a sus respectivos y temporales alojamientos del Hogar Pignatelli, La Caridad, El Refugio y Casa Amparo. Hoy se harán cargo de los niños numerosas familias zaragozanas que con un altruismo de la mayor ejemplaridad y que debe servir de estímulo y acicate para casos análogos, se han prestado con toda solicitud a facilitarles albergue y cobijo en sus respectivas moradas (...) En breve, llegarán a nuestra ciudad 300 niñas austríacas, de cinco a doce años de edad, de las 800 que han de llegar a Barcelona. Hoy, a las doce, en el Palacio Arzobispal, nuestro prelado hará entrega de los niños a las familias que los tienen solicitados". 

Más de 50 años después, HERALDO DE ARAGÓN desempolvaba una historia dormida en la hemeroteca para realzar la vivencia de uno de aquellos niños víctimas de la II Guerra Mundial, que convivieron con las familias zaragozanas. En concreto, Hans Kantemir, un arquitecto austriaco que en 2006 quiso regresar a la capital aragonesa para reencontrarse con aquella familia con la que convivió siete meses en 1949. 

Pudo abrazarse con Teresa, Julián José, María Pilar y su marido Luis Antonio, quienes recordaron juntos algunas de aquellas vivencias imborrables. "Era un niño rubio, con ojos muy azules y enfermo, muy cariñoso" que llegó de una Viena destrozada por los bombardeos. "En las ciudades faltaba comida, teníamos que ir al campo para conseguirla. Los viejos grandes edificios estaban destruidos y Viena estaba ocupada por soldados rusos, ingleses y americanos", explicaba Hans. María Pilar relataba 57 años después que Hansito llegó a su casa gracias a Acción Católica, que organizó varias expediciones de niños austríacos a España.

HERALDO realizó un continuo seguimiento de todas las actividades que desarrollaron los niños
HERALDO realizó un continuo seguimiento de todas las actividades que desarrollaron los niños
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"La organización buscaba a familias que acogieran a los pequeños durante unos meses. Llevaba una chapa de metal con su nombre, apenas traía ropa. Tuvimos que comprarle un abrigo", aseguraba. El 22 de octubre de 1949 llegó la despedida. "Le llevamos a Madrid para que cogiera el tren que le trasladaría a Austria. Cuando arrancó el convoy, Hans y mi padre permanecieron agarrados un largo rato", relataba María Pilar a HERALDO en 2006.

Fue uno de los momentos más emotivos de la estancia del pequeño que ninguno de ellos pudo olvidar. De hecho, durante medio siglo se intercambiaron cartas con fotografías de ambas familias, que traducía una profesora de español en Viena y que sirvió como enlace para mantener viva la llama de una gran historia.

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