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Ejea vive sus primeras horas de confinamiento con filas para hacerse la PCR

Apenas unas horas después de entrar en vigor la medida del Gobierno de Aragón, poco ha cambiado en la localidad cincovillesa: los alumnos han acudido a clase y en el centro de salud, una treintena de personas esperan para hacerse la prueba del coronavirus.

"Buenos días, le paro para informarle de que la localidad de Ejea de los Caballeros está confinada perimetralmente". Ese es el mensaje que reciben aquellos que circulan por la carretera A-127, en el cruce con Escorón y con Biota. Desde hace varias horas, controles informativos de la Guardia Civil ponen en aviso a los conductores a doce kilómetros de la capital cincovillesa. Los agentes aseguran que la mayoría de los ciudadanos conocen la situación de Ejea y van provistos de justificantes que les han facilitado desde sus empresas.

"Me parece lógico que estén aquí", sostiene Yolanda Arceiz, vecina de La Llana a quien le ha dado el alto la Benemérita, como al resto. Este miércoles Arceiz tenía previsto ir a comprar a Ejea pero ha decidido acudir a Remolinos. "Nos preocupa la situación porque de normal vamos a comprar allí y ahora si lo cierran...", añade Andrea Cortés desde el asiento del copiloto.

Han pasado apenas unas horas desde que Ejea de los Caballeros se encuentra bajo un confinamiento perimetral y acaba de regresar a la fase 2 de la desescalada. A pesar de todo, "normalidad" es la palabra que repiten los vecinos que transitan por sus calles, que acompañan a los niños hasta la puerta del colegio y quien atiende detrás de los mostradores.

Esa normalidad, sin embargo, se rompe a las puertas del centro de salud, donde una treintena de personas esperan su turno para hacerse la PCR. Raquel Llera, coordinadora del ambulatorio, concreta que se ha multiplicado el número de estas pruebas. “Empezamos realizando 35, pasamos a 50, 75… y ahora estamos haciendo unas 110 o 120 diarias”, explica Llera. Son personas de todas las edades, guardando la distancia y esparcidas por toda la calle. Al otro lado de verja personal sanitario equipado con EPI nombra uno a uno a los interesados. Es el turno de la mañana, que desde el martes se ha reforzado con otro de tarde.

“Estamos obteniendo de 20 a 25 contactos por cada contagio”

En este centro trabajan dos rastreadores, una enfermera y una trabajadora social, no obstante, la coordinadora reclama que falta personal de este tipo, al menos, dos más. “Estamos obteniendo de 20 a 25 contactos por cada contagio”, explica Llera. Además, en otra puerta del centro de salud se han vivido momentos de tensión, ante la espera de los pacientes que acudían a pedir cita previa para consulta.

Tranquilidad en el resto de la capital cincovillesa. En boca de los vecinos de la octava localidad de Aragón está el confinamiento perimetral, pero en la calle la atención se centra, contra todo pronóstico, en la operación asfalto que se lleva a cabo en algunas de las vías principales, como en el paseo del Muro. Esta es una de las labores de la Policía Local de Ejea. También la de controlar y dar apoyo en las entradas a los colegios, de forma escalonada. Minutos antes de las 9.00 a las puertas del Colegio Público Cervantes, Raquel Gargallo y Silvia Peña, dos vecinas de la localidad, aseguraban que era “como cualquier otro día”, aunque no escondían el “respeto” que les suscita estar en un confinamiento perimetral.

“No se puede apoyar usted en la barra”

A pocos metros, Manuel Lorente, Beatriz Orna, Diana Racaj y Diana Jimeno tomaban café. Son cuatro profesores que vienen cada día desde Zaragoza para dar clase. Señalan que afrontan este confinamiento con “normalidad” también. “Vamos mentalizados desde hace días con todos los preparativos de la vuelta al cole”, asegura Orna. Por si acaso, consigo llevaban un certificado de la Inspectora de Educación, para presentarlo en los controles de acceso. Una previsión que este miércoles, en su primer viaje a fase 2, no han tenido que utilizar.

El resto del velador estaba casi vacío, como la mayoría. Sin embargo, muchos han apostado por ello ante el retorno de las restricciones. “No se puede apoyar usted en la barra”, repetían los responsables de los establecimientos hosteleros. Terrazas con pocos vecinos, "pero como todos los días", aseguran los ejeanos.

En Ejea de los Caballeros tenían que celebrar las fiestas patronales desde casa, pero muchos no hicieron caso y a partir de este miércoles todo el pueblo está confinado. Por cada 100.000 habitantes hay 800 positivos. La incidencia del virus allí es tres veces mayor que la del resto de Aragón. Por eso el municipio se blinda y no permiten salir ni entrar a menos que exista una causa justificada.

A las 9.00 se ha celebrado en el ayuntamiento la reunión de seguridad, con participación de la alcaldesa, Teresa Ladrero, y representantes de la Guardia Civil, Policía Local o Delegación del Gobierno, entre otros, para diseñar el plan de control de acceso a Ejea de los Caballeros.

"Esto se veía venir y ahora pagamos las consecuencias" 

En las aceras de Ejea son claros: "Esto se veía venir". Hay a quien le sorprende, como a Dolores López, que tras el mostrador de una pastelería cercana a la casa consistorial. No obstante, manifiesta que en los últimos días ha notado que las celebraciones aumentaron, por las compras de postres. El domingo tenían que haber concluido las fiestas patronales, que quedaron suspendidas.

En las ventanas y balcones cuelgan todavía los pañuelos azules que recuerdan los festejos. "Esa es la resaca", dice Ángel Alonso en relación a este gesto y también a las celebraciones. "Se veía venir de largo y ahora estamos pagando las consecuencias", añade Alonso. Este vecino de Ejea critica que en las jornadas de las 'no fiestas' se vieron a ejeanos en terrazas con la mascarilla en el codo...

"Ha sido una vergüenza porque han hecho botellón hasta en los garajes"

"Ha sido una vergüenza porque han hecho botellón hasta en los garajes", sentencia otra vecina que prefiere mentenerse en el anonimato. En otro punto que coinciden los ejeanos es que estos casos que se detectan ahora tienen su origen en las no fiestas de pedanías y otros pueblos cercanos. "Los de la Virgen de la Oliva saldrán en unos días", barruntan.

Ejea es desde la pasada medianoche la primera población aragonesa sometida a un confinamiento perimetral, lo que significa que solo se puede entrar o salir de ellas por motivos laborales, educativos o sanitarios. Y esta situación durará al menos una semana, prorrogable a la vista de los nuevos datos. De momento, la medida se ha tomado porque en Ejea, después de sus "no fiestas", se ha alcanzado una tasa de más 800 casos por cada 100.000 habitantes, el triple que la  incidencia en el resto de Aragón.    

 

 

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